¡Que reconozcan ya al nuevo sindicato del subte!
Para la reunión del lunes 16 de noviembre que citó el ministro de Trabajo Carlos Tomada con una delegación de trabajadores del subterráneo, el gobierno ha llevado propuestas parciales, pero ninguna solución de fondo al conflicto.
Los Kirchner se niegan a inscribir al nuevo sindicato cuando podrían hacerlo inmediatamente. Encima, piden una tregua de diez días.
Escribe: Pablo Delverde
Después de un contundente paro de 24 horas, el gobierno llamó a los delegados del subte a negociar. Un paso adelante, si se tiene en cuenta que su política fue quebrar el paro, amenazar con declararlo ilegal, ningunear a los metrodelegados y negarles la inscripción de su sindicato. La clave para llegar a esta situación ha sido la enorme fortaleza que han demostrado el conjunto de los compañeros que masivamente llevaron adelante las medidas de fuerza de las últimas semanas, pese a las patotas que mandó la burocracia de la UTA, los aprietes de la patronal y el gobierno, y a que los grandes medios de comunicación intentaron predisponer a la opinión pública en contra de los trabajadores y su lucha.
El jueves 5 de noviembre se realizó un paro de 12 horas que paralizó por completo el servicio de las seis líneas y el Premetro. La presencia de la patota de la UTA en los andenes de Constitución demostró, por un lado, que la burocracia sindical es sumamente minoritaria en el subte y que la única forma que tiene de hacerse oír es con patotas y barras bravas. También demostró que los trabajadores, lejos de amedrentarse con los matones, están dispuestos a ir hasta el final para lograr el reconocimiento de su organización gremial. Esa misma tarde, Tomada salía a declarar por los medios que el paro era “salvaje” y que no existían motivos para el mismo. Un fuerte respaldo a la burocracia de la UTA y a la patronal de Metrovías.
Cuando la noticia del contundente paro era tapa en todos los diarios del viernes 6, un grupo de matones de civil, junto a efectivos de la Policía Bonaerense, atacaron en forma artera y cobarde a la familia de Néstor Segovia, en represalia por la contundencia del paro del día anterior. La solidaridad fue masiva y contundente (ver Cobarde agresión…).
Ese mismo día se convocó a un nuevo paro de 24 horas para el martes 10. Nuevamente, la masividad de la medida derrotó la apuesta de la triple alianza conformada por la burocracia, el gobierno y Metrovías (la privatizada en manos del grupo Roggio) que, en esta ocasión, quiso quebrar la huelga intentando “garantizar” un servicio de emergencia. Las cabeceras de las distintas líneas fueron punto de concentración de centenares de trabajadores del subte y de las distintas organizaciones sindicales combativas, sociales y estudiantiles que junto a la izquierda acercaron su solidaridad. No salió ni un tren.
Es evidente que el gobierno de los Kirchner ha caído en la cuenta que no le resultará nada sencillo derrotar la lucha de los trabajadores del subte. Por eso ha tenido que cambiar de táctica, convocarlos a negociar concediendo algunos puntos del reclamo y pedir una tregua hasta una próxima reunión el miércoles 25, sin pronunciarse por ahora sobre el tema central, que es el otorgamiento de la personería.
Mientras los trabajadores del subterráneo discuten en asambleas las medidas que tomarán en estos días, es fundamental seguir rodeando de apoyo su pelea. Exigiéndole a la CTA, que dice defender el reclamo del subte, que convoque a medidas concretas de apoyo.
En estos momentos se torna imprescindible avanzar en la coordinación efectiva de todos los sectores antiburocráticos del movimiento obrero. Por eso sería muy importante que el cuerpo de delegados del Subte convoque a una reunión, encuentro o plenario unitario a la comisión interna de Kraft, Zanón, los ferroviarios de TBA, a la CTA y demás sectores sindicales y políticos para avanzar en un plan de acción en apoyo a su lucha. Desde ya, Izquierda Socialista seguirá apoyando todas las medidas que decidan los trabajadores en asamblea. Como dijera un compañero sobre las medidas ya llevadas a cabo: “fueron diez días que conmovieron al subte”.
El Socialaista 18/11/09