80 años de La Revolución Permanente
Llega a mis manos después de muchos años, el libro “La Revolución Permanente” de León Trotsky. Un periódico español de circulación estatal distribuyo este libro, con la compra del mismo.
Para Celia Hart.
Llega a mis manos después de muchos años, el libro “La Revolución Permanente” de León Trotsky. Un periódico español de circulación estatal distribuyo este libro, con la compra del mismo.
En mis años juveniles en la Argentina, le di una leída rápida sin profundizar, ni prestarle mucha atención. Mejor dicho conocía lo que decía Trotsky, por boca de los que lo criticaban. Haciéndome eco de la Historia oficial “Comunista”.
De antemano el libro estaba satanizado por la “Santa Iglesias Estalinista”, por lo tanto todo lo que decía en el libro era mentira y sus planteamientos carecían de valor político.
Durante muchos año debatí con militantes trotskistas los contenidos de este libro. Debates duros, apasionados y fundamentalmente descalificadores, que en más de una vez terminaban en insultos e incluso en agresiones físicas.
Después de tantos años y después de darle una lectura tranquila y razonada, siento una enorme vergüenza intelectual e ideológica, por haber dicho tantas tonterías y haberme negado, la posibilidad de contar con este instrumento político, tan importante, como es La Revolución Permanente.
Del contenido del libro y del pensamiento revolucionario de Trotsky, charle largamente con Celia Hart en La Habana. Ambos coincidíamos en que en el balance de todos estos años del proceso revolucionario -que va desde 1917 hasta nuestros días- Troski tenia el análisis correcto. La concepción del socialismo en un solo país, la revolución por etapas termina destruyendo el movimiento comunista internacional, haciendo fracasar decenas de procesos revolucionarios, llevando al proletariado a un callejón sin salida y sin futuro.
La deriva estalinista del PCUS arrastro al conjunto del movimiento comunista internacional a políticas reformistas y claudicantes, ante el sistema capitalista mundial.
Según Trotsky en su Revolución Permanente -análisis que venia haciendo desde 1904- para que el socialismo triunfara deberia internacionalizarse y no quedar limitada a una sola nación.
Despues de Trotsky sera seguramente Ernesto Guevara quien entendera claramente este concepto de revolución permanente. El Che entendia que el enfrentamiento con el imperialismo debia darse de forma simultanea. Por ello su “internacionalismo permanente” y su idea de crear en Bolivia un ejercito guerrillero latinoamericano que hiciera posible la revolucion socialista.
La otra concepción, la estalinista, termina con regímenes burocráticos, donde lejos de implantarse la dictadura del proletariado, se impuso la dictadura del nacionalismo ruso con fachada comunista y los gobiernos del área socialista y los partidos comunistas en el ámbito mundial se convirtieron en simples marionetas, al servicio del proyecto del socialismo en un solo país.
Este modelo antileninista termino con la vergonsoza caida y autoinmolación del campo llamado socialista.
A pesar de las nefastas consecuencias de esta política, nuevos tiempos revolucionarios recorren el mundo. En Venezuela hoy se sitúa uno de las experiencias antiimperialistas más importantes, que esta radiando y contagiando a otros pueblos a la lucha anticapitalista.
Después de que León Trotsky terminara de escribir en Constantinopla el 30 de noviembre de 1929, hace exactamente 80 años La Revolución Permanente, su libro tiene más vigencia que nunca.
Con Celia hablábamos de la necesidad de una nueva internacional revolucionaria, que pudiera llevar estos ideales a todos los puntos de la tierra. Ahora más que nunca se hace necesaria.
Había termina este articulo ayer viernes por la noche y en Telesur escucho las declaraciones de Hugo Chávez «Yo creo que llegó la hora de que convoquemos la Quinta Internacional, y yo me atrevo a convocarla, creo que es una necesidad y me atrevo a pedir que la creamos, lo propongo: creo que está decidido», durante la clausura del Encuentro Mundial de Partidos y Movimientos de Izquierda.
Estábamos en el buen camino Celia.