Desmanejos y torpezas que llevaron a una crisis política
PorRicardo Kirschbaum: EDITOR GENERAL DE CLARIN
¿Yo, señor? No, señor. Pues entonces ¿quién lo tiene?”. Remedo patético de ese juego infantil del Gran Bonete , en el que nadie se hace responsable de nada, la ocupación masiva de un parque desencadenó una crisis de magnitud, la primera desde la muerte de Néstor Kirchner, que dejó al descubierto no sólo el grosero desmanejo del problema sino el impúdico intento de eludir responsabilidades elementales , tanto del gobierno de Cristina Kirchner como la torpeza (práctica y verbal) de la administración Macri.
Los muertos y heridos, el abandono a su suerte de una zona de la Ciudad, la manifestación cruda de la pobreza extrema, la acción impune de mafias y de punteros políticos que se aprovechan de las agudas carencias , la pelea entre bandas para estafar con terrenos públicos, la excursión punitiva de barrabravas armados y el juego vergonzoso de tirarse el problema entre la Casa Rosada y el Gobierno de la Ciudad, pintaron el telón de fondo del acto oficial en el que se reivindicaban, paradójicamente, los derechos humanos y la democracia.
Las consecuencias para el gobierno de Cristina han sido evidentes. En primer lugar, golpeó duro a Aníbal Fernández , que manejaba de hecho desde épocas de Kirchner a las fuerzas de seguridad, pasándole esa responsabilidad a Nilda Garré, la ministra de Defensa devenida en titular de la nueva cartera de Seguridad. El jefe de Gabinete, que ha basado mucho de su poder en la relación con la Policía Federal, se habría enterado del cambio con el anuncio presidencial, mostrando, otra vez, el concentradísimo manejo de poder de Cristina . La segunda consecuencia fue para Alak, titular sólo formal de las fuerzas de seguridad, quien fue también desahuciado. Su renuncia, aunque la niegue, ha sido presentada y su continuidad quedó muy afectada.
En tercer lugar, las declaraciones de la sorprendida Garré fueron durísimas para quienes condujeron hasta aquí a la Policía y otras fuerzas. Dijo la ministra que esas instituciones tienen que “respetar la ley, la Constitución, los derechos humanos, que sean profesionalizadas, eficientes y honestas”. Esas condiciones, recordadas por ella, son básicas. ¿Es que acaso esos estándares no se alcanzaron en estos siete años de gobierno kirchnerista ? Y si no se guiaron por esos preceptos, ¿de quién fue la responsabilidad? La ministra fue más allá: habló de corrupción y narcotráfico, como problemas a atender.
En cuarto lugar, al fin hubo una admisión oficial de la inseguridad . Este baño de realidad, esquivado desde Kirchner hasta aquí, tuvo una doble ratificación: la creación del nuevo ministerio y el reconocimiento de Garré.
Por último, la ausencia policial permitió la irrupción de bandas armadas que atacaron a los ocupantes del parque, siguiendo un patrón parecido al que costó la vida de Mariano Ferreyra. ¿Es sólo una casualidad o hay un método extraoficial para evitar costos políticos por el uso de la policía?
Clarin 12/12/10