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Merecido Nobel a disidente chino

Merecido Nobel a disidente chino

liu xiaobo

El disidente chino acaba de recibir el Premio Nobel de la Paz. Xiaobo es parte de los encarcelados y perseguidos por criticar a la dictadura del Partido Comunista Chino. Un gigante que crece económicamente en beneficio de las multinacionales, a costa de salarios de esclavitud y de una brutal represión.

Escribe: Juan Carlos Giordano

El gobierno chino catalogó el galardón de blasfemia y obscenidad, y se encargó de censurar la noticia por radio, televisión e Internet. Deteniendo, además, a decenas de disidentes que se aprestaban a festejar. Entre ellos, a la propia esposa de Xiaobo, la poetiza Liu Xia, quien quedó bajo prisión domiciliaria sin teléfono u otra conexión exterior, luego de que visitara a su esposo para informarle la noticia.

Se lo dedico a los mártires de Tiananmen

Esto dijo Liu al enterarse. Siendo un joven profesor, participó de la enorme movilización popular del 4 de junio de 1989, en la Plaza del mismo nombre, ferozmente reprimida, con el saldo de 3.000 muertos y otros tantos heridos. Hecho culminante para que la dictadura terminara de consumar la restauración capitalista iniciada en 1978 por Deng Xiaoping.

Xiaobo fue condenado a 11 años de prisión por reclamar un país libre, democrático y constitucional. Está preso desde la Navidad de 2008 por criminal y subvertir el poder del Estado. Liu había escrito, junto a otros intelectuales: Preferimos tener a diez diablos que se controlen mutuamente que a un ángel que dispone del poder absoluto (Página12, 9-10). Desde entonces inició huelgas de hambre, sufrió varios períodos de detención y siempre dio la cara, negándose a escribir con seudónimo.

La hipocresía de Obama y del comité noruego

Rápidamente el presidente yanqui pidió la libertad de Xiaobo. No fue la misma actitud cuando el año pasado visitó China sin mencionar el tema, a pesar que aquél ya estaba preso. Incluso, Estados Unidos sacó a China del grupo de países que, a su entender, son los mayores violadores de los derechos humanos.

La hipocresía de Obama obedece a que los EE.UU. son socios del gobierno de China, actuando mancomunadamente para que sus multinacionales hagan jugosas ganancias a costa de la explotación obrera.

Lo mismo ocurre con el comité noruego. Obama, luego de recibir el mismo premio el año pasado por parte de este organismo, envió 30.000 soldados más a combatir a Afganistán. ¿Nobel de la Paz al representante del país más criminal y asesino del planeta, que invade pueblos y es el único que tiró bombas atómicas al mismo tiempo que acusa a Irán y a Palestina de terroristas? ¿El mismo que cobija a bancos y multinacionales imperialistas, responsables de generar la actual crisis capitalista mundial, cuyos costos descarga sobre las espaldas de los trabajadores del mundo?

Dicho comité entregó, años atrás, el Nobel de la Paz a la ONU y a su secretario General, Kofi Annan, organismo que, junto a la OEA, son cómplices y ejecutores directos de las agresiones imperialistas; y al vicepresidente de George Bush, Al Gore.

El premio, obviamente, no está direccionado a envalentonar al pueblo chino para que acabe con su dictadura. La decisión del comité y el respaldo de Obama intentan lavarle la cara al imperialismo y a las multinacionales para justificarse ante las críticas del mundo por la represión en China y seguir avalando a la dictadura. Jagland, presidente del organismo, dijo: China se convirtió en una gran potencia en términos económicos como en términos políticos y es normal que las grandes potencias estén sometidas a críticas. Es decir, formulan una crítica a cambio de seguir garantizando estabilidad a la dictadura como reaseguro de las fabulosas ganancias patronales.

China: capitalismo y represión

China es un país capitalista gobernado por una feroz dictadura que fue liquidando las conquistas de la revolución de 1949. Una economía de mercado con propiedad privada, 65.000 multinacionales y la que más millonarios genera por año -el 50% son hijos de funcionarios del PC-. Millones de trabajadores y campesinos están sumergidos en el desempleo, 1.000 millones viven en la pobreza, quienes migran del campo a la ciudad no tienen derecho a la salud ni a la educación, y quienes trabajan duermen en las fábricas por salarios de 60 dólares.

En 2008 se produjo una rebelión popular en el Tíbet -región al sudoeste de China-, reclamando por su independencia y contra la desigualdad social. La dictadura los reprimió sangrientamente. Otro tanto ocurrió ante una protesta en otra nacionalidad oprimida, Xinjiang, en 2009, con el saldo de 180 muertos, 1.200 heridos y centenares de presos.

En China, los cibernautas son detenidos, igual que los intelectuales y todo aquel que critique al régimen de partido único, herencia del estalinismo. Un poder burocrático asentado en un ejército de 2.470.000 hombres y una policía de 1.300.000, al servicio de reprimir a los que luchan y así garantizar las ganancias empresariales.

No existe el derecho de huelga. Los sindicatos no existen o son oficialistas. Sin embargo, los trabajadores expulsan a los burócratas y se autoorganizan para pelear por el salario. Las grandes huelgas de mayo de este año tuvieron que enfrentar a matones armados y a una durísima represión policial. Sin embargo, lograron aumentos importantes, anunciando un claro despertar de este gigante que son los trabajadores.

¡Libertad a Xiaobo! ¡Abajo la dictadura capitalista China!

Por mensaje de texto, la esposa del disidente manifestó: Creo que después del premio más gente ejercerá presión sobre China. Este premio es no sólo para Xiaobo, sino para todos los que trabajan por los derechos humanos y la justicia en China.

Desde todo el mundo hace falta apoyar las luchas de los trabajadores y el pueblo de China y aislar políticamente a la dictadura. Lamentablemente, los gobiernos latinoamericanos supuestamente progresistas o autodenominados del Socialismo del Siglo XXI hacen lo opuesto. Cristina Kirchner recientemente visitó ese país y dijo que le gustaría imitar el modelo chino. Y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en vez de solidarizarse con Xiaobo, defendió a la dictadura.

El Premio Nobel otorgado a Liu Xiaobo debe ser aprovechado por los trabajadores, estudiantes, disidentes e intelectuales chinos para fortalecer su lucha. Llamamos a los pueblos del mundo a solidarizarse, a reclamar por la libertad de aquél y demás presos políticos, a apoyar los reclamos salariales y el derecho a tener sindicatos y organizaciones estudiantiles, campesinas y populares autónomas, contra el sistema de partido único y por el derecho a formar organizaciones políticas, en el camino de derribar a esa feroz dictadura que gobierna para los ricos.

El Socialista 20/10/10

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