Francia: Los sindicatos sacan más gente que nunca a las calles contra la reforma de las pensiones
París – 12/10/2010
A la una y media de la tarde arrancaron los primeros manifestantes desde la plaza de Montparnasse, en París. Tres horas más tarde, aún había gente saliendo de esa plaza en dirección ala de la Bastilla, donde terminaba la protesta. La marcha (la séptima del año) fue determinante. Los sindicatos franceses han sacado a la calle, según sus cuentas, a tres millones y medio de personas para exigir la retirada de la reforma de las pensiones de Nicolas Sarkozy en la más multitudinaria manifestación de este año. La policía rebajó la cifra a 1.230.000, aunque también contabilizó más manifestantes que nunca. Así, en cualquier caso, el movimiento crece, aumenta y ha escalado un grado.
Paralelamente, las huelgas sectoriales se extienden y se recrudecen:mañana también funcionarán a medio gas los transportes urbanos en París y en otras ciudades francesas; y diez de las doce refinerías también se ven afectadas por unos paros que nadie sabe cuándo acabarán y cómo repercutirán en el consumo diario de gasolina. Los sindicatos ya han anunciado una nueva jornada de protesta para el sábado 16 de octubre en un intento de seguir golpeando porque sienten que aún hay combate.
El Gobierno de Sarkozy sigue decidido a aprobar a contrarreloj la polémica reforma, convertida en todo un símbolo de la fase final del mandato de Nicolas Sarkozy, ya con el ojo puesto en las elecciones de 2012. El primer ministro, François Fillon, en la Asamblea Nacional, ha asegurado, mientras en la calle se desarrollaban las manifestaciones, que el Gobierno «llegará hasta el final». La prueba de que Sarkozy no retrocede es evidente y se ve cada día: el Senado sigue debatiendo la reforma y aprobará el proyecto de ley, previsiblemente, esta semana. El Gobierno francés confía en que todo este movimiento creciente de protesta que comenzó hace cuatro meses y que amenaza con desbordarse remita a partir del 25 de octubre. Para entonces -fecha de inicio de las vacaciones de Todos los Santos, que Sarkozy confía en que adormezcan la calle- la ley ya estará definitivamente aprobada.
A las más de 240 manifestaciones organizadas por toda Francia se unieron unos invitados esperados con los que no se contaba hace un mes. A los cientos de miles de trabajadores y sindicalistas, de enfermeros y profesores, de empleados de correos y de enfermeros, se agregaron batallones de jóvenes adolescentes salidos de los institutos que marcharon bajo las banderas de los sindicatos. Han acabado convirtiéndose en protagonistas. Nadie duda del poder algo imprevisible de los jóvenes franceses, capaces de tumbar una ley aprobada: ya ocurrió en 2005, cuando las crecientes manifestaciones y la marea juvenil de protesta echó para atrás el Contrato de Primer Empleo del por entonces primer ministro Dominique de Villepin. Tal vez por eso, el Gobiernoha miradode reojo a los ejércitos de jóvenes y acusó de «irresponsable» a la izquierda por haber espoleado a los adolescentes a movilizarse.
La fuerza delos adolescentes
En el boulevard de Montparnasse, una veintena de chicos de 16 años, procedentes de los institutos parisinos de Fénelon, Montaigne o Paul-Berthan marchadoen medio de la manifestación. «Estoy aquí para defender mi jubilación». Y han añadido señalando a un grupo de sindicalistas de mediana edad: «Ellos tendrán jubilación. Yo no lo tengo tan claro». Un compañero añadió: «Y para quejarnos del Gobierno».
Los sindicatos, pues, han mostrado músculo, convencidos por los últimos sondeos de que la población les respalda y han metido un poco más de presión a una olla que cada día que pasa se calienta más. Los aeropuertos, que anularon entre un 30% y 50%, y los colegios -con un 20% de profesores en huelga ayer- volverán hoy a funcionar con normalidad. Pero nadie sabe qué rumbo tomará el incipiente movimiento estudiantil. Tampoco cuánto durarán las huelgas renovables cada día en el transporte público urbano o en las refinerías. La protesta, pues, entra en tierras hasta ahora desconocidas. Mientras, desde el otro lado, la reforma de las pensiones sigue su recorrido legislativo, con el Gobierno decidido a retrasar la edad legal de jubilación de los franceses de los 60 a los 62 años y de 65 a 67 para los que, no habiendo cotizado lo pertinente, quieran retirarse con la pensión completa.
El pulso que enfrenta al Gobierno y a los sindicatos, que se juega en la calle y en los parlamentos simultáneamente, que comenzó el seis de junio, con la primera manifestación, que sacó a la calle, según los sindicatos, a un millón de personas, sigue en marcha: aunque con dos millones de personas que se han añadido por el camino.
Los transportistas se suman a las protestas en Francia
El cierre de las refinerías y las movilizaciones de estudiantes endurecen el conflicto social
El pulso final entre Nicolas Sarkozy y los sindicatos franceses por la reforma de las pensiones se endurece y ha llegado a su cuarto día consecutivo de protestas y movilizaciones, que han vuelto a aumentar en el sector de los carburantes y la educación. Los últimos en sumarse han sido los transportistas, por «solidaridad con el resto de la población», según han explicado los líderes de los sindicatos de camioneros. Por su poder para bloquear las carreteras, su participación amenaza al Gobierno francés con hacer descarrilar sus planes.
El clima cada vez más turbulento que están adquiriendo las movilizaciones ha elevado el optimismo de los convocantes y ha llevado a Olivier Besancenot, líder del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista), a asegurar que «un nuevo mayo del 68 es posible».
Los bloqueos han alcanzado a las 12 refinerías del país -ayer estaban paralizadas 10-, con lo que crece el temor al desabastecimiento de combustible. La sociedad que gestiona el suministro de combustible en Orly, Roissy, al sur de París y la región del centro de Francia ha confirmado que ya no llega a esos aeropuertos. Pero los grandes aeródromos de la capital francesa han comunicado que tienen todavía combustible para varios días, aunque el impacto en el tráfico dependerá del tiempo que queden bloqueados los suministros.
Por otro lado, los estudiantes de liceos y universidades se sumaron a las protestas, uno de los mayores miedos del Gobierno, que teme que radicalicen la protesta. Si ayer eran entre 300 -según el Gobierno- y 500 -según los sindicatos- los liceos que registraban problemas, hoy son de nuevo 306 en los que la actividad está interrumpida en mayor o menos grado, informa Le Monde.
Cientos de estudiantes, representantes de las asociaciones de padres y sindicatos se han concentrado hoy ante la escuela Jean-Jaurès de Montreuil donde ayer resultó herido un estudiante. El joven, de 16 años, ha sido trasladado al hospital Lariboisière con múltiples fracturas en la nariz y en el pómulo izquierdo y un hematoma ocular y deberá permanecer al menos un mes ingresado ante el riesgo de que pueda perder la vista.
En el centro de París, los estudiantes de la escuela secundaria Turgot han bloqueado la calle y han causado un gran atasco de tráfico. En Cannes un policía ha resultado herido al recibir el impacto en la cara de una piedra lanzada por manifestantes. Además de este incidente, cuatro estudiantes han sido detenidos en Cachan (Val-de-Marne) por lanzar objetos contra los agentes.
Depósitos cerrados
Agentes de policía han desalojado sin incidentes a los huelguistas de tres depósitos de combustible -Fos-sur-Mer, cerca de Marsella, el mayor del sureste del país; Ambes, en la región de la Gironde, al sureste; y el de Cournon-d’Auvergne-. Sin embargo, otros cinco almacenes han sido paralizados esta mañana. Francia dispone de cerca de 160 depósitos de combustible, según Le Monde. En cuanto al oleoducto que suministra a los aeropuertos, la compañía TRAPIL que lo gestiona se ha limitado a informar que la tubería «no está funcionando por la mañana». Ante el fantasma del desabastecimiento de combustible, que provocó hace unos días que la gente llenara los depósitos de sus coches por si acaso, el Gobierno ha decidido desbloquear por la fuerza varios depósitos, aunque de momento no atiende la petición de la Unión Francesa de Industrias Petroleras, que ayer reclamó que liberara las reservas energéticas de combustible con que cuenta el país, dado que las gasolineras tienen reservas para tan sólo unos 10 días.
Ha tenido que ser la policía la que desalojara a los huelguistas del depósito de Fos-Sur-Mer, aunque sin incidentes. El acceso a este almacén fue bloqueado por sindicalistas en protesta por el programa de reformas del Gobierno y una treintena de camiones cisterna quedaron en el exterior esperando para poder cargar. Un grupo de agentes permanece en el complejo para que no vuelva a quedar bloqueado. El depósito de Fos es el más importante del sudeste de Francia, con capacidad para 860.000 metros cúbicos de productos químicos y refinados, es primordial para el abastecimiento de las gasolineras de la región. En Bassens, en Gironde, el bloqueo del depósito de Ambès, que alimenta a 13 departamentos del suroeste, se ha levantado esta mañana, esta vez sin intervención policial, sino con la del prefecto de la región, que ha negociado con los huelguistas. También ha quedado abierto el depósito de Cournon d’Auvergne, en el centro. Sin embargo, otros cinco depósitos han sido bloqueados en las últimas horas. Son los de La Rochelle, en Mans, Vern-sur-Seiche, cerca de Rennes, el de Caen y el de Ouistreham, en Baja Normandía. Finalmente, el de Lespinasse, cerca de Toulouse, ha estado bloqueado cerca de tres horas.
El secretario de Estado de Transportes ha justificado la intervención de la policía para acabar con los bloqueos: «No se puede permitir el desabastecimiento, hay que pensar en los que necesitan desplazarse, en las empresas, en los transportistas, todo lo que hace la vida de nuestro país». Por su parte, el líder del poderoso sindicato CGT, Bernard Thibault, afirma que el uso de la fuerza no es el «método que permitirá salir del impasse de la reforma de las pensiones» y ha señalado que el objetivo de los bloqueos «no es paralizar la actividad económica del país», sino forzar «discusiones para el futuro de nuestras pensiones». Tras varios días de huelgas en el sector petrolero, la Unión Francesa de Industrias Petroleras teme que se produzca desabastecimiento a partir del 20 de octubre, puede que antes, si los conductores siguen haciendo acopio de gasolina. A petición de los transportistas por carretera, el Gobierno ha autorizado el desbloqueo de parte de las reservas de carburante. Ayer por la tarde, Sarkozy mantuvo una reunión con el primer ministro, Fraçois Fillon, y otros ministros, para atajar el problema del desabastecimiento.
«Protestamos porque no queremos vivir peor que nuestros padres»
Los estudiantes franceses explican por qué salen a la calle contra la reforma de las jubilaciones
París 15/10/2010
A un paso del Senado, donde se debate la polémica ley que amenaza con incendiar Francia, la que retrasa la jubilación de 60 a 62 años, un centenar de veinteañeros corta el tráfico de golpe, al lado del Jardín de Luxemburgo y comienza a gritar: «Sarko, estás acabado, la juventud ha llegado». Cerca de medio centenar de antidisturbios vigila de cerca con la porra y el escudo transparente en la mano. Uno de estos estudiantes es Benjamin Guerand-Pinet, de 22 años, cursa tercero de Derecho y se detiene a responder a una turista estadounidense que pregunta con curiosidad por qué un pelotón de jovencitos está en un tris de recibir un porrazo por una ley que regula algo tan remoto como su jubilación.
Guerand-Pinet le contesta muy serio: «Estamos aquí porque no queremos vivir peor que nuestros padres».
Cerca, un curioso, Jean-Marc, de 62 años, recordó que cuando él tenía veinte años participó en las mismas calles en una revuelta histórica, la del Mayo del 68, que iba a cambiar la manera de ver el mundo y a la que muchos aluden actualmente al ver de nuevo a los jóvenes en ebullición. «Bueno, había una diferencia: nosotros luchábamos contra la sociedad, ellos creo que luchan contra Sarkozy. Yo no quería vivir como mi padre, quería acabar con el mundo de mi padre. Ellos, por lo visto, no», explica.
La revuelta de los institutos contra la reforma de las jubilaciones crece. Hoy hay al menos 300 institutos cerrados, en los que los estudiantes bloquean las puertas por la mañana impidiendo a nadie entrar en clase. Se reproducen manifestaciones relámpago por toda Francia. Se han producido disturbios y enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en Lyon, con coches volcados, contenedores de basura quemados y cargas de los antidisturbios. En Cannes, un policía ha resultado herido también en una manifestación anti Sarkozy. El Ministerio del Interior ha detenido a 150 jóvenes que, a juicio de la policía, en vez de manifestarse habían salido a la calle con intención de destrozar en vez de protestar.
En la pequeña protesta del barrio del Jardín de Luxemburgo no hay incidentes. Tan solo policías que impiden con su presencia llegar al Senado y un grupo de jóvenes convencidos de que su futuro se juega en esta carta: «Si la gente se jubila más tarde, no habrá trabajo para nosotros», asegura uno. «No quiero ser un estudiante a los veinte, un parado a los 25 y un precario a los 62», añade otro.
Después, todos a coro, comienzan a gritar bajo la mirada de reojo de los policías: «¡No nos gusta esta sociedad¡».
Jean-Marc, el viejo militante de izquierda que participó en el Mayo del 68, sonríe y dice: «Yo entonces creía en Durruti. Ya no, claro. Pero, ¡Qué demonios¡ ¡Que se muevan los jóvenes! ¡Ellos tienen razón!».
París – 16/10/2010
La falta de combustible pone en alerta a los dos grandes aeropuertos de París – El sindicato de camioneros pide bloquear las rutas y centros de abastecimiento
La protesta contra la reforma de las pensiones del gobierno de Nicolas Sarkozy, que, aprobada por la Asamblea, sigue su trámite en el Senado, vive hoy su quinta jornada consecutiva de huelga -aunque está en marcha desde el verano- y manifestaciones. Francia ha amanecido con las 12 refinerías del país paradas, lo que, unido a la llamada a la acción de los sindicatos de camioneros y los bloqueos de depósitos de combustible aumenta el peligro de desabastecimiento de carburantes, lo que podría paralizar el país. También el ferrocarril sufre los efectos de la huelga, aunque funciona según lo previsto, según ha informado la compañía estatal (SNCF). Los estudiantes también se han unido estos días a la protesta y ayer se vivió una tensa jornada en los liceos, con 151 detenidos en los disturbios con la policía.
Las 12 refinerías de petróleo del país se sumaron ayer a la huelga -que vive hoy su quinto día consecutivo, tras otras tres jornadas de paro desde el mes de julio- y hoy tienen previsto seguir cerradas. La huelga en las refinerías, junto a los bloqueos de ayer a algunos depósitos, como el estratégico de Fos-sur-Mer, q ue abastece a buena parte del suroeste del país, amenaza con provocar el desabastecimiento. Ayer, por lo pronto, la falta de combustible obligó al cierre de un centenar de gasolieras, aunque la patronal del sector precisó que se trata de problemas puntuales y descartó que, por el momento, haya problemas de abastecimiento.
También los aeropuertos de París sufren la escasez de combustible. El oleoducto que abastece a los dos principales aeropuertos de la capital dejó de funcionar ayer. El aeropuerto de Orly dice tener reservas de queroseno para 17 días, pero el principal, el Charles de Gaulle, «sólo tiene reservas de queroseno hasta el lunes por la tarde o el martes», según han informado hoy fuentes del ministerio de Medio Ambiente. Según informa el diario Le Monde, la dirección de aviación civil ha recomendado a los aviones procedentes del extranjero que traigan suficiente combustible para la vuelta.
En la empresa pública de ferrocarriles los paros provocaron la anulación de numerosas líneas y problemas en el resto. Las conexiones internacionales no están garantizadas, incluidas las de España, y solo circularán dos de cada tres trenes de larga distancia previstos para hoy y mañana. En provincias la situación es más complicada y la empresa anuló tres de cada cuatro trenes interprovinciales de alta velocidad. Los transportes públicos de París circularon con normalidad con excepción de alguna línea de cercanías.
Los camioneros, que se sumaron ayer a la protesta, anuncian para hoy operaciones caracol y bloqueos de carreteras que a su vez dificultarán el aprovisionamiento de gasolineras, en un perverso efecto dominó.
Manifestaciones
Mientras, los sindicatos esperan hoy una respuesta masiva a las 200 manifestaciones convocadas por todo el país. Esperan superar de nuevo las cifras de convocatorias anteriores. Aseguran haber sacado a la calle el pasado martes 3,5 millones de personas -que la policía reduce a 1,23- y hoy esperan, en vista de que es sábado, demostrar aún más músculo.
Para ello cuentan en los últimos días con los estudiantes, que se han unido a las protestas con la idea de que el retraso de 60 a 62 años en la edad de jubilación, la medida más contestada de la reforma de las pensiones, les bloquea aún más el acceso al mercado de trabajo. Ayer, los estudiantes protagonizaron la jornada, con el bloqueo de cientos de liceos y concentraciones en muchas ciudades.
Y el martes, víspera del 20 de octubre, cuando el Senado tiene que votar definitivamente la reforma, la octava jornada de huelga general.
LaClase 16/10/10