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Avanza el multimedio K

Avanza el multimedio K

Medios oficialistas

La pelea entre el kirchnerismo y el grupo Clarín lleva ya dos años. De a poco se evidencia lo lejos que la batalla emprendida por el gobierno estaba de avanzar en la democratización del actual mapa de medios. A la vez, se va delineando el verdadero objetivo: la conformación de un gran monopolio oficialista.

El gobierno viene librando una feroz batalla contra el grupo Clarín. Lo hace luego de haber sostenido durante años una política tendiente a favorecerlo y llevarlo a ser lo que es hoy. El caso más paradigmático es el decreto-ley 527/05, mediante el cual el gobierno extendió las licencias que el grupo posee sobre Canal 13 hasta 2025. Lo mismo hizo al permitir la fusión entre Cablevisión y Multicanal, otorgándole la casi totalidad del negocio de la TV por Cable a este grupo. Sin embargo, los tiempos cambian. Y así, en un santiamén, el grupo Clarín pasó a convertirse en el culpable de todos los males que aquejan al país. La inflación pasó a ser un invento del multimedio, así como cualquier otra denuncia que se enunciara hacia el gobierno. Por supuesto, Clarín, nada tiene que ver con la libertad de expresión. Basta simplemente con ver la política persecutoria que emplea contra los trabajadores de prensa que se organizan sindicalmente en sus lugares de trabajo. Sin embargo, en medio de esta brutal pelea por sostener su lugar privilegiado, se empiezan a filtrar denuncias contra el gobierno que hasta el momento permanecían ocultas. En paralelo a esta pelea, el gobierno ha ido tejiendo su propia red de medios, avanzando en la consolidación de su propio gran multimedio.

De la Ley de Medios a la pauta oficial: un mismo objetivo

Desde el momento en que Clarín cruzó la vereda para posicionarse junto a distintos sectores de la oposición patronal, el kirchnerismo se dio una política para ganar terreno y así avanzar en la conformación de un gran “multimedio” oficial con el cual manipular y esconder la verdad, contrarrestar la propaganda opositora e intentar fortalecerse de cara a 2011. En otro nivel, se trata de la misma política que mantiene desde hace años mediante la intervención del INDEC.

Para esto apeló a diversos mecanismos, como la Ley de Medios, el manejo discrecional de la pauta oficial (publicidad paga del gobierno en los medios), Fútbol para Todos o el reciente fallo contra Fibertel que lanzó el ministro De Vido y con el cual quedaron más de diez mil trabajadores en el limbo, situación que ha puesto en estado de alerta a todos los trabajadores del SATSAID (Sindicato de Televisión). Todas estas iniciativas han sido teñidas bajo la retórica de la pelea por la “democratización”, “la libertad de expresión”, etcétera. Sin embargo, nada tienen de progresivas. De a poco, el gobierno ha logrado, además de controlar el Canal 7 estatal, hacerse de alrededor de unos 50 medios oficialistas entre los que se encuentran el Canal Encuentro, Canal 9, Canal C5N, AM del Plata, Belgrano, Splendid, Libertad, Rock & Pop, FM Blue, FM Metro, Diarios El Argentino, Tiempo Argentino, Diagonales, Buenos Aires Económico, La Gazeta del Cielo, Radio América, Canal CN23, Semanario Miradas al Sur, Revista Veintitrés, Veintitrés Internacional, Newsweek Argentina, 7Días, Contraeditorial, Página12, programas en Radio 10 y C5N, entre otros. A esto se suman importantes programas como 6,7,8, Duro de Domar y TVR, de Diego Gvirtz, o La Mañana y Bajada de Línea de Víctor Hugo Morales. En el caso de la llamada Televisión “Pública”, el kirchnerismo ha impreso un carácter furiosamente oficialista, al punto que las voces disidentes no tienen ningún espacio. Seguramente estamos hablando de un bloque de medios muy poderoso.

¿Dónde está el progesismo?

La historia demuestra que el control de la opinión pública en manos de los gobiernos patronales de turno es usado, en última instancia, contra el pueblo trabajador. Así, cada vez que éste lo enfrenta es ninguneado o demonizado por los medios oficiales. Basta recordar el conflicto en Kraft. Allí, mientras los trabajadores eran reprimidos, el único canal que ocultaba lo ocurrido era Canal 7, que se dedicó a pasar dibujos animados durante horas.

Por eso creemos que ninguna de las iniciativas impulsadas por el gobierno tengan algo progresivo. No porque defendamos la existencia de los grandes multimedios. De hecho, hemos denunciado el rol que éstos juegan incluso antes que el kirchnerismo descubriera que “Clarín miente”. Sin embargo, no podemos dejar que detrás de un justo reclamo como es la disolución de los grandes oligopolios y la democratización de las voces, se cuele el intento del gobierno de hacerse de un estricto control de la opinión pública.

El Socialista 08/09/10

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