En la web los archivos de los sindicatos clasistas cordobeses de los años 70
Los sindicatos SITRAC – SITRAM y otras agrupaciones gremiales nacieron y se desarrollaron en Córdoba y en otros puntos del país y se autodefinieron “Clasistas” apoyándose en las asambleas de base.
Fruto de múltiples esfuerzos, hoy el archivo de SiTraC, resguardado por la Fundación Pedro Milesi y Biblioteca Popular de Bella Vista*, se pone a disposición pública por medio del sitio web sitracsitram.com.ar. Quienes hacen posible que los archivos sean puestos a disposición del público suman sus esfuerzos para llevar adelante este cometido sin ningún ánimo de lucro. Participan de este proyecto la propia Fundación Pedro Milesi, a través de su máxima referente, Susana Fiorito, a quien se suma el Programa de Historia Oral de la Universidad de Buenos Aires que dirige el Dr. Pablo Pozzi, en colaboración con el equipo que lleva adelante el sitio web DE IGUAL A IGUAL.
Auspician el archivo SiTraC SiTraM la Asociación de Historia Oral de la República Argentina y la Asociación de Historia Oral del Norte Argentino.
La Historia
El Si.Tra.C. fue un sindicato de empresa, integrado por los operarios de la planta Fiat Concord Mecánica de Autos (fábrica de automotores) instalada en Ferreyra, a pocos kilómetros de la ciudad de Córdoba. El complejo Fiat de Ferreyra estaba compuesto además por Materfer (fábrica de Material Feroviario), cuyos dependientes estaban afiliados a otro sindicato de empresa, el Sindicato de Trabajadores de Materfer, Si.Tra.M., y por Grandes Motores Diesel, con personal agremiado en el Sindicato de Mecánicos y Afines, SMATA, filial Córdoba, que es una organización de Jurisdicción nacional. Los operarios de las tres plantas de Fiat eran, en 1970, alrededor de 4000.
Tanto SiTraC como SiTraM actuaron, hasta ese año, como organizaciones pro patronales, cuya función principal consistía en disciplinar la mano de obra, ejercer la representación formal que facilitaba a sus dirigentes convalidar la política de relaciones laborales de FIAT y señalar al jefe de personal a los operarios potencialmente conflictivos para que la empresa procediera a despedirlos. La afiliación sindical era muy baja, la participación no existía y los escasos delegados se designaban por acuerdo entre la patronal y el pequeño grupo de “dirigentes” gremiales”.
En marzo de 1970, enmarcada en el proceso de movilización popular y concientización política que había hecho eclosión en el Cordobazo de mayo de 1969, una Asamblea muy numerosa, realizada en la planta Concord, cuestionó la conducción sindical de SiTraC y exigió su desplazamiento.
Así se inició un proceso que, a través de la afiliación masiva, la elección de una nueva Comisión Directiva y un nuevo Cuerpo de Delegados, cohesionó a los trabajadores y los lanzó a la participación activa de un movimiento social que tuvo a la clase obrera y al pueblo de Córdoba como actores protagónicos.
Los obreros de Marterfer, en una trayectoria similar, recuperaron su sindicato en junio de 1970.
Estos sindicatos y otras agrupaciones gremiales que, a partir de su ejemplo, nacieron y se desarrollaron en Córdoba y en otros puntos del país, se autodefinieron “Clasistas”, recuperando una perspectiva que había desaparecido desde mediados de la década del ’40, de las expresiones del movimiento obrero organizado, y orientaron su actividad apoyándose en el funcionamiento permanente de las Asambleas de base y en la movilización callejera.