La masacre de Mitsubishi, un crimen aberrante del gobierno y la burguesía contra los trabajadores.
Son ampliamente conocidos los hechos del 29 de enero de 2009 en la planta de Mitsubishi en Barcelona. La policía de Anzoátegui, al mando del gobernador Tarek William Saab, quien es ficha del PSUV, atacó a balazos a los trabajadores realizaban una huelga desde el 12 de enero, asesinando a dos trabajadores e hiriendo a varios más. La huelga se realizaba en protesta por el despido ilegal de 135 trabajadores tercerizados y el incumplimiento del contrato por parte de la transnacional capitalista.
Inmediatamente los medios oficiales y las autoridades intentaron encubrir el crimen. YVKE Mundial tituló la noticia en su página web de la siguiente manera: «Fallecidos dos trabajadores por conflicto laboral». El secretario de gobierno de Anzoátegui defendió a los efectivos policiales que masacraron a los trabajadores, aduciendo que se había tratado de un «enfrentamiento». El presidente Chávez, días después, reforzó este discurso criminalizador, al plantear que «los trabajadores pierden la razón cuando protestan armados».
Para empeorar las cosas, la CMR, organización adscrita al PSUV, elogió al gobernador por su condición «revolucionaria», y acusó de los asesinatos a «fascistas infiltrados» en los cuerpos policiales. Posteriormente la versión fue desmentida por Félix Martínez, secretario general del sindicato de Mistubishi.
Sin embargo lo cierto es que no hubo enfrentamiento, sino un ataque brutal por parte de un cuerpo policial a las órdenes de un gobierno regional chavista. El 27 de septiembre de 2007, esa misma policía arremetió a balazos contra una protesta de trabajadores petroleros, hiriendo a un trabajador gravemente por la espalda.
Burócratas sindicales del Frente de Trabajadores del PSUV, como Oswaldo Vera y Franklin Rondón, se sumaron a la estrategia gubernamental de criminalizar a los trabajadores. Según la burocracia sindical gobiernera, se justificaba la represión y los despidos por tratarse de unos trabajadores «anarquistas», renuentes a «coger línea».
Para terminar de aniquilar la lucha obrera, el gobierno ha continuado la represión por medios legales, despidiendo a más de 300 trabajadores en 2009 y 2010, incluyendo a la directiva del sindicato.
LaClase 11/04/10