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2009, el año en que el presidente Chávez le declaró la guerra a los trabajadores

2009, el año en que el presidente Chávez le declaró la guerra a los trabajadores: Orlando Chirino (I)

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Por:  Laclase.info

Orlando Chirino, dirigente nacional del partido Unidad Socialista de Izquierda (USI) y de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-CURA), nos ofreció este domingo 27 de diciembre un reportaje, en el que nos refirió sus puntos de vista sobre los acontecimientos más sobresalientes ocurridos durante este año 2009 y las perspectivas para el 2010.

Por lo extenso de sus declaraciones, hemos decidido publicar la entrevista en tres entregas, comenzando este lunes 28 diciembre con un primer bloque referido a la «Política laboral del gobierno y la respuesta de los trabajadores y el comportamiento de la dirigencia sindical venezolana». El martes 29 publicaremos: “Las verdaderas causas de la crisis económica, política y social en Venezuela»; y finalizaremos el miércoles 30 de diciembre con la publicación: “2010, el año de la clase trabajadora”.

Laclase.info: Orlando, a tu criterio y desde el punto de vista de los trabajadores ¿que fue lo más significativo en este año que termina?

A mi modo de ver creo que son dos o quizás tres los elementos más sobresalientes. Sin duda alguna puedo afirmar que el 2009 será recordado por las trabajadoras y los trabajadores venezolanos como el año en que el gobierno del Presidente Chávez les declaró la guerra. De la boca del Presidente salieron palabras amenazantes contra el derecho a la huelga; por vez primera se revocó y se echó para atrás un contrato colectivo de trabajo que había sido acordado por el sindicato y las directivas del Metro de Caracas y había sido homologado por el Ministerio del Trabajo.

Como en las peores épocas de la historia nacional, el aparato del Estado fue puesto al servicio de desconocer la independencia y la autonomía de las organizaciones sindicales, lo cual se hizo evidente en las distintas postergaciones de las elecciones sindicales en la industria petrolera y en la negociación del contrato en la industria eléctrica. Todo el país conoció la aberrante campaña desatada por el ministro Rafael Ramírez y en general por el gobierno nacional en contra de la Plancha No. 1 que encabezaba el compañero José Bodas a la presidencia de la FUTPV. El CNE, el Ministerio del Trabajo, la Guardia Nacional y la dirigencia sindical entregada al gobierno se unificaron como un solo hombre para derrotar a los trabajadores.

En materia económica se tomaron medidas para afrontar la crisis económica mundial, pero todas ellas apuntaron a golpear los raquíticos salarios de los trabajadores y sus derechos. Se incrementó en un 33% el IVA, que es un impuesto regresivo que afecta el bolsillo de los trabajadores. El gobierno autorizó un miserable aumento del salario mínimo del 20% fraccionado en dos partes, con lo cual se nos arrebató más de un 12% del poder adquisitivo de nuestros salarios, ya que la inflación del 2008 fue de 32%. Se recortó la inversión social lo que hizo que se vinieran a pique las Misiones y se potenció el endeudamiento interno y externo con lo cual se hipoteca la soberanía nacional y se explica la negativa del gobierno a negociar el contrato colectivo de trabajo a más de 2,5 millones de empleados de la administración pública y de las empresas del Estado.

Hasta el derecho a la movilización se nos limitó a los trabajadores. Intentamos realizar una movilización conjunta entre trabajadores de la UNETE de Aragua con compañeros de la Mitsubishi y tuvimos que hacerla por la acera en Caracas, ya que no se nos permitió movilizarnos libremente como lo hacíamos en años pasados. Todo el tiempo estuvimos controlados por la Guardia Nacional.

Para colmo de males el Presidente Chávez empezó a criminalizar la protesta laboral al instruir a los organismos de seguridad del Estado para que investigara a los dirigentes sindicales que luchamos en defensa de los derechos de los trabajadores. Por esa razón el compañero Rubén González, Secretario General del Sindicato de Ferrominera en el Estado Bolívar sigue con arresto domiciliario por haber dirigido una huelga exigiendo cumplimiento al contrato colectivo, mientas que cientos de dirigentes sindicales han sido limitados en su accionar, ya que se les impusieron medidas cautelares que les imposibilitan promover o participar en reuniones, asambleas y luchas de los trabajadores.

Y terminamos el año con dos noticias muy lamentables. La primera fue la calificación de despido a varios directivos sindicales de la Mitsubishi por parte del Ministerio del Trabajo, en una clara demostración de que el Gobierno juega para el lado de las multinacionales y en contra de los trabajadores, al aceptar la tesis de la patronal de que supuestamente los trabajadores somos violentos. Con esta jurisprudencia tenemos que prepararnos para lo peor el año entrante.

La otra mala noticia, es el cierre de varias secciones de Alcasa, Venalum y de dos hornos en Sidor, dejando cesantes a casi 1.000 trabajadores. Por ahora se habla que se les garantizarán los salarios a estos trabajadores, pero todos sabemos que hay una desmejora laboral y con el tiempo esta situación será utilizada como argumento para solicitar al Ministerio del Trabajo una autorización para despido masivo. Ya nosotros sabemos cómo comienzan y cómo terminan ese tipo de medidas arbitrarias.

Las imprevisiones del gobierno, el despilfarro y la corrupción de la burocracia del sector eléctrico la terminamos pagando los trabajadores. Es más, me atrevo a opinar que el argumento de la crisis eléctrica lo va a utilizar el Gobierno para encubrir la grave crisis que hoy viven las empresas de la CVG. Esa es la verdad verdadera. Con ese mismo argumento se seguirá postergando el inicio de la negociación del contrato colectivo en esas empresas y se seguirán violando de manera flagrante las cláusulas convenidas. Ni que decir de los trabajadores del sector eléctrico que continuarán viendo pasar el tiempo sin gozar de los beneficios de la nueva convención.

Esta ha sido la dramática realidad que las trabajadoras y los trabajadores venezolanos hemos vivimos durante este 2009. Situación que no se limita exclusivamente a los trabajadores del sector público. También en el sector privado hay una fuerte arremetida, ya que los patronos se sienten confiados en poder desconocer los derechos de los trabajadores sin que les pase absolutamente nada, porque tienen como ejemplo el comportamiento y la actitud anti-obrera y anti-sindical del gobierno. Tampoco podemos olvidar que los gobernadores y alcaldes de la oposición actuaron en forma similar al gobierno. Tenía razón un dirigente sindical de la Alcaldía de Chacao, cuando afirmaba que el gobierno nacional en manos del chavismo y los gobiernos regionales y locales en manos de la oposición tenían a los mismos asesores laborales, porque todos eran anti-sindicales y anti-obreros.

Nuestra corriente tuvo que dar una dura batalla para conseguir buenos contratos en las empresas privadas en Aragua, Caracas, Guarenas-Guatire, Yaracuy, Cojedes, Carabobo, Anzoátegui, Mérida, Trujillo y Lara, entre otros estados. Donde más avanzamos sin duda fue en Aragua, pero no fue fácil, fueron negociaciones intensas con movilizaciones permanentes de los trabajadores, para lograr buenos paquetes económicos, políticos y sociales. Esperamos que lo logrado en esas negociaciones sirva de ejemplo a todos aquellos trabajadores que aún siguen confiando en el gobierno o que aún se creen el cuento de que el Presidente Chávez no está enterado de nada. Si no se lucha no se defienden derechos, ni mucho menos se conquistan nuevas reivindicaciones.

Laclase.info: ¿Y cómo respondió el movimiento sindical y los trabajadores a esta ofensiva?

Antes quiero aclararte lo siguiente. La ofensiva del gobierno en contra de los trabajadores se viene dando desde hace tres o cuatro años. Recuerda que en el 2006 desde el alto gobierno se promovió la división de la UNETE. En el 2007 el Presidente Chávez lanzó una ofensiva contra la autonomía sindical; luego durante el 2008 quiso obligar a los trabajadores a afiliarse al PSUV y durante esos mismos años se negó a discutir el contrato marco para los empleados de la administración pública. La diferencia es que en el 2009 se toman medidas concretas en contra de los trabajadores. Existe una arremetida violenta similar a la que aplica cualquier gobierno capitalista del mundo en contra de los trabajadores para paliar la crisis económica. En síntesis, durante el año 2009, el gobierno muestra su verdadera cara de gobierno al servicio de los patronos tradicionales, de la chavo-burguesía y de las multinacionales.

Una vez aclarado lo anterior, creo que el otro gran hecho sobresaliente de este 2009 es la poderosa resistencia de los trabajadores que no se amilanaron ni se doblegaron ante esta brutal ofensiva anti-sindical y anti-obrera. No tengo las estadísticas a la mano, pero creo que de los diez años de gobierno del Presidente Chávez, el 2009 ha sido el de mayor conflictividad laboral. Hubo conflictos en todos los sectores de la producción, en las industrias básicas. Lucharon los empleados públicos, los trabajadores de la educación y de la salud, los petroleros, los trabajadores del sector eléctrico, los trabajadores de las empresas privadas nacionales o multinacionales. Las movilizaciones y luchas se realizaron en todo el territorio nacional. No hubo sitio de la geografía nacional donde no se registrara un conflicto de tipo laboral por violación de los derechos de los trabajadores, por desconocimiento de sus contratos de trabajo o en defensa del derecho al trabajo o a la vida.

Pienso que la gran preocupación que hoy en día tiene el gobierno es que sabe que no controla a los trabajadores. El Gobierno creyó que el cheque en blanco que los trabajadores le firmaron hace algunos años no tenía caducidad y se ha equivocado totalmente. Los trabajadores nunca renunciamos a nuestros derechos, mucho menos cuando nos encontramos con un gobierno que ha estafado a la población, que dice una cosa y hace otra, que habla de socialismo todo los días, pero todo los días atenta contra los sagrados derechos de la clase trabajadora y del pueblo. Buena parte del movimiento sindical y de los trabajadores tienen claro que no avanzamos hacia el socialismo, que por el contrario estamos regresando a etapas superadas en las que se nos pisoteaban y negaban nuestros derechos.

A mi manera de ver, el año 2009 es el preludio de lo que se viene para los próximos años: una poderosa rebelión anti-gubernamental y anti-patronal porque los trabajadores han entendido que para avanzar tienen que derrotar a los patronos, sean nacionalistas o extranjerizantes, tradicionales o chavistas.

Vuelvo a repetir que el 2009 ha sido un año muy difícil, de muchos golpes, pero también de gran aprendizaje, porque es el año en que los trabajadores como clase social, empezaron su distanciamiento, su ruptura con un gobierno burgués nacionalista. Esto es lo más importante, lo positivo y cualitativo de este año que termina por estos días. A eso le teme el gobierno, mientras que los revolucionarios estamos felices porque hemos luchado con mucho coraje y con mucha dedicación para que llegara este momento, que es el momento de las grandes definiciones.

laclase.info: Mencionaste que probablemente eran tres, los grandes hechos sobresalientes ¿cuál es ese tercer factor?

No sé si catalogarlo como un hecho novedoso y sobresaliente ya que se venía presentando desde tiempo atrás. De todas formas creo que no podemos dejarlo pasar desapercibido. Se trata del papel de los dirigentes sindicales que se identifican con las políticas anti-sindicales y anti-obreras del Presidente Chávez.
Hace algunos años era hasta justificable, entre comillas, que la dirigencia sindical se rasgara las vestiduras por el Presidente Chávez. Lo cierto es que en el 2009 ya es totalmente intolerable que un dirigente sindical que se precie como tal, salga a respaldar en forma incondicional medidas adoptadas por el gobierno que afecten a los trabajadores. Lo sucedido en marzo cuando el Presidente Chávez anunció el Plan Anti-crisis es patético. Ni bien terminó la cadena presidencial, de inmediato salieron por televisión los dirigentes sindicales a corroborar como positivas las medidas anunciadas por el gobierno, a pesar de que los trabajadores de base opinaban lo contrario.

Desde mi punto de vista, se trató de una traición histórica, similar a la cometida por la dirigencia sindical de la CTV durante el 2002 cuando apoyó el golpe fascista y el paro-saboteo patronal. De allí que nuestra ruptura con esa dirigencia ha sido total, porque no se puede estar en la misma trinchera con quien dispara en contra de los trabajadores.

Lo de marzo luego se volvió a presentar en varias oportunidades. Ninguno de esos dirigentes sindicales chavistas se opuso a las declaraciones del Presidente Chávez desde Ciudad Piar cuando amenazó a la clase trabajadora. Se repitió en Ciudad Guayana cuando varios dirigentes sindicales chavistas realizaron una rueda de prensa para “repudiar” a los trabajadores de las empresas básicas que se movilizaban en defensa de sus derechos. Marcano, diputado del PSUV y dirigente sindical respalda que Rubén González de Ferrominera tenga casa por cárcel. Marcela y Stalin recientemente en un congreso fantasma no llamaron a una movilización contra el gobierno y su Ministra del Trabajo que autorizó el despido de varios dirigentes sindicales de la Mitsubishi. Y hace pocos días la dirigencia sindical chavista salió a respaldar a la Ministra del Trabajo, al Ministro Ángel Rodríguez y a Saenz en su Plan de Ahorro Eléctrico con el cual justifican el cierre de varias secciones en Alcasa, Venalum y los hornos en Sidor.

Lo sucedido en las negociaciones de contrato en la industria eléctrica y petróleo también son pruebas de esa gran traición. La dirigencia de Fetraelec se doblegó cuando el Presidente Chávez amenazó y culpó a los trabajadores de desestabilizadores. Desde ese momento Navas desapareció de la escena porque prefirió servir de garante de las políticas del nuevo ministro de Electricidad, antes que salir a defender con conciencia de clase los intereses de los trabajadores. Ni que decir de la actuación de los dirigentes de Vanguardia Obrera Socialista (VOS), que se convirtieron en los voceros del gobierno y del ministro Rafael Ramírez, y hoy están comprometidos en la más grande traición que tengan conocimiento los trabajadores de la industria petrolera.

La claudicación de esa dirigencia sindical chavista es total al servicio de los intereses del Estado-patrón, de la chavo-burguesía y los patronos nacionales e internacionales. Por eso me atrevo a afirmar que el 2009 marca la traición histórica de esa dirigencia sindical y ese será el gran desafío que tenemos los trabajadores clasistas, combativos y autónomos. Es un deber de revolucionarios derrotar a esa dirigencia sindical chavista que junto con la totalidad del gobierno, incluyendo al Presidente Chávez, se han convertido en el gran obstáculo para profundizar la revolución en una verdadera perspectiva socialista.

Laclase 28/12/09