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Los mineros bolivianos adoptan las «Tesis de Pulacayo»

8 de noviembre de 1946

Los mineros bolivianos adoptan las «Tesis de Pulacayo»

Los mineros bolivianos hicieron historia

En el socavón de la mina de San León, en pulacayo, a 4.620 metros sobre le nivel del mar, el Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) votó las Tesis de Pulacayo. Las mismas teñirán la lucha obrera y popular boliviana hasta nuestros días. Y es el antecedente más importante de programa de transición revolucionario en Latinoamérica.

Escribe: Miguel Lamas

Después de la derrota del nazifascismo en la Segunda Guerra Mundial, se desató un profundo proceso revolucionario internacional. En China triunfó una revolución de campesinos pobres, encabezada por Mao Tse Tung, que expropió a terratenientes e imperialistas. India y decenas de países de Asia y Africa dejaron de ser colonias, declarando su independencia. En Latinoamérica surgió un proceso nacionalista burgués, una de cuyas expresiones más importantes fue el peronismo.

En Bolivia gobernaba Gualberto Villarroel, un militar aliado al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR, un partido patronal), gobierno similar al de Perón. Pero la economía boliviana era pobre y totalmente dependiente de los barones mineros. Por eso Villarroel no pudo dar concesiones a las masas en los marcos capitalistas como lo hizo el general argentino. Villarroel fue derrocado en junio de 1946, jugando un rol importante en su caída el PIR (Partido de Izquierda Revolucionaria, de carácter stalinista), que movilizó a sectores de masas. Pero fue un golpe reaccionario para volver a poner a su servicio en el poder a la llamada Rosca de magnates mineros y políticos, aunque incorporó a dos ministros del PIR. Por orden directa del dictador de la Unión Soviética, José Stalin, los partidos stalinistas en todo el mundo defendían la “unidad democrática” con el imperialismo yanqui con la excusa del “antifascismo”. Así lo hizo el PC argentino cuando integró la Unión Democrática contra Perón en 1946. En Francia e Italia incorporándose a los gobiernos burgueses. Así, el stalinismo traicionaba el proceso revolucionario mundial.

Los mineros

Los mineros bolivianos habían forjado sus primeros sindicatos en la década del veinte, a fuerza de rebeliones y sometidos a repetidas represiones y masacres. En 1942, en Catavi, el ejército disparó con morteros y ametralladoras contra una marcha de 10.000 mineros de la empresa Patiño, causando decenas de muertos y centenares de heridos. En 1944, el gobierno nacionalista militar de Gualberto Villarroel, autorizó a los mineros la formación de sus sindicatos y de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), que se fundó con 40.000 trabajadores.

El derrocamiento de Villarroel es visto con indignación por los mineros que veían cómo volvían al poder los jefes de la Rosca oligárquica imperialista minera. En un ambiente de agitación social, se reúne el Congreso Extraordinario de la Federación en Pulacayo y, por propuesta de los trotskistas del Partido Obrero Revolucionario (POR), votan las famosas tesis que se inspiran en gran medida en el Programa de Transición de la IV Internacional, redactado por León Trotsky 6 años antes, en 1938.

Las Tesis

Ante el imperialismo, señalan: “Para los trabajadores mineros lucha de clases quiere decir, sobre todo, lucha contra los grandes mineros, es decir, contra un sector del imperialismo yanqui que nos oprime. La liberación de los explotados está subordinada a la lucha contra el capitalismo internacional… Bolivia, pese a ser país atrasado, sólo es un eslabón de la cadena capitalista mundial… Los problemas centrales de los países semicoloniales son: la revolución agraria y la independencia nacional, es decir, el sacudimiento del yugo imperialista”.

Y agrega: “El proletariado, aún en Bolivia, constituye la clase social revolucionaria por excelencia”. Explican que la lucha antipatronal “es una lucha a muerte, porque en esa lucha se juega el destino de la propiedad privada… La presente etapa histórica… sólo podrá ser superada cuando desaparezcan las clases sociales, cuando ya no existan explotados ni explotadores”.

Afirman claramente: “La FSTMB nunca irá a formar parte de los gobiernos burgueses, pues eso significaría la más franca traición a los trabajadores”. Y formulan un programa de reivindicaciones transitorias: “Salario básico vital y escala móvil de salarios… Semana de 40 horas de trabajo.”

Ante las amenazas de cierre de las minas plantean: “Si los patronos se encuentran incapacitados de otorgar a sus esclavos un pedazo más de pan; si los capitalistas responden a todo intento reivindicacionista con la amenaza del cierre de sus instalaciones, no les queda a los trabajadores más recurso que ocupar las minas y tomar por su cuenta el manejo de la producción”. Sobre el armamento de los trabajadores dicen: “Si queremos evitar que la masacre de Catavi se repita tenemos que armar a los trabajadores. Para rechazar a las bandas fascistas y a los rompehuelgas, forjemos piquetes obreros debidamente armados”. Hablan de la participación en elecciones parlamentarias: “Debemos llevar al parlamento a elementos revolucionarios probados, que se identifiquen con nuestra conducta sindical. El parlamento debe ser convertido en tribuna revolucionaria… la lucha parlamentaria debe estar directamente ligada a la acción directa de masas. Diputados obreros y trabajadores mineros deben actuar bajo una sola dirección: los principios de la presente Tesis Central (en 1947 fueron electos 5 diputados por el “bloque minero”, entre ellos Guillermo Lora, del POR y Juan Lechín).

Proponen como tarea central: “La colaboración revolucionaria de mineros y campesinos… es la clave de la revolución futura. Los obreros deben organizar sindicatos campesinos y trabajar en forma conjunta con las comunidades indígenas… apoyen la lucha de los campesinos contra el latifundio y secunden su actividad revolucionaria”. Y la cuestión del poder: “la dictadura del proletariado es una proyección estatal de dicha alianza. La consigna pone en claro el hecho de que será la clase obrera el núcleo director de dicha transformación y de dicho Estado. Lo contrario, sostener que la revolución democrático-burguesa, por ser tal, será realizada por los sectores “progresistas” de la burguesía y que el futuro estado encarnará la formula de gobierno de unidad y concordia nacionales, pone de manifiesto la intención firme de estrangular al movimiento revolucionario en el marco de la democracia burguesa. Los trabajadores una vez en el poder no podrán detenerse indefinidamente en los límites democrático-burgueses y se verán obligados, cada día en mayor medida, a dar cortes siempre más profundos en el régimen de la propiedad privada, de este modo la revolución adquirirá carácter permanente.

El contenido revolucionario de las Tesis provocó un escándalo. Patiño -dueño de una multinacional minera-, las hizo publicar en los diarios para presionar al gobierno a la represión. Así contribuyó a que sean conocidas por todo el país.

(Ver texto completo en http://uit-ci.org/modules/news/article.php?storyid=1561&keywords=Pulacayo)

El Socialista 04/11/10

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