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Cristina pactó con Menem

¿Existe la “mística kirchnerista”?

Cristina pactó con Menem

Escribe: Guillermo Sánchez

Desde el fallecimiento de Néstor Kirchner, el gobierno dice que “regresó la mística” en la militancia con una nueva generación de jóvenes K. Pero el reciente acuerdo con Menem en La Rioja, prueba que Cristina está dispuesta a pactar con quien sea para intentar ganar en la primera vuelta.

La alianza electoral entre el kirchnerismo y el menemismo en La Rioja trata de ser ignorada por los “místicos” K o tibiamente defendida como “un acuerdo regional sin importancia”. Pero este pacto implica que apoyan a Menem para el Senado de la Nación por 8 años más y éste le devuelve los favores al kirchnerista Beder Herrera para la reelección.

Menem es, para los seguidores K -junto a Macri-, el símbolo del “neoliberalismo, la corrupción, las privatizaciones y la entrega”, es decir, la década del `90 que dicen combatir. ¿Cómo justificarlo?

El gobierno ganó en Catamarca y estuvo cerca en Chubut por el arrastre de la imagen electoral de Cristina, que ha mejorado, mientras la oposición patronal es un desastre. Y porque la presidente llamó a “unir al peronismo”, aunque sea con personajes repudiados desde hace décadas. En Catamarca, trataron de mostrar que la mística K era imparable. Pero detrás de sus votos está un fuerte acuerdo con los Saadi y Barrionuevo. La gobernadora electa, Lucía Corpacci, es prima de Ramón Saadi, mujer del puntero “Bombón” Mercado y ex vice del radical Brizuela. Su primera declaración fue negar el asesinato de María Soledad por el núcleo corrupto y mafioso del poder de los Saadi. Para ella fue “por razones pasionales, que los medios de comunicación manipularon. Yo estoy orgullosa de ser Saadi”.

En Santa Fe los kirchneristas han acordado con Reutemann, Obeid y todo el aparato peronista. En Río Negro con Carlos Soria, ex Guardia de Hierro, vocero de Menem y director de la SIDE con Duhalde. En Córdoba con De la Sota. En Formosa con Gildo Insfran, gobernador desde hace 16 años, que reprimió y asesinó a los indígenas de la Comunidad Toba Qom. En Buenos Aires, con Scioli y decenas de intendentes como Hugo Curto u Otahecé, del más puro riñón menemista. Y podríamos escribir páginas enteras sobre estas alianzas, muy lejos de la “mística”.

El PJ, la burocracia sindical y los fondos estatales

Tal como lo hizo Néstor, Cristina gobierna aliada a lo peor de la burocracia sindical, razón central por la que los trabajadores no podemos expresar masiva y unificadamente nuestro repudio contra la inflación y los bajos salarios. Moyano es otra expresión de esta alianza, basada en ninguna “mística”, sino en millones de dólares, negocios y “espacios de poder” que él y sus aliados de la CGT han obtenido de la mano de los K. Tan brutales son estos negociados, que una mera investigación de movimientos bancarios en Suiza hizo tambalear esta alianza. ¡Daba vergüenza ajena escuchar a funcionarios o periodistas K defendiendo a Moyano como “víctima” de una “campaña internacional de desprestigio al movimiento obrero organizado”! ¿Moyano, integrante de la derecha de la CNU, acusado hasta por Hebe Bonafini, es parte de esta “mística” K? Cristina también apoyaba a Pedraza, hasta que tuvieron que soltarle la mano ante el repudio social por el asesinato de Mariano Ferreyra. Participó con él en numerosos actos, lo consideró “el modelo sindical a seguir” y Pedraza fue cursista de los seminarios de “La Cámpora”, símbolo de los jóvenes K.

No es mística, es el aparato

Por otro lado, el crecimiento de las agrupaciones de jóvenes K está orientada en el encumbramiento de sus referentes en cargos de segunda líneas gubernamental (funcionarios, gerencias, etcétera), que le permiten manejar fondos inmensos que los ponen para armar sus aparatos afines. Es lo opuesto a la mística militante de los fenómenos políticos sociales que se han vivido en diferentes generaciones de jóvenes ingresados a la vida política. No hay ningún dato de la realidad política (elecciones estudiantiles o sindicales, movimientos de auto organización barrial o popular) que muestre este supuesto fenómeno social que quieren vendernos.

La política y estrategia del kirchnerismo nada tiene que ver con la mística de los ´70, como incluso miles creen. Su única política es hacer acuerdos que le garanticen mantenerse en el poder, cómo sea y con quienes sea. El “todo vale” puede ser muy efectivo, como “aparato electoral”, pero es absolutamente estéril para llevar adelantes las “transformaciones” políticas, sociales y económicas que millones de seguidores K desean implementar. Las cuales, sin dudas, son necesarias para terminar realmente con la pobreza, la impunidad, la inseguridad, recuperar la educación, salud, salarios, vivienda, trabajo y jubilaciones para los sectores populares. Transformaciones por las que sí dieron la vida, en dictadura o democracia, miles de luchadores.

No será de la mano de los K y sus aliados como se lograrán estos cambios, sino con lucha y movilización hasta imponer un gobierno de los trabajadores.

El Socialista 30/03/11