Muerte de invasores
Récord de bajas: el año más mortal para EEUU y la OTAN en Afganistán
La muerte de nueve soldados de la coalición militar internacional al estrellarse un helicóptero en el sur de Afganistán convierte al 2010 en el año con más bajas de las fuerzas invasoras de los nueve que lleva la ocupación en el país.
Informe
IAR Noticias /
Nueve soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) murieron hoy al estrellarse su helicóptero en el sur de Afganistán, afirmó la organización, que informó además de la muerte de 14 talibanes en un bombardeo.
El suceso tuvo lugar este lunes, cuando un grupo de combatiente talibanes emboscados en una arboleda atacaron a una patrulla formada por soldados afganos y extranjeros, que se defendieron y pidieron apoyo aéreo.
La ISAF no precisó el punto exacto en el que se estrelló el aparato, aunque indicó que no hay «noticias sobre fuego enemigo en la zona», y anunció la apertura de una investigación para determinar la causa del suceso.
Según el comunicado militar, otros dos de sus soldados, un militar afgano y un civil estadounidense resultaron heridos en el accidente, y fueron transportados a uno de sus centros médicos para recibir tratamiento.
En otra nota de prensa difundida hoy, la ISAF informó además de la muerte de 14 supuestos combatientes rebeldes en un bombardeo registrado en el distrito de Nad Ali, de la conflictiva provincia sureña de Helmand, tras un ataque talibán contra una patrulla.
Con este incidente ya son 529 los soldados de la coalición muertos en 2010, lo que convierte este año en el más mortífero para la ISAF desde que comenzó la guerra, en 2001, según la página iCasualties.org. En 2009, que es ya el segundo más sangriento para las tropas internacionales, murieron 521 soldados.
Cerca de 150.000 militares extranjeros, con el apoyo de unos 300.000 soldados afganos, luchan para combatir a la insurgencia talibán en Afganistán.
En otro accidente aéreo registrado en 2009, once soldados de Estados Unidos y tres civiles de la misma nacionalidad murieron al chocar los dos helicópteros en los que viajaban.
Según la página web iCasualties.org, al menos 529 soldados de la fuerza internacional han muerto en 2010. El año -el segundo con más bajas- pasado murieron 521 soldados internacionales en el conflicto.
La contraofensiva talibán en Afganistán aumentó en los últimos meses a sus máximos niveles desde el derrocamiento de los talibanes en una invasión encabezada por Estados Unidos a finales del 2001.
En Afganistán hay actualmente casi 150.000 tropas extranjeras luchando contra la creciente insurgencia talibán, que dan apoyo a unos 300.000 efectivos de las fuerzas de seguridad afganas.
El presidente de EEUU, Barack Obama, ordenó un envío extra de 30.000 soldados, cuyas últimas unidades llegaron al país este mes.
Los accidentes de aeronaves no son infrecuentes en Afganistán. En octubre del 2009, once soldados y tres civiles estadounidenses murieron en el choque de dos helicópteros.
En agosto del 2005, 17 soldados españoles del ISAF fallecieron también en un accidente de helicóptero cerca de Herat, en el oeste de Afganistán.
No habrá paz
El mulá Muttawakil, el último ministro de Exteriores de los talibanes antes de la caída del régimen, cree que no habrá paz hasta que las tropas extranjeras se vayan de Afganistán y que las elecciones del pasado fin de semana no resolverán el conflicto que sufre el país.
«Teníamos un Gobierno (talibán) y los extranjeros lo atacaron con una guerra desequilibrada. Rechazaron a los talibanes y les quitaron sus derechos políticos. Son los extranjeros quienes han traído la actual guerra», asegura.
Antiguo secretario del mulá Omar, Wakil Ahmad Muttawakil decidió quedarse en el país durante la invasión de las tropas de EEUU, en el año 2001, y tras tres años preso, vive hoy sin llamar la atención en un barrio kabulí de calles sin asfaltar.
Muttawakil sigue siendo a todas luces un talibán, pero sus modos mesurados le han situado como un «moderado del integrismo», y su nombre salta a la palestra cada vez que EEUU o el Gobierno afgano mencionan la necesidad de dialogar con la insurgencia.
Ahora, dice en una entrevista con EFE, está contento por la retirada de su nombre de la lista de personas asociadas con el terrorismo del Consejo de Seguridad de la ONU, un gesto que los analistas ven como una señal de deshielo para negociar con los rebeldes.
Aunque asegura que no tiene contacto con el mulá Omar, en paradero desconocido, y niega cualquier apoyo de Pakistán al movimiento, los analistas especulan con que el mulá Muttawakil pueda servir como una especie de «mediador» talibán en la capital afgana.
Sobre las elecciones celebradas en su país, el ex dirigente talibán cree que «no van a resolver los problemas afganos» y quedan limitadas a «la parte que controla el Gobierno» que dirige Hamid Karzai.
«El problema entre el Gobierno y los talibanes es de confianza. Los talibanes dicen que este proceso de paz no es de reconciliación sino de integración. Con él, intentan atraparnos para separarnos», señala.
Iar Noticias 21/09/10