El modelo 11-Siria
Gustavo Herren (especial para ARGENPRESS.info)
Si la masa de un pueblo derroca por sí sola a un gobierno autoritario tiene, en determinadas condiciones, una probabilidad significativa de lograr su autodeterminación y la defensa genuina de sus intereses. En cambio, si intervienen terceros y peor aún las grandes potencias extranjeras la probabilidad decrece significativamente. En el conflicto de Libia se suma una guerra de cuarta generación con el protocolo británico de la guerra de masas, el nuevo modo de guerra de Washington, y el perfeccionamiento del procedimiento formal de guerra de la OTAN, basado en la experiencia de Yugoslavia (1999).
A una década de distancia espacio-temporal los grandes multimedios de información, prolongaciones de las grandes potencias, se centralizan en la conmemoración del atentado del 11-S. La zona cero marcó un comienzo, la respuesta del imperio no fue de suma cero, superó con creces la ley del Talión que aparece en uno de los cuerpos legales mas antiguos, el código de Hammurabi (Irak, 1700 a.C.). Una reacción mucho mayor que la acción, un escarmiento y un mensaje dirigido al mundo con cientos de miles de muertos en las invasiones a Afganistán e Irak. Marcó un cambio en las relaciones internacionales, el inicio de la guerra contra el terrorismo y la guerra preventiva, el recrudecimiento del control social y las nuevas doctrinas de seguridad interior, y una hoja de ruta de conquista definida, en particular para siete países del arco de inestabilidad en el Gran Oriente Medio, que continúa hoy con Libia y mañana el 11-Siria.
Sin embargo desde otro ángulo, el 11-S no fue un inicio sino que tiene necesariamente una historia previa poco difundida. Hace exactamente 38 años concluía el proyecto FUBELT de Washington para derrocar al gobierno de Salvador Allende, otra de las sangrientas intervenciones en América Latina, y si como se afirma el atentado del WTC fue obra de un grupo fundamentalista árabe, como al Qaeda, es consecuencia de una reacción extremista frente a las intervenciones de Estados Unidos en Oriente Medio. (1)
El 20 de Marzo de 2003, G.W. Bush lanzó la Operación Libertad Iraquí. Casi exactamente 8 años después, el 19 de Marzo de 2011, y con la experiencia de Irak, Obama autorizó sobre Libia la Operación Odisea del Amanecer, que continuó desde el 31 de Marzo con la Operación Protector Unificado de la OTAN, autorizada esta vez por el Consejo de Seguridad de la ONU mostrando que la organización aprendió las lecciones de Yugoslavia.
Hasta el 10 de Septiembre, se habían realizado 22.228 misiones aéreas en Libia, incluyendo 8.346 de ataque (2), lo que significa en promedio una operación aérea cada 10 minutos, o 137 por día de las cuales 51 son de ataque. Estiman que la ‘reconstrucción’ de la tierra arrasada llevará 10 años. Este despliegue militar furibundo estuvo siempre dirigido al cambio de régimen, como lo habían anunciado los líderes del tríptico de potencias que lo encabezan.
Los rebeldes locales armados no mostraron capacidad militar propia como para derrocar al régimen de Kadafi pero, si la masa de población libia que apoya al Consejo Nacional de Transición (CNT) y hoy festeja la ayuda de la OTAN, cree que una vez finalizada su misión, las grandes potencias occidentales simplemente se replegarán respetando los intereses populares y dejando a los libios sus asuntos, es que no se visualiza del todo la dinámica del proceso histórico y geopolítico. No hay indicios que los grandes polos de poder concentrado subyacentes en Estados Unidos y Europa Occidental hayan abandonado sus líneas ideológicas históricamente colonialistas e imperialistas, aunque las hayan mimetizado a la modernidad. La ‘ayuda’ a Libia no es gratis es a pagar, traidores libios mediante, por el pueblo libio todo.
El Kadafi antimperialista hasta la caída de la URSS, y luego converso pragmático colaboracionista para mantener su gobierno frente al contexto de las nuevas relaciones de fuerza internacionales, se había reservado algunos grados de libertad nacionalista, pero nunca resultó fiable para los imperialistas. Para las grandes potencias la apertura y servilismo de un régimen no solo no garantiza su protección ni estabilidad, sino que es interpretado como debilitamiento y decaimiento. En el marco generalizado de las revueltas árabes, la excesiva represión del régimen para mantener la estabilidad entre las regiones tribales del Oeste y parte del Sur favorecidas por su gestión, y la empobrecida del Este, dio la oportunidad al triplete para fogonear una guerra de masas usando la OTAN. Aunque los imperialistas no se irán de Libia porque ya estaban, ahora van por todo.
Miembros del actual CNT ya habían pagado la intervención de Francia previamente al ataque de la OTAN, comprometiendo la entrega luego de la caída de Kadafi, del 35% de la producción petrolera total de Libia. Por supuesto las partes lo negaron. Pero los hechos están mostrando que los privilegiados de la repartija petrolera, serán los países de la OTAN que votaron a favor de la tramposa y permeable resolución 1973 del Consejo de Seguridad y apoyaron al CNT desde el principio. Se ha desatado una fuerte puja entre las potencias y sus multinacionales francesas, italianas, alemanas, británicas y estadounidenses en que no solo el CNT deberá respetar los acuerdos realizados con Kadafi, sino con miras a obtener las mejores nuevas tajadas de la parte del león. De esa exacción trata parte de los pagos y carencias económicas y culturales que deberá afrontar el pueblo libio.
El consejero de Obama, Ben Rhodes, (con el mismo apellido de los imperio-colonialistas europeos ‘dueños de Africa’ con un país a su nombre Rhodesia (hoy Zambia y Zimbawe)), declaró ‘…la aproximación multilateral y la marca suave de la administración Obama para un cambio de régimen es más efectiva que el estilo de ocupación duro con tropas usado por George W. Bush en Irak y Afganistán’. Y agregó que esta estrategia para la intervención militar tendrá mejores resultados para el futuro de Libia y ‘…forma la base del modelo preferido de Obama para otras futuras intervenciones militares’.
Rhodes está hablando del nuevo modo de guerra americano, al estilo del poder inteligente del gobierno demócrata de Obama, que diluye la exposición frontal directa. A éste se suma la aplicación en Libia de la guerra de cuarta generación, que esta relacionada con el protocolo británico de la histórica guerra de masas. Uno de los rostros de la guerra de cuarta generación basada el concepto de espectro total, se pudo observar en la manipulación deliberada de la información sobre Libia que transmiten al público las 4 grandes agencias internacionales de noticias que generan el 80% de la información mundial, y los grandes multimedios de comunicación internacional que luego era replicada por la mayoría de los medios locales. Esta es la componente que corresponde a la guerra psicológica.
Por su parte, a diferencia de los bombardeos de la OTAN sobre Serbia (1999) sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, los votos de abstención de China y Rusia permitieron el bombardeo humanitario con autorización. La OTAN afinó su procedimiento de guerra también para futuras aplicaciones en otros países del mundo, como Siria. Aunque su gobierno es más tolerante con Israel que Kadafi, pero como éste con la violenta represión a la población está dando a los imperialistas la excusa para que repitan el modelo de guerra libio. Hace un par de semanas con esta retórica, Obama afirmó ‘…Por el bien del pueblo sirio, es el momento de que el presidente al Asad se vaya …se le ha pedido que encabezara una transición democrática o que se hiciera a un costado. No lo ha hecho’. Estados Unidos y la Unión Europea repitieron unilateralmente las sanciones económicas para Damasco, por su parte Moscú se opuso.
Rusia, temerosa de quedar relegada en el reparto como ocurrió en Irak, se apuró en reconocer al CNT como nuevo gobierno libio, que a su vez se comprometió a cumplir los contratos firmados anteriormente con el régimen de Kadafi. Hace tres años, Moscú había condonado a Libia una deuda de más de 4.000 millones de dólares a cambio de contratos equivalentes para sus petroleras, la construcción de 500 kilómetros de vía para el ferrocarril Sirte-Bengasi y la compra de armamento, como aviones de combate, tanques y misiles. Además Rusia expresó su predisposición a participar en una misión humanitaria de la ONU en Libia, si las nuevas autoridades lo solicitan, y las invitó a visitar Moscú.
El proyecto estadounidense del Gran Oriente Medio (GMEI) posteriormente extendido como Iniciativa Oriente Medio y Africa del Norte Ampliado (BMENA) (3), intentaba reformas capitalistas en principio políticas y económicas para relacionar éstas dos regiones, diferenciándolas de Africa. Aunque se suponía que el plan había perdido impulso por la resistencia de los regímenes autocráticos del Golfo, Washington nunca anunció la desactivación de la estrategia subyacente. La iniciativa apareció en el gobierno de G.W. Bush (2003), y se presentó como una estrategia multilateral de dos décadas de duración para difundir la liberalización económica (libre mercado) y política (democracias capitalistas) a los países árabes y no árabes islámicos. Sin embargo en el diseño del proyecto habían participado varios de los principales tanques de pensamiento, el Departamento de Estado y el Pentágono, lo que le confiere una dimensión geopolítica extra en que Washington ampliaría su influencia y control militar desde Marruecos a las fronteras de Rusia y China. La Libia del CNT encuadra con el BMENA, y quedará alejada de Africa y cerca de Arabia. Después de la reunión en París de los amigos de Libia, las potencias entregarán 15.000 millones de dólares para la reconstrucción del país a los rebeldes del CNT, que se comprometieron en la transición hacia la democracia. Hillary Clinton afirmó ‘…Ganar una guerra no ofrece garantías para la paz… Vamos a estar vigilando y apoyando a los nuevos líderes de Libia mientras mantengan sus compromisos asumidos’.
Una vez desatada la guerra de masas dipolar entre los pro y los anti régimen, los imperialistas de la OTAN deben controlar el país para que no se iraquice (hace una semana fueron descubiertos en Trípoli varios coches bomba), y asegurar el saqueo a sus multinacionales. Al alcanzar el cambio de régimen, están resurgiendo la complejidad de las disputas intestinas en los bandos, milicias, tribus y clanes, especialmente la ‘ganadora’ y heterogénea oposición a Kadafi, y qué peso pueden tener los que rechazan la ocupación extranjera.
Para proyectar control, las potencias necesitan presencia militar permanente sobre el territorio, sea directa a través del AFRICOM por ejemplo, o tercerizada mediante tropas de sus satélites árabes y los contratistas. Pero también necesitan que Kadafi y algunos de sus hijos sean suprimidos. En su pragmatismo y venganza podría negociar con al Qaeda, como lo hizo con Occidente y desatar una guerra de guerrillas en contra de los rebeldes y sus patrocinadores extranjeros. De aquí la urgencia con que el fiscal argentino Luis Moreno Ocampo de la Corte Criminal Internacional lo ha acusado, junto a su hijo Saif al Islam (ex alumno del London School of Economics) y su cuñado Abdalá al Senussi, a lo que sumó el pedido de captura internacional de Interpol con la notificación roja de los más buscados, lo que recuerda el destino de Saddam Hussein. Para este fin, Washington y Tel Aviv disponen de otra técnica mucho mas rápida y efectiva pero no tan legal, las ejecuciones extrajudiciales y decapitación de liderazgos, normalizada por la Mossad desde 1972 (que es aplicada a líderes y milicianos opositores. Así ‘desaparecieron’ a bin Laden). Con menor frecuencia, los asesinatos selectivos también son metodología de otros países como Francia, Rusia, Inglaterra, Colombia. En sintonía, el CNT puso un precio millonario a la cabeza de Kadafi y declaró que la guerra continuará hasta que se lo encuentre vivo o muerto, y que el proceso democrático comenzará cuando Libia sea declarada ‘liberada’.
Al igual que el fiscal de la Corte Criminal Internacional, el CNT anunció que la captura de Kadafi es ‘sólo cuestión de tiempo’, y para su cacería a muerte se ha creado una unidad de fuerzas especiales, que actuará con información de inteligencia local y occidental de la DGSE, CIA, Mossad y MI6 entre otros. Las grandes potencias occidentales, Arabia Saudí e Israel tienen desplegados sus agentes de Inteligencia dentro del país desde mucho antes del inicio de la revuelta, otros como Qatar, y Jordania lo hicieron recientemente junto con las unidades militares de comandos especiales de las potencias. La misión principal de estos comandos extranjeros, fue recopilar sobre el terreno información sobre la ubicación exacta de los objetivos estratégicos clave y de defensa de las tropas de Kadafi para orientar el bombardeo por saturación de la OTAN. En especial, el ataque con bombas antibunker de penetración subterránea contra el refugio de Kadafi en Sirte fue desarrollado por los británicos. En el asalto blitzkrieg a Trípoli y la movilización de los grupos de oposición participó el Servicio Especial Aéreo británico (Special Air Service; SAS), que ahora está desplegado para cazar a Kadafi.
El SAS británico activo desde la Segunda Guerra Mundial y que operó en Bosnia, en la guerra del Golfo, Irak y Afganistán entre otros, es el mismo que se infiltró en Argentina durante la guerra de Malvinas (1982). Lindero a la pista de aterrizaje de la base militar Río Gallegos está la estancia inglesa El Cóndor, que ocultaba comandos del SAS con la misión de informar sobre cada aeronave que salía para alertar a la flota inglesa (4). El SAS actuó en la fracasada Operación Mikado (en japonés significa la puerta); los comandos ingleses debían volar hasta la Base Aeronaval Almirante Hermes Quijada (rebautizada Pioneros Aeronavales en el Polo Sur) de Río Grande (Tierra del Fuego) fuertemente defendida por 4 batallones completos (BIM) del Comando de la Infantería de Marina, donde estaban los aviones de la Armada Argentina Super Étendard con sus misiles Exocet. La operación inglesa consistía en aterrizar en dos Hércules C-130, destruir los misiles, los aviones, asesinar a los pilotos y refugiarse en Chile con la excusa de un desperfecto técnico. La penetración previa a territorio argentino fue realizada con dos helicópteros Sea King y comandos de elite del SAS, sin embargo fueron detectados por los radares argentinos y rechazados, precipitándose uno de ellos a tierra al replegarse.
En su conversión, Kadafi participó activamente en la guerra contraterrorista lanzada despúes del 11-S por Estados Unidos, al punto de establecer en Libia centros clandestinos de tortura al servicio de la CIA y el MI6. Por eso dijo, que el ataque se trataba de una operación con respaldo extranjero y de al Qaeda; y por eso en el ataque relámpago a Trípoli para resolver el conflicto, participaron junto con las fuerzas especiales occidentales miembros de al Qaeda, reconocidos y tolerados por Washington. El máximo comandante militar libio del nuevo Consejo Militar Trípoli es Abdelhakim Belhaj, surgido del centro fundamentalista de la ciudad de Derna y formado en la yihad antisoviética en Afganistán, fundador del Grupo Combatiente Islámico de Libia (Libyan Islamic Fighting Group; LIFG) en 1995. Durante siguiente el quinquenio el LIFG financiado por el MI6, luchó contra el régimen de Kadafi e intentó asesinarlo para establecer un Estado islámico. Después del 11-S, Belhaj se trasladó a Pakistán e Irak, y fue arrestado en 2003 por la CIA en Malasia y enviado a Libia donde recién fue liberado en 2010. Mientras en 2007, al Qaeda anunció oficialmente la fusión entre el LIFG y al Qaeda del Magreb Islámico (AQIM) anunciándose una yihad contra Kadafi, Estados Unidos y otros países occidentales. Sin embargo algunas ramas de la red horizontal del LIFG niegan la relación. Belhaj parece estar relacionado con el asesinato ocurrido hace algo mas de un mes, del comandante del ejército rebelde Younis, desertor del régimen de Kadafi que había liderado las fuerzas especiales que combatieron furiosamente al LIFG en Cirenaica (1990 a 1995).
Libia se habrá liberado de un tirano afín al imperialismo, pero con ayuda de éste va camino a su nueva tiranía. Para Occidente la niebla de la pos-guerra libia puede ser más compleja que en Kosovo (5). Para lograr cierta pacificación muchas tribus partidarias de Kadafi y el dudoso LIFG deberían participar del nuevo gobierno. Los imperialistas de la OTAN y los rebeldes estiman, que un Kadafi prófugo podría organizar una resistencia guerrillera de larga duración y al Qaeda una potencial yihad. Pero dentro de la incertidumbre, la certeza es que las grandes petroleras y multinacionales extranjeras ya han iniciado el saqueo…
Notas:
1) Según el gobierno de Estados Unidos las causas para el atentado 9/11 estarían en el documento fatwa de al Qaeda (1998)
2) http://www.nato.int/nato_static/assets/pdf/pdf_2011_09/20110911_110911-oup-update.pdf
3) Greater Middle East (GMEI); Broader Middle East and North Africa Initiative (BMENA), fpc.state.gov/documents/organization/43293.pdf,
4) En 1973 el ex gobernador de Santa Cruz, Jorge Cepernic, intentó expropiar la estancia a los ingleses, no lo logró.
5) Michael O’Hanlon, ‘Libya and the Obama Doctrine’, Foreign Affairs, August 31, 2011
12/09/11