Yo apuesto por la Revolución Cubana
Es lamentable que el mundo de crédito a lo que los medios han lanzado de odio contra la Revolución cubana, pero mas que antiguos militantes de la izquierda se hagan eco de las calumnias.
Hay quienes en épocas convulsas se bajan del barco, como las ratas y así salvan el pellejo, retornando cuando la tormenta pierde su fuerza y el naufragio no se produce; yo prefiero quedarme aferrado al timón, aunque sea con sogas, hasta llevar la nave a puerto y hoy Cuba necesita de muchos timoneles cuando todos los oportunistas del mundo se le echan encima, como buitres esperando los posibles despojos.
¿Estoy loco acaso para defender posiciones extremas, casi de ultra izquierda, cuando al leer los cables de agencias internacionales, lo que se publica en los grandes diarios mundiales, todo parece condenar al gobierno cubano por su obcecación aparente al no querer “oír” los reclamos de tantas voces sabias que le reclaman apertura interna y mano suave con los opositores al régimen?
¿cómo es posible que los cubanos que viven dentro de la Isla no sean solidarios con aquellos que sin importar por qué lo hacen, llevan semanas en huelga de hambre por reclamar supuestamente algunas reivindicaciones y no se manifiesten masivamente cuando alguno de ellos muere en el intento, a pesar de conocerse el suceso a través de nuestros medios para solidarizarse con el suicida?, ¿cómo ese pueblo digno no es capaz de manifestarse a favor de las Damas de Blanco y sin embargo lo hacen apoyando el sistema que dicen nuestros enemigos es odiado por más de la mitad de la población interna?
¿por qué siempre que se hace una marcha a favor de la Revolución es vista como organizada por el sistema y jamás se les da crédito a aquellos muchos que vamos sin que nadie nos intimide, nos amenace por no asistir, nos obliguen de alguna manera a concurrir so pena de perder empleo y sueldo –vamos, que he estado en el exterior y eso si es frecuente y me han dado detalles los amigos, con pelos y señales-, nos miren de reojo en el barrio o cualquier otra tontería una y mil veces repetida?, ¿por qué seguimos votando masivamente en nuestras elecciones por los candidatos del pueblo revolucionario y no por aquellos que se auto-proponen porque la ley electoral da esa facultad alternativa y que muchas veces responden a grupúsculos de enemigos del sistema?
Sin dudas habrá muchas preguntas y también multitud de respuestas según del lado que nos pongamos. A veces nuestros propios amigos de la “izquierda” en el exterior, no entienden muy bien algunas cuestiones de nuestra vida interna y se asombran cuando escuchan a uno de los que vivimos acá que no les diga el discurso que quieren escuchar, de acuerdo a razonamientos preestablecidos desde mucho tiempo atrás y consideran cualquier crítica a la situación interna como un ataque frontal a la Revolución y a sus líderes y les pongo un ejemplo concreto: hace unos tres meses fui invitado por el Concejo Deliberante de Ensenada, en Argentina a compartir, en mi condición de Delegado del Poder Popular por diez años consecutivos, artista de la plástica y promotor cultural, ideas sobre nuestra experiencia concreta y les hablé con toda la franqueza posible sobre las virtudes y defectos que consideraba, desde mi personal punto de vista, tenía la construcción socialista en Cuba en estos momentos y los retos que se nos venían encima; allí había concejales del Partido Justicialista y del Partido Comunista y muchos preguntaron sobre la juventud, la libertad de expresión, Internet, la salud, deporte, cultura y cuanto tema se les ocurrió, con gran respeto, sin embargo, los del Partido Comunista no podían creer que una persona muy cercana al sistema, dirigente barrial, osase hacer críticas a aspectos consustanciales a la vida cotidiana nacional, porque eso era hacer concesiones al enemigo y no ayudaba al socialismo , ni a la difusión de sus ideas.
Claro, ninguno de esos izquierdistas me rebatió en ninguno de los elementos que expuse entonces, pero hace poco me enteré por algunos amigos que me habían puesto el cartelito de contrarrevolucionario y anti-castrista y lo comentaban en las calles. Resulta curioso que precisamente aquellos temas a los que me referí como necesarios a ser cambiados o erradicados en Cuba para lograr una mayor cohesión colectiva de defensa de los principios, son los mismos que el compañero Raúl Castro acaba de enfocar en su intervención ante el congreso de la juventud comunista, recientemente clausurado en La Habana y , seguramente, ahora que los planteó el Presidente cubano, imagino lo acusen de lo mismo que a mi.
Con lo anterior quiero expresar que es necesario soltar un poco del lastre acumulado en cuanto a esquemas y principios dados por inalterables en la construcción socialista, ya que realmente nadie tiene la receta correcta, sino que las circunstancias y el momento vienen a pedir qué es lo idóneo hacer hoy y mañana se procederá como corresponda, pues cada día, a fuerza de ser dialécticos, debemos emplear las armas que nos resulten más eficaces, pues cada experiencia es única, aun cuando vivamos siempre con un alto sentido de los acontecimientos históricos pasados de los cuales debemos sacar las mejores experiencias, pero también buscar los ideales, deseos y paradigmas de las nuevas generaciones que a la corta y a la larga, serán las que tomen en un momento las riendas del país, cuando la generación histórica deje de existir biológicamente, aunque sería preferible que desde ya asumiesen puestos directrices en el esquema de mando pero como afirmara Raúl en palabras más o menos: no dirigentes de probeta, de laboratorio, sino curtidos en la labor diaria, uno de los errores que se cometieron muchas veces en el pasado y que aun hoy lamentamos, en evidente referencia a jóvenes que fueron llevados desde la universidad a los más altos puestos del país y que de una manera u otra no se sintieron parte del pueblo al que decían representar, como Felipe Pérez Roque, Carlos Lage, Roberto Robaina, Carlos Valenciaga y otros bien conocidos y que , por suerte, ya no están dentro del sistema envenenándolo con sus máscaras.
Es lamentable que el mundo o una buena parte de él, den crédito inmediato a lo que los grandes y poderosos medios han lanzado de odio contra la Revolución cubana y sus dirigentes en las últimas semanas , pero más aun lo es el que muchos antiguos militantes de la izquierda se hagan eco de las calumnias y firmen al lado de engendros humanos como Carlos Alberto Montaner o Mario Vargas Losa, ya de por sí excluibles de cualquier manifiesto que pretenda defender causas nobles en el planeta, conociendo sus antecedentes y turbias vivas ciudadanas, contrarios a todo lo que sea realmente para beneficio de las grandes masas populares y menos aun, a favor de los pobres de la tierra; lástima de aquellos otros que no reflexionaran ni un segundo antes de estampar sus nombres queridos y respetados por su obra anterior en un documento a todas luces bien pensado y preparado por aquellos que jamás han criticado a Israel por sus crímenes, que tampoco les importa los miles de muertos o torturados en Iraq, que menos aun han sentido la necesidad de gritar por las cárceles clandestinas que Estados Unidos ha impuesto por todo el planeta, ni por sus bases militares en sus propios países, ni por los inmigrantes que durante meses o años son apresados sin juicios y sin ningún tipo de derechos legales, tratados como parias o escoria a desechar en algún momento, pero no, es muy fácil condenar a Cuba, la misma isla que envía ejércitos de batas blancas, pinceles, tableros de ajedrez o lápices y libretas para inundar al mundo de la magia del conocimiento y no de los horrores de las guerras, para ennoblecer las vidas de seres humanos hasta ahora marginados, para convertirlos en ciudadanos de primera clase más cultos y letrados y no en asesinos de otros pueblos o del suyo propio. Ese mal comportamiento es necesario destruirlo a tiempo porque podría convertirse de la noche a la mañana en un pésimo ejemplo universal cuando muchos levantaran su reclamo para defender sus recursos naturales, sus derechos legales o la soberanía real sobre sus patrias casi vendidas al capital foráneo.
¿No es extraño que todo este andamiaje se haya montado cuando España se disponía a presentar una propuesta a la Unión Europea para modificar o desechar su posición común respecto a Cuba y que parecía podría salir adelante? Lástima por ellos, pues aun no conocen a nuestro país, a la tozudez de sus habitantes cuando de presión se trata y de que no estamos dispuestos a que por la fuerza se nos humille y ponga de rodillas. Los cubanos no somos mejores que nadie, pero tampoco menos que alguien y sólo pedimos, exigimos, respeto y trato de iguales o nada conseguirán de este pueblo, se los aseguro aunque sólo lo afirme por mi, sin retóricas huecas , ni discursos altisonantes; no amenazamos a nadie, pero no aceptamos amenazas ni aun de los que se creen más poderosos pero llevan su trasero sucio, lleno de todas las inmundicias que han cometido en tantos lugares a nombre de la libertad y la justicia que jamás han respetado cuando de pueblos pobres se trata; ¿qué tenemos problemas internos que resolver? ¡Millones!
Pero nadie puede venir a decirnos cómo debemos enfrentarlos, pues nos sentimos capaces de buscarles soluciones, de una manera o de otra, porque el hijo que hemos gestado en estos 51 años de Revolución nos pertenece , lo amamos y, como uno biológico, los padres nos hemos equivocado en su crianza una y otra vez y hemos acertado tantas y tantas veces, pero no permitimos que el vecino nos dé consejos de cómo educarlo porque seguramente , él, también se ha equivocado en la formación de los suyos hasta encontrar el camino más justo, ese que una gran mayoría del pueblo sabe que será alcanzado, por eso yo apuesto por la Revolución cubana.
La Habana, abril del 2010