Irlanda: gobierno impone un descomunal plan de ajuste y ataca sin piedad los intereses de las clases trabajadoras
La solución irlandesa a la crisis generada por su desforado neoliberalismo: más y más neoliberalismo. Esta vez siguiendo las imposiciones del gobierno mundial: FMI.
Aunque parezca un chiste de humor negro, el gobierno irlandés ha decidido que la solución a la crisis financiera generada por su extremo neoliberalismo -antaño presentado al mundo como paradigma de eficiencia y desarollo económico- pasa única y exclusivamente por aplicar reformas políticas… ¡de corte aún más neoliberal que las anteriores políticas económicas y sociales llevadas a cabo por el Estado!
Lo que está ocurriendo en Irlanda es, ni más ni menos, que la más evidente y manifiesta demostración del funcionamiento del sistema capitalista mundial. Las políticas neoliberales han arrastrado al mundo a una de las peores crisis económicas de toda la historia, pero son precisamente las medidas neoliberales las que se están imponiendo nuevamente para hacer que sean las clases trabajadoras, y no los grandes burgueses beneficiados directamente en cantidades multimillonarias por el escenario económico anterior, los que asuman, sobre sus malgastadas espaldas, los costes de la crisis en su totalidad. Y, de camino, por supuesto, aprovechar la coyuntura actual para reducir a su mínima expresión el contenido social de los estados, tanto a nivel de prestaciones sociales, como a nivel de derechos económicos y laborales.
Es decir, si, hasta ahora, el neoliberalismo irlandés se había centrado fundamentalmente en el sector empresarial y en el funcionamiento de los mercados financieros internos, dejando vía libre para la acción desaforadamente especuladora de los bancos, o manteniendo los impuestos sobre las empresas a niveles casi ridículos, políticas que han llevado al país a una situación muy cercana a la bancarrota, a partir de ahora las políticas neoliberales se harán sentir también, con enorme dureza, sobre los intereses y los derechos sociales y económicos de las clases trabajadoras, a través de un descomunal plan de ajuste neoliberal que le ha venido impuesto por la UE y el FMI, como garantía para llevar a cabo el plan de rescate previsto. No hubo suficiente, al parecer, con la indecente cantidad de dinero que el gobierno irlandés sacó en los dos últimos años del bolsillo de los trabajadores irlandeses para ponerlo en los bancos.
El Gobierno irlandés afirma, por su parte, que este bestial plan de ajuste económico está diseñado para ahorrar 15.000 millones de euros hasta 2014, uno de los requisitos que han solicitado la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, actuales gobiernos de facto en todos los países capitalistas europeos, para que reciba un plan de rescate financiero.
Para ello el gobierno del país céltico no ha dudado un instante en:
Recortar en 2.800 millones el dinero destinado a prestaciones sociales de todo tipo.
Anunciar el despido de 24.750 trabajadores públicos.
Reducir el salario mínimo por hora trabajada.
Aumentar el IVA del 21 al 22% en 2013, con un incremento posterior al 24% en 2014.
Encarecer las tasas en el sector educativo, con un encarecimiento de 500 euros de las tasas universitarias, hasta los 2.000 euros anuales.
Anunciar la instalación de contadores de agua en todos lo hogares para imponer un nuevo impuesto antes de 2014.
Reducir la cuantía de todas las pensiones cuando estas superen los 12.000 euros anuales, cifra a partir de la cual se comenzará a deducir un porcentaje acorde con sus ingresos.
Imponer que los «nuevos» jubilados cobren directamente un 10% menos de los que les correspondería en la actualidad, independientemente del nivel de su pensión.
Elevar la edad de jubilación a los 66 años en 2014, los 67 en 2021 y los 68 en 2028.
Casi nada. Y todo en un único paquete. Habrá que ver lo que nos tienen guardados en el cajón de las sorpresas a medida que se vayan aprobando los «paquetes» accesorios, tales como pueden ser los que afecten a reformas laborales, o similares.
Eso sí, el Ejecutivo irlandés mantendrá su impuesto de sociedades en el 12,5%, una tasa mucho más baja que la media europea y que ha hecho que grandes empresas extranjeras, como Google y Facebook, hayan establecido en el país una sede de sus negocios en el exterior. Se sube todo, se recorta de todos sitios, pero los beneficios fiscales de empresas y grandes fortunas, ni se tocan.
Sin duda, esta vez sí, Irlanda se constituye en todo un emblema de las políticas neoliberales que asolaran Europa y el mundo en las próximas fechas, sometiendo sin piedad ni vergüenza alguna el contenido social de los estados, así como los derechos de las clases trabajadoras.
Conclusión: Los pueblos de Europa siguen durmiendo. El neoliberalismo, en cambio, está muy despierto. ¡Es la lucha de clases, estupido!
Kaos. Internacional y Laboral y economía.
24/11/10