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¡Fuera yanquis de Afganistán!

Récord de bajas norteamericanas

¡Fuera yanquis de Afganistán!

Los invasores yanquis tuvieron récord de muertos este mes en Afganistán, con un total de 55 bajas. Desde inicios de este año ascienden a 437 los soldados extranjeros asesinados. Muchos de ellos, con armas de fabricación casera a manos de la resistencia. El sábado último fueron derribados tres helicópteros. Afganistán va en camino a transformarse en el Vietnam de Obama, como Irak fue lo fue para Bush.

Los generales invasores piden 40.000 soldados más porque, dicen, no pueden controlar el territorio. La resistencia ataca incluso en Kabul (la capital), donde la semana pasada explotó una bomba en un hostal de empleados de la ONU, causando 12 muertos y otro gran número de heridos. Durante dos horas, varios militantes camuflados con los uniformes de la policía se enfrentaron con las fuerzas de seguridad y mostraron que los ocupantes no podían estar seguros ni siquiera en unos de los barrios más custodiados de Kabul. “Ya no entiendo ni tengo confianza en los propósitos estratégicos de la presencia de EE.UU. en Afganistán”, señaló Matthew Hoh, ex capitán que combatió en Irak y ahora prestaba servicios en el Departamento de Estado con responsabilidad en Afganistán. Así, se convirtió en el primer miembro del gobierno de Obama que renuncia en protesta contra la guerra (Clarín, 28- 10). Recordemos que la invasión lleva 8 años con el argumento de “combatir el terrorismo” después del atentado a las Torres Gemelas, cuando el objetivo real fue intentar dominar al país en una zona hostil para el imperialismo.

Mientras tanto, la mitad de la población norteamericana ya está contra esa guerra. A pesar de ello, el presidente Barack Obama (premio Nobel de la Paz) ya envió 13.000 efectivos en forma secreta. Por su parte, los aliados europeos de la invasión a Afganistán se niegan a enviar más de los 31.000 soldados que ya tienen en el terreno. Incluidos algunos que pelean a desgano, como los italianos, que sobornaban a la resistencia para que no los atacaran.

En un gesto para intentar restaurar la moral combativa de sus soldados, Obama fue a una base militar en Estados Unidos a participar en la ceremonia de rendición de honores funerarios a un grupo de los caídos en Afganistán. Bush padre había anulado este tipo de ceremonias hace 20 años, porque consideró que producían un “mal efecto” entre la población que se atraganta viendo el desfile de muertos por TV a la hora de la cena. Pero los muertos y heridos ya no se pueden disimular…

En Afganistán, el presidente títere Hamid Karzai, considerado un corrupto por la inmensa mayoría de la población, se proclamó “ganador” de unas elecciones en las que todos dijeron, incluidos los medios de comunicación yanquis y la ONU, que hubo un fraude monumental y una abstención reconocida del 62%. Sólo votó, supuestamente, el 38% de los inscriptos. Pero la oposición denunció que hubo una enorme cantidad de votos falsificados. Tanto que el propio Karzai admitió repetir las elecciones, después de un buen tirón de orejas que le dieron los yanquis. Pero el candidato opositor, Abdullah Abdullah, decidió no presentarse, denunciando que la maquinaria del fraude estaba intacta. La resistencia ya había llamado a la abstención. El gobierno de Karzai, que ya era ilegítimo, ahora con menos de un 20% de la población que supuestamente lo votó, en el cálculo más favorable, lo es aún más.

Las cosas no van mucho mejor en el vecino Pakistán (165 millones de habitantes), donde Obama decidió extender la guerra porque, dice, la población fronteriza de la etnia pastún (la misma que la de los afganos del sur), en la provincia de Waziristán, apoya a la resistencia. Por eso Estados Unidos lanza bombardeos con aviones no tripulados y entrega ayuda masiva al ejército del gobierno proyanqui pakistaní, para que ataque en esas regiones causando centenares de muertos y 200.000 refugiados que deben dejar sus casas para no ser arrasados por los bombardeos. Por otra parte, hay atentados diarios en las ciudades, con poderosos explosivos. Esto provoca un masivo repudio popular a la presencia yanqui.

Reclamar la inmediata retirada imperialista (yanquis y la OTAN) de Afganistán y Pakistán es una tarea del movimiento democrático y antiimperialista mundial. Hay que exigir este reclamo a todos los gobiernos, especialmente a los que se proclaman antiimperialistas.

El Socialista 04/11/09