Raúl Castro: En Cuba está en riesgo el sistema político si no se endereza la economía
Reducir el gasto público, impulsar la agricultura y eliminar el mercado negro, próximas metas. Resalta la falta crónica de albañiles, maestros, policías y otros oficios que están por desaparecer.
Sobra uno de cada cinco puestos de trabajo en el país, dice en Congreso de Jóvenes Comunistas
En riesgo, el sistema político si no se endereza la economía: Raúl Castro
Reducir el gasto público, impulsar la agricultura y eliminar el mercado negro, próximas metas
Resalta la falta crónica de albañiles, maestros, policías y otros oficios que están por desaparecer
La Habana, 5 de abril. En Cuba sobra uno de cada cinco puestos de trabajo, equivalente a más de un millón de personas que tendrán que reubicarse, según anunció el domingo el presidente Raúl Castro.
En su discurso ante el noveno congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, el mandatario dijo en tres ocasiones que si no se endereza la economía, está en riesgo el sistema político de la isla.
Castro expuso que se propone reducir el gasto público a su nivel indispensable, impulsar la agricultura, eliminar subsidios y el mercado negro y convertir al salario en una necesidad imperiosa, esencialmente la política que anunció al Parlamento en julio de 2008.
Aseguró que está en marcha la actualización del modelo económico y que continuar gastando por encima de los ingresos sencillamente equivale a comernos el futuro y poner en riesgo la supervivencia misma de la revolución.
La advertencia tampoco es nueva. La había hecho el entonces presidente Fidel Castro en noviembre de 2005, cuando pidió discutir una reforma para evitar el colapso del sistema.
Raúl Castro, que no se ha comprometido con plazos para su plan, pidió a quienes dentro del país reclaman cambios inmediatos que tengan en cuenta “el rosario de asuntos que estamos estudiando.
Sobran cientos de miles de trabajadores en los sectores presupuestado y empresarial, con plantillas de trabajo terriblemente infladas, indicó el presidente cubano. Agregó que algunos analistas calculan que el exceso de plazas sobrepasa el millón de personas y éste es un asunto muy sensible que estamos en el deber de enfrentar con firmeza y sentido político.
Advirtió que su gobierno luchará por crear las condiciones para que haya empleo productivo para todos, pero subrayó que no será el Estado el que resuelva la reubicación de los despedidos. Los primeros interesados en encontrar un trabajo socialmente útil deben ser los propios ciudadanos.
Tampoco ofreció señales sobre una eventual reapertura de licencias para microempresas familiares o la formación de cooperativas en la producción y los servicios, y en cambio resaltó la falta crónica de constructores (albañiles), obreros agrícolas e industriales, maestros, policías y otros oficios indispensables que poco a poco van desapareciendo.
El más reciente reporte de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) indicó que en 2009 la población económicamente activa era de 5 millones 158 mil 500 trabajadores, con un desempleo de 1.7 por ciento y un salario medio de 427 pesos (18 dólares a la tasa comercial).
En noviembre pasado el diario oficial Granma dijo que sólo en las granjas estatales hay 89 mil trabajadores improductivos (26 por ciento del total). El matutino abrió ese día su edición con una cita de Fidel Castro de 1986, criticando el exceso de personal contratado.
Según el último informe disponible de la ONE sobre estructura de la fuerza laboral, en 2008 los ocupados eran operarios en un 35 por ciento, técnicos (28), empleados de servicios (23), dirigentes (7.6) y administrativos (5.2).
Texto íntegro de la declaración del IX Congreso de la UJC en rechazo a las campañas mediáticas y la resolución anticubana del Parlamento Europeo
Declaración de la juventud contra la mentira y el odio
Cubadebate
Hace sólo unos días, conmemoramos el 132 aniversario de que un joven de apenas 33 años, mayor general de humilde estirpe y con tanta fuerza en la mente como en el brazo, levantó la voz de la dignidad para desterrar cualquier pretensión de una Cuba sin independencia.
En esa ocasión nuestro Titán de Bronce, Antonio Maceo y Grajales, dejó sentado como un principio que trascendió a su época, la determinación de que en este pueblo jamás se aceptarían órdenes, pactos o exhortaciones que impliquen el desprecio a nuestras decisiones o la ilusión de vernos otra vez de rodillas.
El pasado 11 de marzo, cuatro días antes de esta efeméride, la necedad de quienes se creen con el derecho de condenar o juzgar, parió una resolución contra nuestro país, que nos ofende por su inmoralidad, pero no nos sorprende, porque quienes la aprobaron poco saben, y menos aún les interesa saber, la esencia real de nuestros asuntos, nuestras conquistas, limitaciones y propuestas, a ellos les basta con hacer de peones bien pagados en la guerra sucia contra Cuba.
La Unión Europea debería haberse preguntado y preguntarnos primero, antes de proclamar sus hipocresías asombrosas, por qué a pesar de los problemas, las carencias, el golpe de los huracanes y el genocidio cotidiano del bloqueo, que ya dura casi 50 años para rendirnos por hambre, los jóvenes cubanos hemos decidido seguir adelante, decirnos las cosas entre revolucionarios, debatirlas y buscar soluciones que no impliquen bajar la cabeza y olvidar la historia.
Sabemos que estas interrogantes habrían traído respuestas que los enemigos de la Revolución no quieren escuchar; argumentos que la prensa occidental está obligada a callar, pues su libertad de expresión termina, allí donde comienzan nuestras verdades.
No somos una juventud contenida y apresada en resentimientos y frustraciones, como quieren hacer creer al mundo, sabemos distinguir entre la autocrítica que aporta al bien social y la trampa sutil de los que tienden sus manos repletas de monedas, sin haber limpiado de ellas la sangre de más de más de 3 mil cubanos asesinados en acciones terroristas y de miles de otras víctimas esparcidas por todo el mundo, lo cual incluye a Europa, que esconde bajo el desgaste de su culta imagen, las penas y desdichas de millones de jóvenes y niños con carencias y discriminaciones, para quienes jamás habrá resoluciones en el Parlamento Europeo, como tampoco las hemos encontrado en condena al injusto encarcelamiento que sufren cinco héroes cubanos, verdaderos luchadores contra el odio y el terror, a quienes se les han violado los más elementales derechos en las cárceles de los Estados Unidos.
Nos unimos al rechazo que ha generado en toda la isla y en amplios sectores del mundo, este ejercicio de guerra imperialista, que no ha cambiado su esencia, ahora con la utilización de formas más sutiles y encubiertas de subversión e influencia psicológica, utilizando campañas mediáticas dirigidas a justificar sus planes de agresión, divulgar mentiras y construir pretextos, expresión de rencor feroz contra un pueblo, que está acostumbrado a ser agredido, desde que plantó su decisión de ser diferente, a 90 millas de quienes no toleran la libertad de ser distintos, en un claro desdén a la verdadera democracia y respeto entre las naciones.
Los derechos para los humanos que habitamos este país han sido garantizados por primera vez después del Primero de Enero de 1959; ni delincuentes comunes devenidos en suicidas, lo cual lamentamos, ni grupusculeras con acompañantes asalariadas lograran confundirnos ni atemorizarnos.
Con las jóvenes generaciones de cubanos jamás podrán contar en su propósito de regresarnos al pasado, los embustes que descaradamente fabrican y que tan ágilmente multiplican los poderosos medios del imperialismo mundial, no lograran sus objetivos, no vamos a ceder ante sus chantajes. Nuestro pueblo, encabezado por sus jóvenes responderá con inteligencia y energía, nos asiste la más firme convicción de que defendemos una obra mayúscula de justicia y humanidad: esta Revolución cubanísima; nuestras calles, bastión revolucionario y miliciano, sólo serán tomadas por la alegría de niños y jóvenes, que disfrutamos el privilegio de construir todos los días, junto a los que han hecho posible la esperanza, esta historia por Cuba y por los pobres de la tierra.
Desde nuestro IX Congreso, al que han contribuido con sus opiniones y criterios, cientos de miles de jóvenes, levantamos la voz firme y segura para condenar a quienes nos agreden y a los que, a cambio de míseras limosnas, se apuran en traicionar a su pueblo, como si la historia no les hubiese enseñado, que por encima de los que se quiebran y renuncian, siempre ha pasado la inmensa mayoría de los cubanos con su juventud al frente.