Línea Sarmiento
Otro día de furia contra las privatizadas
A las 6.30 horas del lunes 2, a la altura de Flores, se paralizó el servicio del Sarmiento por un tren que descarriló a causa de un riel que estaba roto. Luego comenzó la manifestación y bronca de los usuarios que derivaron en vagones incendiados y el caos en varias estaciones.
Escribe: Rubén Sobrero y Edgardo Reynoso
Trabajadores y usuarios manifestaban: ¡Estamos cansados de viajar como ganado! ¡Sufrimos a diario la odisea de llegar a nuestros trabajos o domicilios en un servicio deplorable que hacen del viaje en tren una verdadera humillación! Nuevamente, el usuario dijo ¡basta!
Este tipo de hechos vienen sucediendo en distintas líneas ferroviarias, y en particular en el Sarmiento, bastante a menudo. Podemos recordar los incendios en las estaciones de Haedo en 2005 o en Castelar y Merlo en 2008, donde se dieron de la misma forma que ahora.
¿Sabotaje, conspiración o corrupción?
Cada vez que el usuario dice basta, el kirchnerismo sale a buscar culpables. Primero dijeron que los ferroviarios saboteaban las vías. Después, que podría haber enfrentamientos entre la izquierda que dirige el ferrocarril y es opuesta a Pedraza, que está preso. Por último, que este hecho se da como parte de una “coincidencia” con el lanzamiento de la candidatura de Pino Solanas en Capital. Con estas posiciones, el gobierno sale a cubrirle las espaldas a TBA del grupo Cirigliano, empresa concesionaria del ferrocarril, con una cortina de humo y pretende tapar el robo que le están haciendo al pueblo trabajador con el manejo de los millonarios subsidios que les entrega la Secretaría de Transporte. Es obvio que, como ferroviarios, no compartimos ni alentamos las acciones que se dieron, ya que somos los primeros en cuidar nuestra fuente de trabajo y el patrimonio estatal. No es cierto que hubo un complot, como dicen el gobierno y las empresas. La causa principal por la que se desencadenan este tipo de hechos la tenemos que buscar en la falta de mantenimiento por la desinversión y otros negociados (tercerización, reconstrucción de vagones, etc.) que hacen las patronales. La gran cantidad de dinero que obtienen de los subsidios y la que entra diariamente por los boletos van a parar directamente a las arcas de los empresarios y de los Pedraza, Maturano o Moyano, quienes son los dueños de los ferrocarriles. No invierten en nada para el desarrollo del ferrocarril, viven de este gran negociado y tienen fuertes “lazos” con el Ministerio de Planeamiento y sus organismos de control, como se demostró con el corrupto ex funcionario Jaime, para encubrir esta estafa. Las privatizaciones de los ferrocarriles nos están dejando sin trenes.
La respuesta del gobierno
Una de las que dio el gobierno ante la debacle del sistema ferroviario, fue sacarle la concesión al empresario Taselli de la línea Roca para armar la UGOFE. Un conglomerado de empresas, entre las que se encuentran TBA, Metrovías y Ferrovías, junto al Estado (Belgrano S.A.), a la que dieron en llamar: empresa mixta (estatal-privada). Que sigue siendo el mismo negociado al servicio de engordar los bolsillos de los empresarios. Esta estafa es la que se difundió masivamente con la movilización de los tercerizados y el repudio popular que se dio por el asesinato de Mariano Ferreyra, cometido por los matones de la Unión Ferroviaria. El negocio de las tercerizadas le facturaba al Estado $12.000 por cada trabajador y sólo le pagaban $2.000 por mes al ferroviario. Este era el “kiosco” que defendía la Verde de Pedraza, por eso armó la patota dándoles licencias y celulares. La heroica lucha de los tercerizados terminó con este flagelo en el Roca, ganando el ingreso a planta permanente.
Salvemos al tren
El ferrocarril es unos de los mejores sistemas de transporte que existe, pero en manos de las patronales y del gobierno se ha transformado en un verdadero desastre. En los ´90 nos decían, para justificar la privatización de los ferrocarriles, que el Estado perdía un millón de dólares por día. Ahora, con el gobierno de Cristina, se pierden cuatro millones por día, el Estado se hace cargo de las obras y los sueldos y, encima, tenemos 90.000 ferroviarios y 11.000 km de vías menos. Por esto tenemos que luchar para dar vuelta esta situación, reestatizando las empresas controladas por sus trabajadores y sus usuarios. Creando una sola empresa unificada entre carga y pasajeros, para que las ganancias que se obtengan del ferrocarril de cargas sean utilizadas en la renovación y colocación de vías en todo el país. Que cumpla una función social al servicio de los trabajadores y el pueblo y del desarrollo del país, no un negocio para las patronales. Es decir, luchamos para Salvar al Tren.
El Socialista 04/05/11