Categorías
General Nacional

Participación en las ganancias ¿Sirve el proyecto de la CGT?

Participación en las ganancias

¿Sirve el proyecto de la CGT?

Hugo Moyano y Héctor Recalde

Héctor Recalde, diputado kirchnerista y abogado de la CGT, presentó un proyecto de ley para que los trabajadores participen de las ganancias empresariales. ¿Es un proyecto para redistribuir la riqueza o un doble discurso de Moyano y el gobierno?

Escribe: Juan Carlos Giordano

Los socialistas nunca vamos a estar en contra de sacarle a los empresarios para darle a los trabajadores. Es parte de nuestra lucha cotidiana. Siempre dijimos que la crisis la tienen que pagar los capitalistas, no los trabajadores. Y con propuestas concretas: un salario igual a la canasta familiar, que está en $ 4.900; que se prohíban los despidos y suspensiones por ley y se estatice toda empresa que cierra o despida -como lo propone nuestra diputada Liliana Olivero-, entre otras. Lo opuesto a lo que hace la CGT.

El proyecto está asentado en un principio que defienden tanto los Kirchner, como Recalde y Moyano, diciendo que, si a los empresarios les va bien, también les va a ir bien a los trabajadores. La realidad muestra lo contrario. Mientras la inflación ha generado que la mayoría de los salarios -salvo excepciones-, sean de pobreza, “la rentabilidad empresaria supera en un 90% los niveles previos a la devaluación y la crisis de 2001-2002” (Página12, 14-09). El proyecto de la CGT ¿es para revertir esta tremenda desigualdad? No.

Un plus a costa de mayor explotación

El proyecto dice que se repartirá el 10% de las ganancias netas (descontadas las que las patronales usarán en su propio beneficio, comprando máquinas o acrecentando su capital), mediante un bono que se pagará a cada trabajador a fin de año. “Accionistas, pueden dormir tranquilos, no estamos pensando en distribuir el 50% de sus ganancias”, aclaró Recalde (Clarín, 8-09).

Está claro. Este proyecto no va en el sentido del fifty fifty del viejo peronismo (reparto de la torta nacional 50% para empresarios y 50% para los trabajadores) del que tanta alharaca hacen los Kirchner. Es parte del doble discurso para engañar a la clase trabajadora.

La CGT dice que esta propuesta ya se aplica en Firestone. ¿Qué pasó en esa multinacional? En 2001 la patronal acordó con el sindicato (CTA-Yasky) reducir un 20% los salarios, a cambio de hacer participar a los obreros ‘en las ganancias’. Pero hubo despidos y el “bono” se cobró solo entre 2003-2005, nunca más. En Luz y Fuerza, como en otros sindicatos, ya se cobran sumas fijas anuales para ir amortiguando el malhumor de sus trabajadores.

El proyecto, además, se aplicará en una primera etapa a empresas que tengan más de 300 trabajadores (cuando muchas multinacionales han dividido sus plantas para que parezcan PYMES y gocen de más subsidios y exenciones). Y serán cuatro representantes del Estado (gobierno), la CGT (burocracia sindical) y empresarios (grandes patronales), respectivamente, quienes se encargarán de definir las ganancias a repartir. ¡Los mismos que permiten la evasión patronal, la fuga de capitales y que los empresarios presenten declaraciones juradas fraguadas y mentirosas! ¿Hay algún artículo en el proyecto que obligue a abrir los libros contables de las empresas para ver cómo son sus fabulosas ganancias? No.

Recalde lo dijo claro: “Es un proyecto, en primer lugar, a favor de las empresas porque incentiva la generación de riqueza…”. Y se cubrió: “Mi preocupación es que pueda ser criticado por izquierda… pueden decir que ´es la zanahoria adelante del burro para que los trabajadores se deslomen, las empresas ganen más y les tiren un bocadito´” (Página 12, 12-09). ¿De qué se sorprende si eso es lo que está ocurriendo y el proyecto no ataca? Un estudio de Nicolás Arceo y Mariana González (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina) señala que, en 2009, mientras la productividad por ocupado creció el 36% en la industria manufacturera, el costo salarial real fue de sólo el 12%. Es decir, mayor superexplotación obrera por productividad. Lo mismo pasa ahora, donde la mayor actividad industrial se está haciendo sin nuevos empleos, provocando una mayor sobreexplotación de la mano de obra.

¡Que lo discutan los trabajadores!

El proyecto es insuficiente y tramposo. Si las patronales se niegan (vamos a Cuba, dijo la UIA), Moyano y los Kirchner dirán: “queremos distribuir la riqueza pero no nos dejan estos empresarios tacaños”.

Lo peor de todo esto es que los trabajadores son convidados de piedra. El proyecto fue aprobado por los burócratas de la CGT antes de enviarlo al Congreso. Y Recalde dijo que va a citar a discutirlo, en primer lugar, a la UIA. ¡Pero quienes deberían discutirlo en primer lugar son los trabajadores! ¿Tiene previsto la CGT impulsar asambleas en todos los lugares de trabajo para debatir el proyecto, sus alcances y limitaciones? Y en caso de que las patronales se nieguen, ¿va a fijar la CGT un plan de lucha y paro nacional para imponerlo o va a seguir discutiendo el tema en el Parlamento?

Lamentablemente, la CGT hace 10 años que no hace una huelga general. Y no porque faltan motivos. El 45% de los trabajadores está en negro y miles y miles en la precariedad laboral, por nombrar sólo algunos de los males que sufren los trabajadores. Sin embargo, Moyano sigue haciendo actos y marchas en apoyo al gobierno, pide cargos en las listas del PJ y vino acumulando un fuerte poder que nunca puso al servicio de defender los derechos de los trabajadores.

Si el derecho a participar de las ganancias hace 53 años que está consagrado en la Constitución Nacional, la CGT lo reflota ahora como una medida electoralista para apuntalar el doble discurso kirchnerista, más que para tocar las ganancias patronales en beneficio de la clase obrera.

Desde abajo debe surgir el reclamo para que estos dirigentes discutan todo de frente con el movimiento obrero. Exigiendo que se debata el proyecto en la base; que se abran los libros contables para que los trabajadores podamos saber las reales ganancias de las patronales; un plan de lucha para lograr un aumento salarial de emergencia; la efectivización de los contratados; eliminación del trabajo en negro y la precarización laboral, entre otros urgentes reclamos.

El Socialista 22/09/10

Los comentarios están cerrados.