Con Perón no había…
La presidenta y el derecho de huelga
Entre los trabajadores que votaron a Cristina Fernández en octubre quizá cayó bien la parte del discurso de asunción de su segundo mandato en donde dijo “con nosotros hay derecho de huelga”. Quedó instalado el tema y el debate.
La Constitución Nacional vigente incluye el derecho de huelga. No existía como tal en la Constitución aprobada en 1949 y que fue derogada luego del golpe gorila que derrocó al peronismo en 1955. Algunos interpretarán la frase de Cristina en el sentido de que el peronismo de los Kirchner es una continuidad, o incluso una “fase superior” de aquella de su fundador, el general Perón. Ahora, la defensa de los intereses de los trabajadores sería la gran preocupación de la presidenta y su “modelo”. Nada más lejos de la realidad.
El peronismo de Perón
Los discursos presidenciales suelen remitir al debate sobre el peronismo y sus características. Una vez más, insistiremos en que en la década del cuarenta la Argentina era un país excepcionalmente rico y así pudo surgir y desarrollarse un movimiento nacionalista burgués que dio conquistas inmensas al movimiento obrero y enfrentó la semicolonización que avanzaba sobre América Latina por parte del imperialismo yanqui. Perón comenzó a hacerse conocer por su obra en solidaridad con los damnificados en el terremoto de San Juan, en 1944. Luego vinieron la garantía horaria y el descanso dominical para los trabajadores de la carne (una de las industrias más importantes entonces), la jubilación, el fuero laboral y el reconocimiento a las comisiones internas y cuerpos de delegados, el estatuto del peón de campo, salario familiar, mínimo y aguinaldo, vacaciones pagas, planes de vivienda, entre otras, además de la construcción de hospitales, escuelas, carreteras y aeropuertos. Agreguemos la nacionalización de los ferrocarriles, la electricidad, los teléfonos y el agua. Los trabajadores superaron durante varios años el mitad-mitad (fifty-fifty) de la “torta” nacional, llegaron al 56% (ver cuadrito), y era récord mundial el consumo de carne de vaca.
Nada de esto cambió su carácter de movimiento burgués, y aunque ganó el apoyo masivo de los trabajadores, los controló en forma cada vez más totalitaria y engendró una burocracia sindical corrupta y visceralmente propatronal. En esta situación se asentaba su discurso de la unidad entre patrones y obreros que aún hoy impide la independencia política de clase de los trabajadores. En los años cincuenta, a medida que la situación económica comenzó a declinar, esa conciliación policlasista se fue inclinando cada vez más hacia los intereses patronales y hacia la capitulación ante los yanquis. El kirchnerismo le da continuidad al carácter burgués, propatronal que siempre tuvo el peronismo, pero sin aquellas dos grandes características iniciales que le permitieron ganar apoyo de masas, las grandes concesiones a los trabajadores y el enfrentamiento a los yanquis, que dieron lugar a su derrocamiento en 1955. La Argentina con Cristina sigue siendo una semicolonia del imperialismo y un país rico lleno de pobres.
¿Huelga o extorsión?
Cristina hizo su frase de impacto sobre la Constitución del 49 para atacar a los trabajadores que hacen huelga. Calificó de “extorsión” a la heroica lucha de los docentes y petroleros de Santa Cruz, y repitió la mentira de que tienen “los salarios más altos del país”. Ese es el mensaje de la “sintonía fina” del gobierno y los empresarios para lo que se viene.
Ya empezó a declinar la “bonanza” de estos años. Y cuando la torta se achica, son los trabajadores los que comienzan a perder su porción. Por eso ya se prepara el tarifazo en los servicios esenciales, se anuncia el tope de los salarios y otros ataques al bolsillo popular. Cristina dijo que con Perón no había conflictos. No era así. Recordemos, entre otros, las huelgas de los bancarios del 48, de los azucareros del 49, los ferroviarios del 50/51, entre otros. La conducción burocrática y peronista de la CGT decía entonces que los huelguistas eran “enemigos de la patria y de la justicia social”. Cristina ahora los llama extorsionadores. El debate lo seguiremos en 2012, mientras luchamos juntos en defensa del salario y demás conquistas, y seguimos proponiendo construir una alternativa política de independencia de clase.
El Socialista 14/12/11