Sarko quiere ajustar para que cierren las cuentas
Paro en Francia contra la reforma jubilatoria
Una huelga general contra los planes del presidente Nicolas Sarkozy de elevar la edad jubilatoria paralizó hoy a Francia y provocó retrasos y problemas de transporte. Unas 200 marchas están convocadas en distintos puntos del país. El proyecto será presentado esta tarde en el Congreso por el ministro de Trabajo, Eric Woerth, quien está involucrado en un escándalo de financiación electoral.
Largas colas se formaron en las estaciones de subte y trenes de París por una dramática reducción de la frecuencia en los servicios, lo que obligó a la gente a viajar más amontonada que de costumbre en formaciones desbordadas.
Unas 200 marchas están convocadas en toda Francia, y los sindicatos se mostraron confiados en sacar a dos millones de personas a la calle y superar las 800.000 que se manifestaron en otra protesta contra la reforma jubilatoria, el 24 de junio.
La huelga afectó seriamente la actividad pública y la industria y paralizó el correo, informó la agencia de noticias DPA. El Ministerio de Educación dijo esperar que hasta una tercera parte de los maestros de primaria adhiera al paro.
Sólo funcionaron dos de cada cinco servicios del tren de alta velocidad TGV, dijo la compañía operadora ferroviaria SNCF. La autoridad de aviación DGAC dijo que pidió la cancelación de un cuarto de las llegadas y salidas de aviones a los aeropuertos París.
La jornada de lucha encuentra al conservador Sarkozy con dos años de mandato por delante y con su popularidad en los niveles más bajos desde su llegada al poder, en 2007. El paro coincide con el inicio del debate en el Parlamento de la reforma del sistema jubilatorio, previsto para horas de la tarde.
El proyecto será presentado por el ministro de Trabajo, Eric Woerth, cuyo reciente rol en un escándalo de financiación electoral y tráfico de influencia lo transformó, a los ojos de sus críticos, en símbolo de los privilegios y en el menos indicado para recortar lo que muchos ven como conquistas históricas.
El gobierno de Sarkozy dice que la reforma es inevitable desde un punto de vista presupuestario y llamó a la nación a afrontar con «coraje» la «necesaria» contención de la creciente deuda pública. Los sindicatos dicen que el gobierno ataca uno de los logros sociales franceses más sagrados y que no darán el brazo a torcer.
Pagina12 07/09/10