Ahora un ex cabo pide «perdón» por asesinar a Raúl Bauducco
Segun testuigos, primero consultó con un oficial y luego disparó
Un ex cabo del Ejército pidió “perdón” por la muerte de un preso político, en 1976, en un penal de Córdoba, al declarar en el juicio que se sigue por delitos de lesa humanidad y que tiene como principales imputados a los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez
Un ex cabo del Ejército pidió “perdón” por la muerte de un preso político, en 1976, en un penal de Córdoba, al declarar en el juicio que se sigue por delitos de lesa humanidad y que tiene como principales imputados a los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez. Lo que ocurrió fue un “accidente, se me escapó el tiro”, dijo el ex cabo Miguel Angel Pérez, al aludir a la muerte del ex preso Raúl “Paco” Bauducco, quien fue asesinado de un tiro en la cabeza que salió de la pistola reglamentaria que manipulaba el suboficial durante una requisa que se había realizado en la Unidad Penitenciaria San Martín (UP1).
Pérez añadió que su declaración sobre el hecho fue “manipulada” por sus superiores cuando le hicieron testimoniar que la muerte sucedió en un intento de arrebato del arma. Asimismo, pidió “perdón” por haberle “arruinado” la vida a la familia Bauducco. “Sólo a ellos les debo explicaciones”, dijo. Luego culpó al Ejército Argentino de arruinar su vida y la de su familia por enviarlo a la cárcel “que no era un destino militar, yo tenía dos meses de cabo, no tenía la experiencia ni la formación para ir a ese lugar”.
«A medida que los integrantes de cada celda llegábamos al patio, nos obligaban a colocarnos cuerpo a tierra, boca abajo, manos en la nuca…Ya todos en el patio, iban haciendo requisas personales por integrantes de celda. Es decir, ordenaban que se levantaran los de la celda Nº 3, por ejemplo, donde estaba Bauducco, y todo ese grupo debía hacerlo y comenzar a desnudarse. Una vez requisados, a una orden debían vestirse y tirarse nuevamente cuerpo a tierra, gomazos mediante. Los demás permanecían en la tierra hasta que les tocase el ‘turno’, mientras los cabos caminaban sobre nuestras espaldas. Ordenan que se pongan de pie los de la celda N8 3, el Cabo se acerca hasta Bauducco, e insultos y amenazas se suceden sin cesar contra el compañero, los gomazos se intensifican y uno de ellos, como corolario final, pega en su nuca derribándolo. Cae de rodillas».
Otros presos políticos, del pabellón 6 y del 8, que presenciaron los hechos declararon ante los tribunales federales que Bauducco manifestaba su impedimento para levantarse. Fue entonces cuando el suboficial, Cabo Miguel Ángel Pérez, se dirigió con la pistola en la mano a conversar con el oficial a cargo del operativo, Teniente Enrique Pedro Mones Ruiz. Luego regresó y le dijo a Bauduco que si no se levantaba lo iba a matar. Como Bauducco no se podía levantar, el cabo Pérez le disparó y lo mató.