El martes 7 de septiembre hubo huelga general en Francia y 2.700.000 trabajadores se manifestaron en más de 220 ciudades y pueblos de todo el país en oposición al aumento de la edad jubilatoria. El 23 habrá otra huelga general en Francia y el 29 en España. El mismo 29 habrá una manifestación internacional en Bruselas. El Congreso de Sindicatos de Gran Bretaña anunció preparación de medidas de lucha si el gobierno no retrocede en los recortes.
La crisis está pegando de lleno a los trabajadores de Europa. En España la desocupación ya supera el 20%. Los gobiernos responden con recortes de salarios, despidos de trabajadores estatales y aumento de la edad jubilatoria (medidas que agravan el problema del desempleo masivo).
El dique de contención impuesto mediante la burocracia sindical (atornillada a sus sillones y tan privilegiada como Moyano), parece haber comenzado a rebalsar en varios países europeos como Grecia, Francia, España y Gran Bretaña.
A la vanguardia se coloca la clase obrera francesa que está poniendo contra las cuerdas al gobierno conservador de Sarkozi. Según las encuestas el 73% de la población apoya la huelga. Sarkozi intentó, con la racista expulsión de los gitanos rumanos, levantar una cortina de humo y apoyarse en los sectores más atrasados. Pero le salió el tiro por la culata: el 70% de la población se opuso. Una tremenda crisis política carcome a su gobierno, en medio de grandes escándalos de corrupción. Una profundización de la movilización puede derrumbar al gobierno.
En España, las conducciones de la UGT y CCOO (las dos centrales más importantes) convocaron hace cinco meses a una huelga general el 29 de septiembre (dijeron que había que “prepararla bien”), después de paros regionales en el país Vasco y Andalucía. La semana pasada, 8.000 mineros del carbón, a los que las empresas en crisis no les están pagando el sueldo, salieron a una huelga, que empalmará con la huelga general. La madrugada del 14 de septiembre piquetes de mineros cortaron la vía del ferrocarril y las principales arterias en la región de El Bierzo y Laciana. Los mineros arrancaron guardarails metálicos y los atravesaron en la calzada. También obligaron a algunos camioneros a cruzar sus vehículos en medio de la ruta. El presidente Zapatero anunció que pese a la huelga general no cambiará su política de recortes contra los trabajadores, aunque los postergó hasta fin de año. 19.000 delegados sindicales de todo el país, reunidos en plenario para convocar a la huelga general, exigieron a los gritos la renuncia de Zapatero.
En Gran Bretaña se reunió el Congreso nacional de los sindicatos en Edimburgo, donde hubo un duro debate entre los máximos dirigentes y varios sindicatos de izquierda como el RTM (de Transporte), que reclaman medidas de lucha generales. El RTM viene de dirigir una fuerte huelga de 10.000 trabajadores del Metro de Londres contra los despidos. Finalmente, el Congreso sindical votó tomar medidas de lucha si el gobierno conservador de Cameron sigue adelante en su plan de recorte del 25% del presupuesto estatal (en Gran Bretaña está prohibida la huelga general). La semana pasada pararon los trabajadores de transporte en Grecia y los ferroviarios alemanes.
El brutal plan de ajuste y el desarrollo de la lucha ponen al rojo vivo, además de unificar los reclamos, la necesidad de una nueva dirección obrera combativa. La burocracia sindical convoca a huelgas bajo presión, pero no les da continuidad. En España, Francia, Grecia, Gran Bretaña, se están realizando reuniones locales y regionales de coordinación de comités de empresa (comisiones internas), sindicatos clasistas, delegados y otras organizaciones sociales y sectores de izquierda, para convocar, organizar y exigir la continuidad de la lucha, apuntando así a formar esa nueva dirección. Este es el camino para derrotar el ajuste capitalista y a sus gobiernos.
