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Grecia: La exoneración de la deuda, la resistencia social y la crisis política

Grecia: La exoneración de la deuda, la resistencia social y la crisis política

Grecia huelga general
Por:  Sotiris Martalis- introducción Charles André Udry (alecontre.org)

Grecia

La exoneración de la deuda, la resistencia social y la crisis política
La Breche/A lencontre

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Traducción de Correspondencia de Prensa

El miércoles 4 de abril de 2012, un poco antes de las 9, en la plaza Syntagma (Plaza de la Constitución) frente al Parlamento griego, un farmacéutico jubilado, Dimitris Christoulas, se suicidó. En su bolsillo un mensaje: «El Gobierno (…) redujo literalmente a nada mis posibilidades de supervivencia, que estaban basadas en una jubilación honorable para la cual pagué solo (sin contribución del Estado) toda mi vida. Llegando a una edad que no me da la posibilidad de una reacción dinámica (.) no encuentro otra solución que un digno final, antes de que comience a buscar en los cubos de basura para alimentarme. Pienso que un día los jóvenes sin futuro tomarán las armas y que colgarán a los traidores sobre la plaza Syntagma, como los Italianos hicieron con Mussolini en 1945 (en la plaza Peretto de Milán).»

Ese miércoles por la noche, cientos de personas se reunieron alrededor del árbol donde este hombre se dio la muerte. Más allá del símbolo, este gesto es político. Según Giorgios Delastik, politólogo: «Este hombre no era loco. Decidió matarse delante de todo el mundo, en la plaza donde hace algunos meses se manifestaban los Indignados. Los jubilados tienen una pensión miserable y son asfixiados por la austeridad, pero no tienen la fuerza de gritar su cólera.» (Le Figaro, 6 de abril de 2012) La carta de Dimitris Christoulas compara al gobierno actual con el «Gobierno Tsolakoglou», el Primer Ministro colaboracionista durante la ocupación alemana. Un letrero, fijado al árbol, dice: «La Junta de los prestamistas lo asesinó». (Le Monde, 7 de abril de 2012) El vínculo se establece aquí entre, por una parte, los acreedores y el ejército de funcionarios como «especialistas de las finanzas» que imponen la ley de aquéllos que representan y, por otra parte, la Junta Militar que estuvo en el poder entre 1967 y 1984. Un fontanero de 48 años, Haris Anastasiadis, venido a depositar flores, apunta con el dedo hacia el Parlamento: «Son los que están adentro que lo mataron. Y son los que van a matarnos de todos.» (International Herald Tribune, 6 de abril de 2012) Hay ciertamente mucho otros gritos diferentes de rabia en el país. Rabia, determinación de actuar y, a veces, desesperación, pueden apoderarse de la misma persona.

Un hecho es cierto: la guerra de clases que se conduce bajo el estandarte «de la ayuda a Grecia» -en realidad una ayuda a los bancos, a los fondos de colocación financiera, a las aseguradoras, y una prueba en la cruzada de las clases dominantes de Europa como se ve todos los días en Portugal, España, Italia y en otros lugares- al igual que todas las guerras produce heridos graves, traumatizados, minusválidos vitalicios, muertos. El Ministerio griego de Salud menciona un aumento del 40% de los suicidios en los cinco primeros meses de 2011 con relación al mismo período de 2010. En 2011, 450 personas se suicidaron, una cifra inusual. Según la policía, los suicidios o tentativas probadas de suicidio de 2009 al final de 2011 son 1.730. Ahora bien, el índice de suicidios en Grecia era uno de los más abajo de Europa. Incluso un especialista en epidemiología de baja calidad sospecharía una correlación entre la brutal y multiforme destrucción social puesta en práctica y estos actos individuales de «destrucción». El jubilado/a con unos ingresos medios de 550 euros al mes y gastos en salud de 150 euros -lo que una persona jubilada que sufre una enfermedad crónica debe gastar- no cuenta con demasiado «margen». Un profesor de la enseñanza secundaria que tenía un salario de 1.200 euros en 2010, lo vio reducido a 850 en 2011 y en mayo de 2012 se situará en la «altura» de 600 euros. Ahora bien, su alquiler y sus gastos más elementales exigen 400 euros. (The Guardian, 5 de abril de 2012)

La purga impuesta a la población griega en nombre del pago de la deuda pública -que no es por otra parte pública porque es el producto: de la desfiscalización de las altas rentas, de la evasión fiscal (1), de los gastos en armamento y policía, de las vinculadas a operaciones de corrupción monumental (Juegos olímpicos en 2004), manipulaciones legales de los inversores griegos y europeos en el «mercado de la deuda» griega, etc.- no suscita el entusiasmo en ciertos financistas. Por ejemplo en los menos propensos a hacer «del ejemplo griego» el modelo económico que debe seguirse, excepto en su dimensión innegable de prueba sociopolítica referente al «grado de aceptabilidad social de una población». Así pues, el británico Chris Probyn, jefe economista y director del fondo americano State Street Global Advisors -1.400 miles de millones de activos institucionales a escala mundial, el PIB (precio del mercado) de Grecia era de 230 mil millones euros en 2010-, manifiesta un poco de escepticismo. Es cierto que tenía, en el pasado, una función similar al UBS de Nueva York. A la cuestión, planteada por el periodista del mensuario francés Les Echos de abril de 2012, «¿Grecia va a permanecer en la zona euro?» responde: «Para 2012 eso debería pasar, pero habida cuenta del peso de su deuda, de un crecimiento muy escaso y de su falta de competitividad nada dice que pueda permanecer a más largo plazo (.) Las reformas estructurales -privatizaciones y reducción del perímetro del servicio público- son buenas ideas, pero sus efectos tardan en hacerse sentir y comienzan en primer lugar por empeorar las cosas antes de mejorarlos. Es un poco como si se dijera a un enfermo en agonía que su caso va a empeorar en lugar de mejorar. ¿Morir curado es razonable?» El periodista reacciona de este modo: «Se trata con todo de la más importante reestructuración (tipo de exoneración del valor nominal de las obligaciones) de la deuda pública de la historia. ¿Por qué no es suficiente?» Y Chris Probyn responde: «Grecia tiene una última oportunidad de permanecer en la zona euro, pero las condiciones impuestas y la austeridad impuesta son tal que pueden comprometer sus oportunidades de éxito. En realidad, sería necesario que alguien firme un cheque a Grecia que le permita reducir su deuda cuanto antes a un nivel sostenible, lo que representa un 90% del PIB -en vez de un 120% en el horizonte de 2020 según el plan actual- con el fin de maximizar sus oportunidades de permanecer en la zona euro, puesto que es lo que todo el mundo parece desear (.) Pues alguien, en alguna parte, debe hacerle este cheque (.) Para que eso ocurra, sería necesario que los alemanes, los italianos, los belgas, los franceses, etc., dejen de pensar en primer lugar en ellos y más en Europa, y menos de los que vienen de regiones alemanas y regiones francesas.» Es decir, este financista plantea, de hecho, las cuestiones de un elevado presupuesto común de la Unión Europea (UE), de una determinada mutualización de las deudas, de transferencias presupuestarias de importancia, de un Banco Central Europeo (BCE) que desempeña el papel de prestamista en última instancia, es decir, que monetiza la deuda igual que hace la FED, el banco central los Estados Unidos. Un camino que implica un matrimonio de contra-reformas sociales y legales con desordenes institucionales como algunos de «izquierda» proponen. Ellos aceptan que la deuda pública sea pública, que no es necesario denunciarla y que su pago requiere curas de austeridad -aunque sea necesario amortiguarlas- con el fin de salvar el «sistema financiero» y «fortalecer la competitividad» de los países de la Unión Europea en esta gran y larga batalla de realineación de las relaciones de fuerzas entre los «centros de acumulación» a escala mundial.

Las privatizaciones constituyen una parte principal del mecanismo construido por la Troika. Para ello, se estableció el Fondo griego de desarrollo de los activos. Se coloca bajo la dirección un antiguo banquero, Costas Mitropoulos. El objetivo fijado por la UE: acumular aproximadamente 50 mil millones de euros vendiendo a inversores privados las propiedades, las concesiones o participaciones en empresas. Costas Mitropoulos confió al diario suizo Le Temps del 7 de abril de 2012, una parte de su curriculum vitae: «Dirigía por mi parte al banco de inversión Eurobank EFG Equities, propiedad del grupo Latsis instalado en Ginebra.» El dueño del grupo Latsis, Spiro J. Latsis, es el hijo del gran armador griego John Latsis, que había elegido Ginebra como residencia principal. Se conocen los vínculos entre Spiro Latsis y Jose Manuel Barroso (presidente de la Comisión Europea) aunque en la escala social Barroso se ubica a nivel inferior, después de una breve carrera como maoísta en Portugal. La parte fundamental como veremos está en otra parte.

Costas Mitropoulos trabaja estrechamente con la Troika. Lo que indica la estrecha conexión entre «reestructuración de la deuda», política de austeridad y privatizaciones. El proceso de privatizaciones sólo es su primera etapa. Costas Mitropoulos confía al periodista del diario suizo: «Un nuevo tramo de cesiones ya está en el tubo. Estamos dispuestos a poner seis bienes en el mercado: el antiguo aeropuerto de Hellinikon, en Atenas; una licencia para la lotería nacional; un centro comercial de primera clase, de importantes terrenos, golf y casinos sobre las islas de Rodas y Corfú; la compañía nacional del gas y un 35% de la más importante refinería petrolífera del país. Preparamos también la puesta en venta del 29% de la Sociedad griega de los juegos, del 49% de la sociedad nacional de los ferrocarriles, del 39% del puesto griego. El resto de la lista es, créanme, impresionante y debería generar un gran interés. En los ámbitos clave, la participación del Estado se limitará al 34%. Vamos a vender concesiones de autopista, la compañía de aguas de Salónica (la segunda ciudad del país), de los aeropuertos, una docena de puertos comerciales, capaces de acoger transbordadores; 850 puertos regionales; una quincena de puertos deportivos, Larco Nickel, la más importante mina de níquel de Europa, con un puerto adyacente; operadores de cruceros marítimos, compañías de tratamiento de los residuos. Espero una importante demanda para estos activos.» Destaca también el interés de las concesiones ante las reservas que la situación sociopolítica suscita en los inversores. Así pues, Costas Mitropoulos destaca: «La ventaja de las concesiones (para lo que es infraestructuras) es que limitan la inversión para los compradores. Sólo deberán pagar el derecho a administrar las infraestructuras, en el marco de contratos a largo plazo que garantizarán la rentabilidad.» Al esperar que la página «de las dificultades políticas griegas se den vuelta», Mitropoulos se alegra de la venta de la «participación (del Estado) en la Sociedad griega de los juegos constituirá una de las más importantes operaciones del mundo en este sector». Añade: «Dos ilustraciones: el antiguo aeropuerto de Hellenikon, en el centro de la ciudad de Atenas, a orillas del Mar Egeo, representa el mayor conjunto de propiedad de la tierra en venta en una capital europea. En cuanto a la lotería nacional, que era una división del Ministerio de Hacienda desde 1865, dos compañías, una italiana y otro americana, ya se acercaron a nosotros.» Para tranquilizar a los compradores, Mitropoulos elogia los méritos de la UBS (Unión de Bancos Suizos) y del Credit Suisse. La primera se ocupa de la cesión de la compañía griega del gas, el segundo está a cargo de la compañía de electricidad. El banquero de negocios consolida a sus clientes futuros destacando que «somos un fondo independiente encargado de las privatizaciones, en adelante propietario del 3% del territorio griego. Tenemos un mandato de tres años. Se nos protege contra las interferencias políticas.»

No se puede sino esperar que la movilización social contra las múltiples denegaciones de la democracia infligidas a la mayoría de la población griega por la alianza entre la Troika, el capital financiero internacional y sectores influyentes de la burguesía griega, pueda interponerse estos planes. Y aportar así, la prueba que la democracia no puede existir y ni extenderse cuando se coloca bajo la férula de la propiedad privada estratégica y de los instrumentos de poder.

La huelga de los marineros (los que garantizan los transportes de tipo transbordadores entre las múltiples islas y ciudades como Atenas o Salónica), como la lucha de los asalariados del sector de transporte o electricidad deberían bajar, esperemos, la arrogancia de los numerosos Mitropoulos que se lanzan sobre Grecia, desde China o Suiza, pasando por la India o Turquía. El artículo del compañero Sotiris Martalis (dirigente y activista del sindicato de profesores), que a continuación publicamos, analiza el marco de las batallas sociales y políticas en curso en Grecia y las pruebas que debe enfrentar la izquierda radical.

Charles-André Udry

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Según las declaraciones del Gobierno, a raíz del nuevo acuerdo de préstamo y a la exoneración sobre el valor nominal de las obligaciones del Estado griego (2), Grecia «se ha salvado» por tercera vez. La primera fue cuando el Protocolo (memorándum) se firmó en mayo de 2010, el segundo en junio de 2011, y el tercero en marzo de 2012 (por supuesto, nosotros estamos dispuestos a enfrentar estos «rescates»). Con este motivo, el director del Instituto Internacional Finanzas (IFI), que representa los intereses de los bancos y fondo de inversión, Charles Dallara, lanzó una advertencia: «Desaconsejaría mucho a otros Gobiernos, otro pueblo en Europa, tomar esta vía (de la exoneración).» En esa línea, el BCE propuso poner un «consejero residente permanente», una clase procónsul financiero, en los países de la Unión Europea que encontrarían «dificultades financieras».

En Grecia, representantes de la Troika (BCE, UE, el FMI) ya viajan entre las suites del Hilton (o de otros hoteles 5 estrellas) y los Ministerios -bajo rigurosa vigilancia policial- para supervisar la aplicación de los golpes en la sombra y ayudar al rescate a bancos. El dispositivo de vigilancia impulsa a algunos dibujantes griegos a presentarlo como el viaje de «Bismarck en casa de Sócrates». ¡En efecto, Matthias Horst es el representante de la Comisión de la UE en la Troika (BCE, UE, el FMI) y Horst Reichenbach es el dueño de la «fuerza de tarea» que debe «reorganizar el Estado griego»!. Los dueños de la Troika son: Olli Rehn, Comisario responsable europeo de los asuntos económicos (finlandés); Jörg Asmussen, miembro el comité de dirección del BCE (alemán), y Poul Thomsen, jefe de la misión del FMI (Fondo Monetario Internacional) en Atenas (danés).

Las consecuencias de este «rescate» son ya manifiestas: los salarios disminuyeron un 22%, e incluso un 32% para los jóvenes asalariados/as menores de 25 años. El salario mínimo se redujo por lo tanto a 586,08 euros (487 euros constituyen el salario directo real «recibido», por lo tanto neto, una vez que se dedujeron las cotizaciones de jubilaciones y demás), y a 510,95 euros para los jóvenes menores de 25 años (435 euros neto); estos últimos constituyen una parte significativa de la fuerza de trabajo. No es todo. La abolición de las negociaciones colectivas y contratos colectivos de trabajo implica que los salarios de todos los trabajadores y de todas las trabajadoras van hacia abajo. Se congelan los aumentos de salarios vinculado a la antigüedad en el empleo, es decir, asociados a la experiencia laboral. Los sindicatos calcularon que los trabajadores van a perder, a corto plazo, un 40% de sus salarios actuales. El desempleo será una palanca suplementaria para rebajar los salarios. Las jubilaciones, además se achicaron por cuarta vez.

El número de desempleados es de un millón. De aquí a finales del año, según los estudios de los sindicatos, serán 1.400.000, lo que significa una tasa de desempleo del 24%. A raíz de «el acuerdo» de marzo 2012, 290.000 desempleados/as van a recibir un subsidio de desempleo mensual de 359 euros y eso por 12 meses al máximo; en dicha fecha se añadirán a la fila de los que ya no reciben nada.

Durante los tres años de la crisis (2009-2011), el PIB retrocedió un 14,5% y un 17% desde 2007: o sea cinco años consecutivos de recesión. Se estima la contracción del PIB en 4,8% para 2012.

Tal decadencia no puede compararse sino al hundimiento de los países del «bloque del Este» y al desastre social que se siguió a nivel económico, el cual, incluso, condujo a una reducción de la esperanza de vida de la población. A raíz de la celebración de un acuerdo entre la «Troika» y el Ministerio de Salud, los gastos del Estado en el ámbito de la salud se reducirán inmediatamente en 320 millones de euros. Los hospitales públicos ya sufren de graves escaseces de personal que ocupan, pero también de material médico elemental: bandas de gasa, vendajes y jeringuillas. El año escolar comenzó sin libros en las escuelas públicas (antes se distribuían gratuitamente) y siete meses después del principio del año escolar la distribución de los libros es incompleta. En las escuelas públicas de algunas regiones, se observó que numerosos alumnos perdían conocimientos en los cursos a raíz de malnutrición y desnutrición.

La clase dominante pidió, en marzo 2010, 80 mil millones de euros de los otros países de la Eurozona y 30 mil millones al Fondo Monetario Internacional (el FMI). Cuando Grecia recurre al FMI, la deuda pública alcanzaba un 127,1% del PIB. En la actualidad, después de dos años de aplicación de sus medidas, la deuda pública alcanzó 367,98 mil millones de euros, lo que corresponde al 170% del PIB. «» Afirman que en 2020 la deuda pública alcanzará un 120% del PIB y eso solamente si llegan a «restaurar el crecimiento».

Conviene destacar que sobre 130 mil millones de euros que «se concedieron» a Grecia en virtud del nuevo acuerdo de préstamo, se entregarán directamente 30 mil millones a los acreedores; se utilizarán 5,5 mil millones de euros para reembolsar los intereses y se utilizarán directamente 50 mil millones para la recapitalización de los bancos así como, supuestamente, para compensar todas las pérdidas que estos últimos podrían conocer a causa de la exoneración, de la reestructuración de la deuda. El acuerdo de préstamo, al contrario, no prevé ninguna compensación por los 12 mil millones de euros que los fondos de pensión públicos pierden tras esta exoneración, con los efectos que se derivan para las jubilaciones.

Entre las otras consecuencias de esta reestructuración se encuentran la oferta de la deuda al derecho británico, la creación de una «cuenta especial» que da la prioridad al reembolso de los acreedores sobre todos los demás gastos del Estado así como la transferencia progresiva de las obligaciones griegas del sector privado en el sector público. De todo eso resulta un elemento importante: la reestructuración de la deuda griega una vez más se organiza de modo que favorezca lo mejor posible los intereses del capital, que aporta garantías a los acreedores y que coloca la carga de la «factura» una vez más sobre los hombros de la clase trabajadora así como sobre las de las otras capas populares.

No obstante, el principal problema al cual se enfrenta la clase dominante es la resistencia social y, por razones de esta resistencia, la crisis política que debe enfrentar.

En el momento en que este artículo se escribe (a finales de marzo 2012), la huelga heroica de los trabajadores del Elliniki Halyvourgia (una fábrica siderúrgica de la región del Ática) va en decimoquinto día y va a continuar. Los asalariados/as de Eleftherotypia están en huelga desde ahora tres meses. Han publicado durante este período, por sus propios medios, dos «ediciones de huelga» que se difundieron ampliamente. La estación televisada Alter -que emite a nivel nacional- está ocupada por su empleados/as. la fábrica de aluminio Loukisa e imprenta «3E» están ocupadas también por sus trabajadores. Los trabajadores de todas las fábricas Coca-Cola hicieron una huelga coordinada y larga que consiguió una victoria (3), mientras que los trabajadores del Alapis Asociación (que se ocupan, entre otras cosas, de la producción de instrumentos médico) emprendieron una huelga de larga duración. En un hospital importante de Atenas, Sotiria, el personal se opone a todo cierre de cama, exige el suministro de medicamentos y materiales necesarios para los cuidados. Ocupa las oficinas de la administración y hace paros de trabajo. Exige el pago de los días de multa coercitiva que ya no se pagan desde el final de 2011. Realmente, una batalla de envergadura se anuncia para hacer frente a una reestructuración brutal del sistema hospitalario que pasa por fusiones de hospitales, despidos, y un sistema de evaluación individualizada (método que practica en distintos países).

Estos ejemplos no son más que una reseña del movimiento de resistencia social que se expresa durante estos dos últimos años. La clase trabajadora lucha contra las tentativas de los capitalistas de hacer pesar sobre sus hombros la carga de la crisis del sistema. Entre febrero de 2010 y marzo de 2012, el país conoció 19 huelgas generales (en el sentido de un día de huelga), tres de ellas se prolongaron durante dos días. Durante este período, hemos asistido a una semana durante la cual decenas de edificios del Estado han estado ocupados antes de que se adopte el primer Memorándum (protocolo para un plan de austeridad) de mayo de 2010. Estas luchas de los trabajadores, en paralelo, galvanizaron un amplio abanico de movimientos de resistencia: ¡el movimiento no pago! que se niega a pagar el aumento de impuestos inmobiliarios (impuesto agregado a las facturas de electricidad con la posibilidad de ver cortar la electricidad si el impuesto no se paga); el movimiento de los que se niegan también a pagar los peajes de las autopistas privatizadas.

Es necesario añadir también las ocupaciones, en junio de 2011, de lugares públicos por el movimiento «aganaktismenoi» (término griego que equivale al término español de indignados). Una ola de denuncias públicas contra el personal político de la clase dominante se añade a todo eso. Cada vez que los Ministros y los diputados que pertenecen a los partidos burgueses se presentan en público, hacen frente a los abucheos y a las consignas contra ellos, algunas veces además de los yogures, se le lanzan tomates y huevos. Por lo tanto, asustados, los políticos burgueses limitan sus apariciones públicas exclusivamente a lugares «asegurados» y vigilados. Eso se mostro claramente a escala nacional durante las celebraciones y desfiles «nacionales» del 28 de octubre de 2011 y 25 de marzo de 2012 (el 28 de octubre se conmemora la negativa del dictador Metaxas, en 1940, a que las tropas de la Italia fascista entraran en Grecia; el 25 de marzo se conmemora el principio de la insurrección griega contra el poder otomano, en 1821).
En noviembre de 2011, el Gobierno del PASOK [Movimiento socialista panhelénico, el partido socialdemócrata griego] se hundió bajo la presión de los días de huelga y la cólera popular. Este Gobierno había obtenido un mandato de cuatro años en las elecciones de octubre de 2009, recogiendo un 43,92% de los sufragios y obteniendo 160 de los 300 diputados que cuenta el Parlamento griego.

Este Gobierno fue sustituido por uno de unión nacional que incluía tres partidos burgueses: el PASOK, el ala derecha de la Nueva Democracia y el partido de extrema derecha, LAOS (4). Se coloca al Gobierno bajo la dirección un «tecnócrata», Lucas Papadémos (gobernador del Banco de Grecia de 1994 a 2002, luego Vicepresidente del Banco Central Europeo hasta en 2012). En febrero 2012, 22 diputados del PASOK y 22 diputados de la Nueva Democracia votaron contra el acuerdo de préstamo. Se excluyeron de sus partidos. A partir de allí las escisiones se desarrollan y condujeron a la formación de tres nuevos partidos resultantes de la Nueva Democracia y otros tres resultantes del PASOK. Con todo, estos partidos tomados juntos ni siquiera alcanzan el porcentaje de los votos que obtenía el PASOK, o la Nueva Democracia. En vez de eso, observan, con ansiedad, el aumento de la influencia de las distintas fuerzas que se sitúan a la izquierda.

Un reciente sondeo, realizado el 15 de marzo de 2012, da los siguientes resultados: un 17% de las intenciones de voto para la Nueva Democracia; un 10% para el PASOK; un 9,5% para SYRIZA (Coalición de la izquierda radical, que reúne un abanico de fuerzas que estarían próximas, políticamente, a Die Linke en Alemania, y a fuerzas claramente más señaladas a la izquierda) (5); un 9,5% para el KKE (Partido Comunista); un 8% para la Izquierda Democrática (Coalición los movimientos y ecologistas, que se constituyó en junio de 2010); un 5% para los Griegos Independientes (una escisión de la Nueva Democracia); un 3,5% para la Aurora Dorada (Chryssi Avyi, neonazi, que siembra el terror contra los emigrantes); un 3% para LAOS; un 2% para los Verdes y un 2% para la Alianza Democrática (una escisión de la Nueva Democracia) y el Carro del Ciudadano (una escisión del PASOK). ANTARSYA (Alianza de la izquierda anticapitalista) (6) recoge un 1% de las intenciones. Son allí cifras que no tienen en cuenta el comportamiento electoral posible de los que se declararon indecisos. Y estas intenciones de voto fluctúan, por definición.

Asistimos recientemente a un ataque sistemático contra las fuerzas de izquierda que rechazan la política de austeridad por parte de los partidos que apoyan los planes de «rigor», los Memorándums. Eso refleja los temores de la clase dominante. Eso no traduce sino la aprehensión ante el movimiento de resistencia, sino también el temor debido al hecho de que las fuerzas de izquierda se convirtieron en rivales políticos serios que se benefician de las intenciones de voto como nunca habían tenido desde 1958. En los días y las semanas que vienen, la presión sobre esta izquierda va a intensificarse. Los chantajes y los anuncios de «catástrofes» -como la bancarrota del país, la salida de la zona euro, el temor de una imposible «gobernabilidad»-, son y se utilizarán para empujar a los partidos de izquierda hacia posiciones políticas «más responsables». Una parte del abanico de la izquierda ya se alineó sobre esta posición: la Izquierda Democrática aceptó respetar las «obligaciones internacionales» contenidas en los acuerdos de préstamos y los Memorándums. Ajustó su orientación al «realismo» de las opciones de la clase dominante.
El núcleo de la izquierda radical (SYRIZA, el KKE y ANTARSYA) se pronuncia contra las decisiones de la clase dominante, pero no llegó a constituir una respuesta política alternativa unificada.

El KKE (un partido de izquierda reformista, estalinista, que difunde con fervor las «obras de Stalin») no acepta ninguna forma de cooperación con el resto de las fuerzas de izquierda, ni en las luchas sociales ni sobre algunos objetivos políticos. Organiza manifestaciones separadas (con su «brazo sindical», el PAME) de las de los sindicatos y del resto de la izquierda. Hasta el momento rechaza todas las propuestas unitarias esperando que el llamado «poder popular» sobrevenga. Mientras tanto, lo mejor que puede hacer la izquierda por el pueblo.es votar por el KKE.

ANTARSYA (una alianza de algunas organizaciones de la izquierda anticapitalista) se compromete con el movimiento de resistencia aceptando -hasta un determinado punto- la necesidad de la unidad en la acción. Existe así una coordinación elemental para acciones conjuntas entre SYRIZA y ANTARSYA, en los barrios, en los Comités del no pago, en las secciones sindicales, en las manifestaciones, etc. El desarrollo de la resistencia sociopolítica hace necesario, no obstante, un nivel de unidad más elevado alrededor de un programa sobre puntos esenciales y en torno una «organización» común. Eso permitiría avanzar hacia compromisos más sólidos. La necesidad de formar un frente político de la izquierda surge de las experiencias reales de luchas concretas. Pero los compañeros de ANTARSYA hacen hincapié en la cuestión del «programa» y especialmente en la pretensión de una salida de la zona euro (ver a este respecto el artículo publicado con fecha del 13 de enero de 2012:http://alencontre.org/europe/grece/grece-euro-ou-drachme.html) así como de la Unión Europea.

Estas dos condiciones suponen un obstáculo para avanzar Hacer de estas dos exigencias -presentadas como demandas inmediatas y hasta cierto punto una clave programática- constituyen una «línea de separación» entre fuerzas de la izquierda radical que funciona o como una excusa, o tiende a ser un error sectario. Sobre todo teniendo en cuenta que los compañeros de ANTARSYA, con el fin de distanciarse de los sectores de la clase capitalista que prefieren una salida de la zona euro (sin mencionar la posibilidad que Grecia sea «puesta afuera» por fuerzas dominantes en la UE, según la evolución de la crisis en esta zona), hablan, por lo tanto, de una especie de «salida anticapitalista» del euro y la UE, lo que constituye más bien una vía «no ortodoxa» del curso de una revolución socialista en Grecia.

En el momento en que la respuesta a los ataques de la clase dominante y la caída del Gobierno de la austeridad -el de Papadémos- son cuestiones cruciales y de amplitud, ANTARSYA debería aceptar la invitación de SYRIZA con el fin de constituir un frente político y electoral. Sobre todo, si se tiene en cuenta que esta invitación se combina con una cláusula en cuanto a la independencia política, lo que significa una representación pluralista de cada fuerza que participa en tal frente. Un acuerdo sobre tal perspectiva haría crecer la presión sobre el KKE y crearía condiciones más favorables para la elaboración de un «plan alternativo» de la izquierda, lo que tendría efectos positivos evidentes para el movimiento sociopolítico de resistencia. La situación sería más espinosa para la clase dominante.

SYRIZA es una coalición que reúne partidos y a organizaciones de la izquierda reformista y revolucionaria. Posee un programa radical. Participa activamente en el movimiento de la clase trabajadora así como en los movimientos sociales amplios. Invita constantemente a todas las fuerzas de la izquierda a acciones conjuntas, así como a la creación de un frente unificado de la izquierda.

Las características de esta alianza hacen de ella un «instrumento» político útil para el movimiento de resistencia creando, simultáneamente, una posibilidad para que los revolucionarios puedan aplicar la táctica de frente único en la acción, facilitando el compromiso en una intervención directa de amplios sectores militantes, tanto en combates democráticos (contra la xenofobia y el racismo, contra el resurgimiento de la extrema derecha neonazi) como en el terreno donde se entremezclan lo social, lo económico y lo político. SYRIZA adoptó un programa de demandas radicales: el rechazo de los Memorándums firmados con la Comisión Europea, el FMI y el BCE; la anulación del acuerdo de préstamo así como todas las políticas y medidas vinculadas; el abandono de los programas de austeridad vinculado a la demanda que le corresponde a los capitalistas pagar su crisis; la anulación (o la denuncia) unilateral de la mayor parte de la deuda pública. Con respecto a la zona euro, SYRIZA adoptó el lema «ni un solo sacrificio por el euro». Tiene por función ser un «grito de guerra» contra los dirigentes de la UE así como desafiar los chantajes de Bruselas y el BCE. Esta consigna, al mismo tiempo, toma en cuenta el hecho de que una vuelta al dracma podría ser aplicada por la clase dominante de la manera más reaccionaria nacionalista. La consigna se inscribe en una batalla anticapitalista de dimensión europeo, entre otras cosas a partir de distintos países del «sur de Europa».

La definición de estas políticas y estas táctica es el resultado todavía de debates políticos apasionados entre las distintas fuerzas que componen la coalición, especialmente entre su ala «más moderada» y sus fuerzas más radicales (entre las cuales la Izquierda Obrera Internacionalista, DEA). Debates encendidos tienen lugar con respecto a la zona euro, sobre la cuestión de la mejor manera de oponerse a la deuda o también sobre la actitud que debe adoptar SYRIZA frente a las agrupaciones que provienen del PASOK.

La presencia activa de los revolucionarios junto a un alto nivel de la lucha social, permitió hasta ahora mantener a la coalición en posiciones de izquierda. Esta coalición por lo tanto se convirtió en un punto de referencia para muchas personas, de militantes de las luchas de los años setenta que se habían retirado durante los últimos años y que encuentran una «nueva esperanza» en estos esfuerzos radicales y unitarios, entre otras cosas en dirección de sectores de trabajadores vinculados en el pasado -de una forma u otra- al PASOK, pero que no se reconocen ya en este partido. Del mismo modo, responde a expectativas de jóvenes activistas que entran efectivamente en contacto con una política de izquierda por primera vez de su vida.

La consolidación de SYRIZA, la defensa de su carácter radical contra todas las presiones procedentes del sistema burgués para que adopte posiciones «más moderadas», la creación de un frente unificado de todas las fuerzas de la izquierda, así como la consolidación de las corrientes revolucionarias en este frente, son cruciales en la perspectiva de la construcción de una fuerza anticapitalista auténtica, que tenga una audiencia de masas. Lo que es muy necesario hoy.

Notas de La Breche/A lencontre

1) Los griegos ricos, desde hace tiempo, hicieron salir del país sumas muy importantes, de aproximadamente 100 mil millones de euros. No se mencionan aquí a los armadores que tienen su domicilio en Chipre, Malta o en otro paraíso fiscal. No obstante, los griegos ricos, después de haber residido en el paraíso fiscal suizo, se desconfían. Según Athens News, del 6 de abril de 2012, los tenedores de capitales escondidos en Suiza estarían retirándolos, para encontrar otro refugio.
2) El 24 de febrero de 2012 el Gobierno griego anunció a los tenedores privados – bancos, fondo de inversión, compañías de seguro- de obligaciones del Estado griego las condiciones de intercambio de estas obligaciones contra nuevas obligaciones así como el programa del Eurogoupe lo había adoptado el martes 21 de febrero; la referencia al Private Sector Involvment (PSI) indica que la ley griega valida las decisiones tomadas en Bruselas sobre la base de los dictámenes emitidos por empresas de consejo -como el banco Lazard – que ingresaron aproximadamente 40 millones de euros, es decir, 0,015 del valor nominal de los títulos que serán objeto de intercambio, para su «trabajo». La urgencia era grande para encontrar una «vía de salida», ya que la falta de pago se perfilaba con fecha del 20 de marzo de 2012.
3) El 15 de marzo de 2012, la empresa que se ocupa del embotellamiento de Coca-Cola aceptó volver a poner en marcha la fábrica de Salónica reinstalando a todos los asalariados y, por lo tanto, ya no importar productos procedentes de Bulgaria. Debió renunciar a reducir los salarios, no recurriendo ya para ello a la nueva legislación vigente. Además la dirección de la empresa no puede tomar más decisiones previamente a una negociación directa con los trabajadores. Por fin, los trabajadores impusieron que este acuerdo fuera difundido al público en los medios de comunicación y también ante las autoridades.
4) LAOS, Alerta popular ortodoxa, es un partido de extrema derecha que se formó en 2000 y que es dirigido por el periodista, antiguo miembro de la Nueva Democracia (ND), Georgios Karatzaferis. LAOS cuenta con 16 diputados. El 10 de febrero de 2012, 4 Ministros de LAOS presentaron su dimisión, dos días antes de la presentación del plan gubernamental en el Parlamento. El dirigente de LAOS afirmaba: «No estoy convencido de que los sacrificios que se nos imponen tendrán un resultado».y acusaba a los acreedores de «querer privar de soberanía nacional» a Grecia. Este ataque apunta sobre todo a Alemania que se muestra intransigente hacia los griegos. Según el líder de LAOS, Grecia «debe salir de bajo el manojo alemán» (Le Figaro, 10 de febrero de 2012). A estas dimisiones se añaden las de dos Ministros de PASOK: el Ministro adjunto a los Asuntos europeos, Mariliza Xenoyannakopoulou; el jueves 9 de febrero de 2012, el Secretario de Estado del Trabajo, Iannis Koutsoukos, también había renunciado.
5) En la coalición SYRIZA, que obtuvo un 4,9% de los sufragios en 2009, se encuentran -además de Synaspismos que tiene cargos electos al Parlamento- las organizaciones como el KOE (de origen mao-estalinista); la Izquierda renovadora y ecológica, AKOA, salida del PC del interior; DEA, la Izquierda Obrera Internacionalista (cercana a la International Socialist Organization de Estados Unidos), etc.
6) ANTARSYA, coalición anticapitalista que agrupa, entre otras organizaciones, a la SEK (Partido Socialista de los Trabajadores), vinculada a la corriente IST (Internacional Socialist Tendency) animada por el SWP de Gran Bretaña; el OKDE (Organización de los comunistas internacionalistas de Grecia) que está vinculado al IVª Internacional (SI); el APO (Grupo político anticapitalista); la Izquierda unitaria anticapitalista (Enantia), etc.

16/04/12