La batalla de las ideas, la pelea entre la izquierda

Bolivia: La batalla de las ideas, la pelea entre la izquierda

El estado boliviano no puede vivir sin movimientos sociales, y los movimientos sociales sin estado.

Primero de Mayo, la historia se repite. La represión de los aparatos estatales hizo eco en Colombia con más de 300 detenidos, solo en Bogotá[1], sin tener en cuenta el gobierno de Uribe y el candidato Santos las próximas elecciones generales del 30 de Mayo. El joven gobierno derechista de Piñera en Chile protagonizó una detención masiva de más de 150 activistas de izquierda[2]. Pero no todo quedó en países latinoamericanos. Los estados europeos, presumibles de “democracias” históricas no se quedaron atrás. La policía alemana puso en marcha su fuerza violenta contra los manifestantes que salieron a la calle el día del Trabajo para luchar por sus derechos que las políticas neoliberales europeas están suprimiendo cada vez más[3]. Incluso, en Suiza, un país históricamente “neutral e independiente”, también sacó la fuerza de sus cuerpos policiales contra los movilizados[4]. En Grecia, un país con una crisis económica cada día más perjudicable para la población trabajadora, la represión no quedó implícita, donde la policía utilizó bombas de gases lacrimógenos[5]. Y en el estado español, las manifestaciones aburguesadas de los sindicatos oficiales Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, no dieron ninguna respuesta a la crisis económica existente que produce mas del 20% del paro (4.612.700 personas, según datos del mes de Mayo del Instituto Nacional de Estadísticas) y repitieron su movilización anual acentuada de fiesta histórica mas que como evento de contestación política. Sindicatos que solo ondean banderas mitológicas pero no se atreven a anunciar una huelga general contra la crisis actual.   En contraparte, en Cuba, como cada año, millones de personas salieron a las calles para conmemorar esta fiesta como un triunfo histórico de la unidad de los trabajadores y por la consolidación de la Revolución Cubana, con mas de 51 años de historia, y presumir internacionalmente de ser una de las movilizaciones mas numerosos del mundo[6].

Por alegría o por tristeza la rutina de cada año no quedó inamovible. En Barcelona (Cataluña- Estado español) la alegría acompañó, cientos de personas hicieron frente al oficialismo de los sindicatos, ocupando el hotel de lujo Mandarín Oriental, una acción social como protesta al modelo capitalista y al crecimiento cada vez mayor de la brecha entre ricos y pobres. Otra alegría, aunque por pena del contexto, fue la concentración de masas que se vivió en Honduras, país masacrado por el golpe de estado del 29 de Junio de 2009. Según el periodista Dick Emmanuel “es posible que solamente la marcha en la Habana, Cuba, fue la más grande en América Latina y el Caribe, después de la de Honduras”

La tristeza posiblemente sea explicable en cada una de las batallas realizadas por sus respectivos activistas en países concretos, pero ninguna superará la tristeza de Bolivia.

El 1 de Mayo en Bolivia fue el cenit de la confrontación de la izquierda Boliviana, primer 1 de Mayo que no participó Evo Morales en la marcha desde su primera presidencia en el 2006.   Dos manifestaciones independientemente y vestidas de rivalidad se iban a efectuar. La batalla se iniciaba, mas allá de la batalla de ideas, se pasaba a la acción violenta. La COB (Central Obrera Sindical), organización con más de 66 asociaciones laborales nacionales afiliadas, lideraba una movilización numerosa por las calles de La Paz encabezada por el Sindicato de los Mineros. Mientras los obreros fabriles, miembros de la COB pero críticos con la postura de la dirección, reclamando su renovación en el Congreso Sindical que se celebrará los próximos meses de junio-julio, se movilizaron independientemente de la macroorganización sindical. La principal disputa es razón del incremento del 5% de salario que aprobó el gobierno de Evo Morales oficialmente en un decreto el 3 de Mayo (3% para policías y militares). Con esta medida los fabriles iniciaron sus protestas, y algunos de sus afiliados incluso huelgas de hambre que todavía ejecutan, por reclamar un incremento de salario mayor,  el 12%, justificando que el 5% no cubre la inflación del año 2010, y eso acaba empobreciendo al trabajador. Mientras, la COB, crítica con el 5%, se posicionaba para realizar negociaciones con el gobierno de Evo Morales, en representación de la Ministra de Trabajo Carmen Trujillo.

Las dos manifestantes con recorrido y concentración inicial diferente, se cruzaron en una de las avenidas principales de La Paz, la Avenida El Prado. Mientras la COB intentaba seguir su camino, entorpecido por la marcha de los fabriles, que gritaban a los dirigentes de la COB como traidores y vendidos al gobierno, los mineros empezaron a lanzar los llamados “cachorros”, que son petardos con un porcentaje de dinamita que se utiliza en las minas como sistema de perforación, para abrir camino a su marcha. Una vez se llegó al escenario donde Ramiro Condori, el líder de la COB, en sustitución presencial de la ausencia del secretario General Pedro Montes (que días más tarde anuló su visita a Barcelona por invitación del sindicato oficial Comisiones Obreras dado el contexto complejo en Bolivia), intentó emitir el comunicado, los miembros fabriles iniciaron el boicot del acto, en respuesta de los cachorros que lanzaron los mineros. Puñetazos, patadas, insultos, entre los dos frentes de trabajadores se iniciaron, llegando los dirigentes mineros a su sede de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, situada en la misma calle, para cubrirse de la violencia de cientos de manifestantes fabriles, que gritaban combativamente sus consignas;  “¡¡¡Nunca de Rodillas, fabriles de pie!!!”, o “¡¡¡Que denuncie Montes carajo!!”…

La complejidad en Bolivia crece, y no por el fascismo independentista en Santa Cruz por el Comité Cívico y sus relaciones con las logias (grupos terroristas sectarios financiados por la Falange Española)[7], o por las confrontaciones entre los movimientos sociales de izquierda como en la manifestación 1 de Mayo. Sino se acentúa entre el gobierno y los mismos movimientos.  La COB convocó el martes 4 de Mayo la primera huelga general contra la políticas laborales del gobierno del MAS, días antes que el mismo gobierno anunciase la nacionalización de 4 empresas eléctricas[8]; Corani SA, Guaracachi SA, Valle Hermoso SA, y Elfec, ocupadas por militares y policías. Mientras, el viernes 7 de Mayo, hubo grandes confrontaciones entre las fuerzas militares del gobierno y los manifestantes del poblado paceño de Caranavi, donde murió un joven activista, heridos 4 policías y 20 civiles, y 35 detenidos. Las fuerzas del estado fueron a desbloquear las carreteras, por las necesidades de los comerciantes de alrededor, que tenían ocupadas los campesinos de Caranavi durante 12 días por la protesta de no implantar finalmente el gobierno una planta de procesamiento de cítricos en su zona, tal y como prometió. Planta que finalmente trasladarán en otra zona, Alto Bení[9].

Las batallas entre el gobierno del MAS y los movimientos sociales y asociaciones de base acentúa las luchas sociales que pueden acabar en varios fines que veremos en su proceso. Pero un fin es probable y negativo. El gobierno puede perder legitimidad política en su  estrategía llamada Cambio Social llegando a convertirse los movimientos sociales, no en un complemento independiente con intereses propios pero que apoya el Cambio, sino en un enemigo que busca la acentuación de la ruptura con el MAS pero sin un proyecto político estatal sólido, siendo así un aprovechamiento de la derecha que buscará desvirtuar el gobierno infiltrándose en movimientos sociales rupturistas. O los movimientos sociales pueden perder fuerza si el estado consigue retenerlos completamente en su estrategia política, y la crítica externa puede ser eliminada acabándose infiltrando la derecha en el mismo MAS y en el aparato gubernamental.

El estado boliviano no puede vivir sin movimientos sociales, y los movimientos sociales sin estado. Esta división puede suprimir a medio y largo plazo el proyecto reformista de cambios sociales y políticos a favor de la población de la clase trabajadora, campesina e indígena, ampliándose así cada vez más el espacio político de la oligarquía nacional y en especial la secesionista cruceña. Este pronóstico negativista convertiría los próximos 1 de Mayo en Bolivia no en la penosa batallitas entre la izquierda, sino en represiones masivas de las fuerzas del estado derechista, igual que la de gobiernos como el de Colombia o Chile, con centenares de detenidos. Creo que nadie de izquierda queremos eso.