Libia y el Programa de Transición. De las consignas democráticas al programa revolucionario
Daniel Guerra Para Kaos en la Red 26-2-2011
Compañeros, ante las revoluciones de Túnez, Egipto y ahora en Libia, se nos plantea en el movimiento obrero toda clase de dudas y de preguntas sobre cómo actuar. Huelga decir que experiencias como las actuales ya se han vivido anteriormente a lo largo de la Historia.
Fue durante la Comuna de París de 1871, que Marx tuvo los elementos para analizar cómo en una revolución, el pueblo genera sus propios órganos de poder, órganos de doble poder. De esas lecciones, Marx escribió en «la Guerra Civil en Francia» : “La Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta que permitía realizar la emancipación económica del trabajo.”
Lo más importante era que la Comuna acabó con los instrumentos de la burguesía como el ejército, reemplazado por milicias del pueblo, “el pueblo en armas” y las instituciones de la democracia burguesa fueron sustituidas por una democracia directa con delegados a los cuales se les podía revocar en cualquier momento (un derecho renacido en los soviets durante las revoluciones rusas de 1905 y 1917)
En La Comuna se vislumbró un nuevo orden socialista posible y se demostró sin lugar a dudas la absoluta necesidad de abolir el Estado burgués para que ese nuevo orden se realizara. La Comuna cayó, decía Marx, “porque no se produjo en todos los demás centros, en Berlín, en Madrid, etc., el movimiento revolucionario correspondiente al levantamiento del proletariado de París”. La tarea para el futuro era aprender de la experiencia para asegurar que la próxima vez la rebelión triunfara.
Estos órganos de doble poder los hemos visto en Túnez y Egipto, donde las revoluciones aún no han terminado. En Libia, en los territorios liberados, el pueblo se organiza en Comités Populares. Aún hay quien duda que se trate de una revolución, hay quien le resta importancia por el hecho de que los revolucionarios no defiendan un programa bolchevique o no exista una dirección socilalista revolucionaria que encabece el movimiento.
Sin embargo las revoluciones no las hacen los revolucionarios, sino las masas, los revolucionarios lo que hacen es prepararse para ella. Pues bien, esta revolución ya ha estallado, por supuesto no en estado puro, ya hemos dicho que esto no ocurre nunca, como explicó Lenin. Por supuesto no con un programa acabado. Y para ayudar a los elementos más avanzados del movimiento a comprender los procesos y los pasos a realizar, para ayudar a responder algunas dudas, les envío un enlace con el «Programa de Transición», igual que ya se difundió ampliamente con anterioridad un enlace de «La Revolución Permanente», ambos de recomendadísima lectura para entender los acontecimientos actuales.
El Programa de Transición es un programa de acción votado en el Congreso Fundacional de la Cuarta Internacional en septiembre de 1938, elaborado por León Trotsky.
El Programa de Transición se elaboró para explicar cómo tratar de acercar a los trabajadores en su lucha diaria a la conclusión de que es necesario derribar el capitalismo, elevando su nivel de conciencia. Dicho Programa declara que el punto de partida de un revolucionario debe ser el nivel real de la conciencia de los trabajadores, que NO es revolucionario en todos los momentos ni lugares, y relacionar el movimiento necesariamente inacabado y poco claro de los trabajadores con el programa acabado y científico del marxismo.
«La orientación de las masas está determinada, por una parte, por las condiciones objetivas del capitalismo en descomposición, y de otra, por la política de traición de las viejas organizaciones obreras. De estos dos factores el factor decisivo, es, por supuesto, el primero; las leyes de la historia son más poderosas que los aparatos burocráticos. Cualquiera que sea la diversidad de métodos de los social traidores (de la legislación “social” de Blum a las falsificaciones judiciales de Stalin), no lograrán quebrar la voluntad revolucionaria del proletariado»
“Superar la contradicción entre la madurez de las condiciones objetivas de la revolución y la falta de madurez del proletariado y de su vanguardia (confusión y descorazonamiento de la vieja dirección, falta de experiencia de la joven). Es preciso ayudar a las masas, en el proceso de lucha, a encontrar el puente entre sus reivindicaciones actuales y el programa de la revolución socialista. Este puente debe consistir en un sistema de reivindicaciones transitorias, partiendo de las condiciones actuales y de la conciencia actual de amplias capas de la clase obrera a una sola y misma conclusión: la conquista del poder por el proletariado.
http://www.marxists.org/espanol/trotsky/1938/prog-trans.htm
Salud y Revolución
Rodrigo Alonso