Aminetu Haidar doblega a la monarquía marroquí y llega al Sáhara Occidental luego de un mes en huelga de hambre
La activista saharaui Aminatu Haidar partió esta noche de la isla española de Lanzarote hacia el Sahara Occidental a bordo de un avión enviado por el gobierno español tras doblegar a la monarquía marroquí al cabo de un mes de huelga de hambre.
La activista de derechos humanos saharahiui de 42 años, quien ha sufrido cárcel y desaparición a manos de la monarquía marroquí, se mantuvo por 32 días en huelga de hambre, luego de ser expulsada de El Aaiún por las autoridades de la ocupación el pasado 14 de noviembre.
«Esto es un triunfo. Una victoria del derecho internacional, de los derechos humanos, de la justicia internacional y de la causa saharaui», afirmó Haidar a la prensa tras salir en silla de ruedas del hospital en el que ingresó en la madrugada del jueves por el agravamiento de su salud.
Más de 300 personas la vitorearon y la felicitaron en el momento en el que embarcó. Envuelta en una manta azul y blanca y con su inevitable melfa, Haidar dedicó tres minutos a despedirse. «Felicidades a la sociedad civil, a la plataforma, a todos los medios que nos han apoyado, muchas gracias por vuestra presencia permanente», dijo la activista.
La mujer afirmó que lo primero que hará es abrazar a sus dos hijos y a su madre. En el avión la acompañaron su hermana y el médico que la atendió voluntariamente al inicio de su protesta.
Haidar salió del hospital sin haber tomado aún alimento alguno, algo que no hará hasta que pise el suelo de la capital del Sahara Occidental, la ex colonia española que Marruecos ocupó militarmente en 1975.
La monarquía marroquí la expulsó del Sahara Occidental el 14 de noviembre tras confiscar su pasaporte cuando regresaba de recoger en Estados Unidos un galardón por su actividad en defensa de los derechos humanos. Hace 15 días España, importante socio de la camarilla gubernamental marroquí, había intentado devolverla al Sahara pero Marruecos lo impidió.
Según la plataforma que se formó en su apoyo en España, Marruecos ha aceptado esta vez «sin condiciones» su regreso.
La conocida como «Gandhi del Sahara» no tendrá que pedir perdón al rey Mohammed VI ni reconocer públicamente la nacionalidad marroquí, algo a lo que miembros del Ejecutivo alauita la habían instado a lo largo de los 32 días en los que se mantuvo en huelga de hambre exigiendo poder volver a su tierra.
Por su parte, el Gobierno español había emitido un comunicado a última hora del jueves en el que hacía un llamamiento a Marruecos para que permitiera su regreso y donde afirmó que comparte la preocupación de la comunidad internacional para que se avance en las negociaciones sobre el Sáhara Occidental. Luego del armisticio firmado en 1991, bajo el cual la ONU quedaba como garante de la realización de un referendo de autodeterminación, Marruecos ha bloqueado cualquier negociación en torno a la autodeterminación saharahui, implementando un estado de represión permanente en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.
Retorno bajo el signo de la ocupación marroquí
A falta de comunicación oficial, hizo falta que el hermano de Aminatou, Ahmed, confirmara la noticia tras hablar con su madre para que los compañeros de lucha de la activista saharaui creyeran en la buena noticia.
«Es una felicidad increíble para nosotros, sobre todo para mi madre y los hijos de mi hermana. Sólo la lucha de mi hermana ha logrado esta victoria», decía orgulloso.
El Ministerio del Interior marroquí prohibió a la prensa ir al aeropuerto. Poco después de saberse la noticia, el representante del Ministerio del Interior marroquí comunicaba en El Aaiún a los periodistas que tenían absolutamente prohibido acceder al aeropuerto para informar de la llegada de Haidar. Varios coches de Policía impedían acercarse al lugar a la hora estimada del aterrizaje.
Nada más aterrizar el avión de Aminetu las autoridades marroquíes comenzaron la represión contra los ciudadanos saharauis que esperaban la llegada de la activista. Algunos jóvenes fueron detenidos en los alrededores de la casa de la familia Haidar y su hermano Ahmed estuvo a punto de ser arrestado, aunque la intervención de la familia lo evitó.
A última hora de ayer, la principal duda era confirmar si la activista sería conducida directamente a la casa que tiene su madre en la calle Bir Jdid, en el modesto barrio de Casa Piedras, o al hospital Hassan Bel Mehdi, donde otras veces ha sido curada tras sufrir palizas y torturas.
La celebración también se vio empañada por el miedo. La propia madre de Haidar pidió a la concurrencia que guardara silencio y que no saliera a la calle. El miedo fue también el motivo invocado por la familia de Aminatou para no ir al aeropuerto a recibirla. Conscientes del poder de convocatoria de la activista, sus familiares querían evitar a toda costa cualquier disturbio. Por esa misma razón, los hijos de la activista la esperaban anoche en casa, vestidos con sus mejores galas.
La noticia del regreso de Haidar se extendió rápidamente entre los activistas de derechos humanos que, como ella, desafían la ilegalidad en la que trabajan. Marruecos no reconoce ni da permiso a sus asociaciones, y les somete a la constante persecución represiva y judicial.
Quienes luchan por los derechos humanos en el Sáhara saben que la huelga de hambre de su compañera ha sacado su causa del olvido. Larbi Messaoud, secretario general del Colectivo de Defensa del Sáhara (CODESA), la asociación fundada por Aminatou, se felicitaba anoche porque «la lucha de Aminatou ha colocado nuestra pelea en lo más alto».
También Ghalia Djimi, amiga íntima de Haidar, expresaba su alegría de camino hacia la casa de Darya, la madre de Aminatou: «Yo sabía que esta vez iba a funcionar», se congratulaba esta mujer, que compartió una celda de apenas diez metros cuadrados con Aminatou, en los casi cuatro años que ambas estuvieron encarceladas en un centro secreto de detención en El Aaiún, sin juicio ni cargos, entre 1987 y 1991.
17/12/09