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Del “Chubutazo” al “Atlanticazo”, contra la destrucción ambiental y el saqueo

Del “Chubutazo” al “Atlanticazo”, contra la destrucción ambiental y el saqueo

Escribe Nicolás Núñez, referente de Ambiente en Lucha (Izquierda Socialista e independientes)

El final del 2021 con la rebelión en Chubut y el inicio del 2022 con las multitudinarias movilizaciones contra la explotación petrolera off shore en la costa bonaerense, ratificaron que la pelea en defensa del ambiente, contra la destrucción y el saqueo, se seguirá dando en todo el país, frente a la política del gobierno nacional, los gobernadores, las multinacionales y el FMI. Desde Ambiente en Lucha, en la coordinadora Basta de Falsas Soluciones, e Izquierda Socialista/FIT Unidad, seguiremos impulsando estas importantes luchas.

En diciembre una vez más el pueblo chubutense se rebeló y en una semana logró derogar la ley de zonificación que habilitaba la megaminería en la provincia. Ahora, en la última semana del 2021, el gobierno del Frente de Todos decidió apuntar sobre el Mar Argentino, habilitando la explotación petrolera “off shore”. Inmediatamente las Asambleas de la Costa Bonaerense y la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones convocaron a una jornada con movilizaciones en más de treinta ciudades del país, donde participamos con Izquierda Socialista/FIT Unidad. Miles colmaron cada punto costero, con convocatorias históricas en Mar del Plata y Necochea, en defensa del mar y por poner un freno al saqueo extractivista.

El Plan de saqueo “plurianual”

La habilitación de la explotación petrolera “off shore”, a 300 kilómetros de Mar del Plata en este caso, se veía venir de la mano de la Ley de Hidrocarburos que impulsó el gobierno, con beneficios de todo tipo para las petroleras. Detrás de este proyecto de saqueo está el acuerdo que quieren firmar con el FMI, y su plan “plurianual” que quieren votar en el Congreso: las regalías de exportación son una de las garantías que oferta el gobierno del Frente de Todos para el pago de la deuda externa.

El 24 de diciembre, como regalo navideño, en el Boletín Oficial salió la habilitación a la Secretaría de Energía para aprobar los pliegos de licitación de explotación petrolera en la zona marítima de las Islas Malvinas, lo que habilitaría incluso a multinacionales inglesas. Este antecedente es importante, porque el gobierno podría también haber dejado en manos de Darío Martínez, lobista del fracking y Secretario de Energía, la autorización de la explotación en el mar de los balnearios bonaerenses. Pero no fue así.

Quien dio luz verde fue el propio Juan Cabandié, Ministro de Ambiente, el mismo que organizó una Audiencia Pública donde sólo el 4% de los casi 400 participantes se manifestaron a favor de los beneficios económicos del emprendimiento, y quien desde su cargo había señalado que no iba a aprobar una explotación de estas características sin un “plan de transición energético nacional”. El aval a la multinacional Equinor (en un convenio con Shell e YPF) para explotar el mar costero bonaerense, mostró la unidad del Frente de Todos en la definición de que su “plan de transición energético” es el “Plan Plurianual” de ajuste y saqueo del FMI.

Equinor: garantía de saqueo y desastres ambientales

La habilitación de la explotación off shore se realiza en base a un “estudio de impacto ambiental” que encargó la propia empresa noruega Equinor, sin ningún tipo de chequeo por parte de organismos científicos o universidades locales. Esto mientras un informe de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Centro estima “para algunos niveles de producción estimados para la plataforma argentina, la ocurrencia de derrames es del 100%, incluso de derrames de grandes proporciones mayores a 1.000bbl”. Lo que no inmutó a Cabandié, a pesar de que la vigente Ley de Ambiente habla del “principio precautorio” que debe primar para frenar habilitaciones de explotación ante la posibilidad de este tipo de riesgos.

Esta explotación se realizaría sobre el principal corredor biológico del Mar Argentino, área de alimentación de la ballena franca austral, lo que representa un escenario de riesgos irreparables para la biodiversidad marítima. Parte de lo que explica que la industria pesquera y del turismo la estén rechazando.

Equinor (empresa de capitales mixtos fundada por el Estado de Noruega) a pesar de que el gobierno quiera presentarla como una empresa “modelo” tiene antecedentes de incendios en sus instalaciones en su país matriz en 2020; en Bahamas derramó 119.000 barriles en 2019; y le rechazaron el intento de realizar exploración en la Bahía Australiana. Noruega es de esos países que hacen gala de su matriz energética verde, pero se trata de una conversión energética que se sostiene justamente en la explotación y devastación ambiental de países semicoloniales como Argentina, donde también está metida en el negocio del fracking. La transición energética frente a la amenaza del cambio climático solo puede ser global y debe ser construida en base al fin del saqueo imperialista.

La soberanía energética es sin las multinacionales

El gobierno del Frente de Todos defiende esta iniciativa repitiendo los mismos argumentos del ex ministro macrista, Juan José Aranguren, primer impulsor de este acuerdo durante su gestión. La justifica “para sostener el abastecimiento”, intentando extorsionar al pueblo trabajador frente a la crisis energética.

Si la preocupación fuera garantizar el suministro energético, lo que hay que hacer es terminar con el robo de las privatizaciones que llevó adelante el gobierno peronista menemista y que todos los gobiernos sostuvieron hasta ahora. Terminar con los contratos de las empresas que jamás invierten lo necesario para garantizar el servicio. Reestatizar los recursos energéticos que hoy están mayoritariamente en manos del lucro privado de capitales extranjeros y que no son pensados como herramientas para planificar la transición productiva y energética que el país necesita. Y terminar con el pago de una deuda ilegítima y fraudulenta para poner esos recursos al servicio del desarrollo de la infraestructura que el país necesita.

En definitiva, la firma de Cabandié para la explotación petrolera off shore y la Ley de Hidrocarburos que el gobierno presenta como una “patriada”, son en realidad un mensaje diciendo: vengan a llevarse lo que quieran, les vamos a bajar las retenciones, les vamos a dar facilidades impositivas, si se generan pasivos ambientales el Estado Argentino se va a hacer cargo, y lo que recaudemos, se lo vamos a dar pagando la deuda.

Desde Ambiente en Lucha (Izquierda Socialista e independientes) entendemos que es necesario reforzar la movilización, siguiendo el ejemplo del Chubutazo, hasta derrotar esta política. Movilizarnos por nuestros mares, por nuestros bosques y sierras incendiadas en doce provincias en las últimas semanas; por los humedales que se quedaron sin su ley; por desterrar el fracking, la megaminería y el veneno de los agrotóxicos de todo el territorio argentino. Por un plan de transición energético y productivo al servicio de las mayorías populares y en armonía con la naturaleza.

Izquierda Socialista 06/01/22

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