Brasil: Huelgas y crisis política
Brasil: crecimiento para pocos
Huelgas y crisis política
En las últimas semanas el inmenso Brasil se llenó de huelgas de trabajadores. Simultáneamente estalló una crisis política por el escándalo de corrupción del ministro Antonio Palocci, al que Lula llamara “el Pelé del equipo de gobierno”, que tuvo que renunciar.
Igual que ocurre en nuestro país, el crecimiento económico de Brasil beneficia a una minoría y especialmente a los grandes bancos, las multinacionales extranjeras y brasileñas, a los agroindustriales.
El Partido de Trabajadores, primero con la presidencia de Lula (2003 al 2011) y ahora con la de Dilma Rousseff ha continuado con una política neoliberal, de alianza con banqueros, agroindustriales y multinacionales. El origen de dirigente obrero de Lula y de su partido, y el crecimiento económico permitió que las mayorías trabajadoras siguieran creyendo en el gobierno, pese a los ataques a muchas de sus conquistas. Pero esto comienza a cambiar.
El escándalo Palocci
Médico y militante petista, fue intendente de la ciudad de Riberao Preto en 1992 y ministro de Economía de Lula en el 2003.
Desde ese cargo tejió excelentes relaciones con el capital financiero. En el 2004 tuvo su primer escándalo del Mensalão (mensualidad), acusado de recibir de capitalistas, ya desde cuando era intendente, una mensualidad de 50.000 dólares. Renunció al ministerio, pero las acusaciones no prosperaron, protegido por Lula y su red de “amigos influyentes”.
Fuera del gobierno, siguió utilizando su influencia y conocimiento de las figuras claves del gobierno. Algunas de ellas le pagaron 10 millones de reales por apenas dos meses de “trabajo” de conseguir jugosos contratos con el Estado.
Dilma Rousseff nombró a Palocci nada menos que como jefe de su gabinete de ministros. Renunció hace dos semanas luego que el diario Folha de Sao Paulo publicó una investigación en la que demuestra que Palocci multiplicó por 20 su patrimonio. El no sólo no lo negó, sino que afirmó que fue por su “trabajo profesional” privado de “asesorar” empresas. En síntesis de robarle al Estado. Pero la fiscalía dice que esto es “legal”. Y ministros, senadores y diputados, tanto de la derecha tradicional como petistas dicen que “no tiene nada de malo” multiplicar su patrimonio por 20 “trabajando”.
¡Un trabajador que gane el salario mínimo en Brasil (545 reales) debería trabajar 1.400 años para ganar lo mismo que Palocci en dos meses! Pero no es un caso individual, esta corrupción desenfrenada es el precio que los poderosos multimillonarios brasileños pagan de coima para que los funcionarios del PT gobiernen para ellos. ¡Sólo entre los diputados y senadores del PT hay 14 millonarios declarados!
Los trabajadores
En contraste con esa fiesta de la corrupción y de ganancias capitalistas, en las bases trabajadoras crece el descontento y las huelgas por salarios y otras demandas.
“Una ola de huelgas inunda el país. Sao Paulo tuvo hoy un día de caos, debido a la paralización de subtes y ferrocarriles y de choferes de buses de zona industrial. Muchos trabajadores no consiguen llegar a su empleo… En Paraná hace 30 días están en huelga los metalúrgicos de Volkswagen… En Brasilia están parados los trabajadores judiciales hace 15 días… Los maestros en diversos estados dejaron sus aulas al igual que los técnicos universitarios… (Correio Braziliense, 3 junio).
Los bomberos de Río de Janeiro se declararon en huelga y ocuparon su Cuartel Central el 3 de junio exigiendo salarial. Fueron desalojados violentamente del cuartel por la policía que detuvo a 439 bomberos. Entonces los bomberos se lanzaron a la calle, se raparon y pintaron el número “439” en la cabeza. En otros sindicatos de trabajadores y sectores populares se difundió la consigna “Todos somos bomberos”. Y el pasado sábado 27.000 personas (diario O Globo) con cintas, remeras y banderas rojas (el rojo es el color de los bomberos) hicieron una enorme manifestación de apoyo en el centro de Río de Janeiro. La corriente sindical clasista Unidos Pra Lutar (en la que militan compañeros de la UIT-CI) es parte de esta gran campaña de solidaridad.
La enorme solidaridad con las huelgas muestran que sectores importantes de la clase trabajadora, además de defender su salario, empieza a buscar una alternativa distinta a estos regímenes capitalistas disfrazados de “progresistas”.
13/06/11