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La Ley de Bosques es un mamarracho inconstitucional

Córdoba: La Ley de Bosques es un mamarracho inconstitucional

Liliana Olivero (PRENSA RED)

La legisladora Liliana Olivero afirmó que la nueva ley es producto de un contubernio entre la mayoría parlamentaria con el aval de entidades agropecuarias y empresarios inmobiliarios. Calificó de “lamentable” el papel del presiente de la Comisión de Asuntos Ecológicos, el legislador de Unión por Córdoba, Marcelo Falo.

La Ley de Bosques es un mamarracho producto de un contubernio entre la mayoría parlamentaria, con el apoyo de las entidades agropecuarias y empresarios inmobiliarios, y además es inconstitucional porque no toma los presupuestos de la ley nacional al cambiar el concepto de bosques y tomar solamente lo arbóreo, dejando de lado lo arbustivo y herbáceo, ignorando lo que está dentro del bosque, que es justamente lo que equilibra el ecosistema.
Todo eso está ausente en la norma, pero lo más peligroso es que aparecen otras definiciones como el aprovechamiento sustentable en la zona roja y el cultivo de pasturas exóticas, como así también se puede llevar adelante el rolo y el desmonte con maquinaria de última generación.
Lo grave también es que se elimina el Cuerpo de Voluntarios de Guarda Parques con lo que desaparece la posibilidad de controlar las reservas naturales porque del mapa desaparecen las áreas de preservación y de conservación en regiones del norte, noroeste y parte del sur de la provincia de Córdoba.
El proyecto de Ley de Bosques presentado por la Comisión de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (COTBN) se abortó por la presión de poderosos empresarios del campo y también de otros sectores, que si bien no tenían nada que ver con el monte y el medio ambiente, son los que hoy usurpan muchos terrenos para el negocio inmobiliario en toda la provincia de Córdoba.
Nuestro proyecto estaba avalado por el debate de diez meses en una comisión legislativa en la que participaron todos los sectores y esto generó un consenso social muy fuerte, y que por supuesto puso nerviosos a muchos empresarios que empezaron a hacer “lobby”, especialmente con el ministro de Agricultura de la provincia y también con las autoridades de la Secretaría de Ambiente.
Porque acá se planteó la falsa dicotomía entre los ambientalistas que preservan el bosque contra la producción, sin embargo dentro del bosque también está la producción, sino que son los movimientos campesinos o las “Ramonas Bustamante”.
Con la aprobación de esta ley se han bastardeado todos los acuerdos y los consensos y no es cierto que será una importante herramienta para la autoridad de aplicación (la Secretaría de Ambiente) como dice el legislador de Unión por Córdoba y presidente de Comisión de Asuntos Ecológicos Marcelo Falo.
Y no lo será, porque la Secretaría de Ambiente está integrada por funcionarios del poder político que protegen a infractores compulsivos como Walter Orodá, ex presidente de la Sociedad Rural de Jesús María, amigo de Santiago Martínez, director de Bosques Nativos, y uno de los autores del engendro de ley votado o Eliseo Arrarás, que desmontó ilegalmente 60 hectáreas de reservas biológicas en el departamento cruz del Eje, y que además es consultor de CARTEZ.
Esta ley viola todos los tratados de biodiversidad internacionales suscriptos por Argentina por lo tanto es necesario armar una gran movida multisectorial con la Universidad Nacional de Córdoba y grupos ambientalistas para conseguir demostrar que es inconstitucional, como pasó en Salta donde la Corte provincial ordenó al gobierno a elaborar una nueva ley de bosques.
El papel de Marcelo Falo en su condición de presidente de la Comisión de Asuntos Ecológicos fue lamentable porque en el recinto votó la ley en general pero no levantó la mano cuando se puso a consideración el articulado, lo cual me parece una posición ridícula y contradictoria.
Falo nos hizo el abrazo del oso durante diez meses a todos los que trabajamos para que saliera una buena ley porque nunca trabajó en su bloque para lograr el consenso y fracasó cuando quiso sumar a los radicales, algo inaudito porque desde el primer día el radicalismo puso obstáculos, diciendo que el proyecto de la COTBN era insostenible.
Sin embargo cuándo salió a la luz ese engendro de proyecto del oficialismo el consenso apareció rápidamente porque en realidad tanto peronistas como radicales volvieron a demostrar que son la misma cosa a la hora de favorecer a sectores poderosos que -por ejemplo- les bancan las campañas electorales.
En la norma aprobada cayeron en saco los aportes de expertos por la connivencia de fuertes intereses económicos y políticos, pero más allá de todo este contubernio estoy convencida que no debemos bajar los brazos y seguir luchando para impedir el avance del capitalismo, depredador del medio ambiente y principal responsable del aumento de la pobreza.
Argenpress 09/08/10

Liliana Olivero es legisladora de Izquierda Unida.