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Por salario y nuevos dirigentes

Por salario y nuevos dirigentes

Tapa de la revista Barcelona Nº 241

Ya casi nadie se acuerda que el 2011 arrancó con el “caso Juliá”. Un avión privado llegaba a Barcelona con nada más y nada menos que 944,5 kilos de cocaína, que había salido sin control desde la base aérea de Morón. Según parece, el gobierno miraba para otro lado. Fue el año de las grandes huelgas de petroleros y docentes de Santa Cruz, que en este caso fueron reprimidas con dureza por el gobierno. Contradictoriamente, también fue el año que Cristina Kichner fue reelegida con el 54%. Fue el año del Frente de Izquierda. Y también quedará como el año en que el gobierno, disfrazado de “nacional y popular”, preparó un tarifazo y el ataque al salario. Este es el regalo de fin de año que le deja al pueblo trabajador para que abra en 2012. ¿Qué nos espera?

El 2011 también fue el año del caso Shocklender, un caso de corrupción ligado al gobierno, más claro que el agua, aunque todavía sigue dando vueltas sin fallos. Pero todo eso no hizo mella en su electorado y la presidenta logró el récord de 54% de los votos. ¿Por qué? Porque los trabajadores y los sectores populares, aún sabiendo de los problemas y la corrupción, tomaron la comparación, que también usó la propaganda del gobierno, de lo que pasaba en la crisis de 2001. Comparado con aquel caos económico y social, millones prefirieron mantener lo que hay. Además, porque la opción política patronal al peronismo eran impresentables, como la UCR y Alfonsín, Duhalde, Rodríguez Saá o Carrió. Binner y el FAP, si bien subieron unos puntos, tampoco convencieron, siendo eternos aliados de los radicales en Santa Fe. La izquierda que se unió en el FIT es respetada por los trabajadores, pero no es vista todavía como alternativa de gobierno.

Pero esos millones que por ahora votan por el peronismo no han dado ningún cheque en blanco. Votaron y aún simpatizan con la presidenta, sabiendo que hay problemas graves, confiando en que “se va a mejorar”. Esta es la expectativa de millones. Cuando les señalamos a esos compañeros la ligazón del gobierno con los empresarios o la corrupción, nos responden: “Tenés razón, pero esperen un poco más, no se puede hacer todo de arranque.”

No acordamos con esos compañeros y seguiremos tratando de demostrar que sólo se trata de un doble discurso de la presidenta que ya va a empezar a agotarse. Porque 2012 puede ser el año de la defraudación para miles y miles de los que la votaron. El 2011 termina con millones de trabajadores y amas de casa llenos de preocupación por qué va a pasar con la tarifas de luz, gas y agua, y luego con las del transporte. En realidad, la preocupación que “va por dentro” es la pérdida de poder adquisitivo del salario.

El gobierno mintió con los efectos de la crisis mundial

Durante la campaña electoral, el gobierno negó que ya empezaron en Argentina los efectos de la crisis del capitalismo mundial. Aseguró que “estábamos blindados”, que éste era “otro modelo” de crecimiento y que aquí “no se iban a aplicar ajustes” como en Europa.

Pasadas las elecciones, comenzó a verse la otra cara de la realidad. Y por eso el gobierno empezó a aplicar medidas económicas que no mencionó durante su campaña electoral.

Sorpresivamente declara el fin de los subsidios a los servicios básicos, diciendo que afectaría a los barrios ricos, cuando es el primer paso para preparar un tarifazo general que va a afectar el bolsillo de los trabajadores y el pueblo. Junto con ello, la presidenta no se cansa de amenazar a los que reclaman y hacen huelgas, acusándolos de “saboteadores” y persiguiéndolos judicialmente.

Y hasta anularon el acuerdo salarial del 35% pactado por el sindicato de los trabajadores rurales con la patronal. O sea, favoreciendo a los patrones y oligarcas del campo y poniendo ya límites al derecho de negociación y de autonomía del movimiento obrero. Al mismo tiempo, la presidenta declaró que ella no gobierna para “las corporaciones”. Si eso no es favorecer a la Sociedad Rural y a otras entidades patronales del campo, ¿qué es?

No hay un “modelo de crecimiento” y menos “nacional y popular”

El tan mentado “modelo de crecimiento” no existe. No ha habido ningún cambio de fondo en la estructura capitalista del país que viene desde los 90, con las privatizaciones y ricos cada vez más ricos del menemismo. Menos aún existe una verdadera “inclusión social” a favor de los trabajadores.

Lo que sigue es el modelo de concentración del capital. Por ejemplo, sólo 12 empresas, la mayor parte extranjeras, concentran el 42% del total de las exportaciones. La mayoría son sojeras y cerealeras. Las ganancias de las empresas que cotizan en Bolsa aumentaron un 40% en el primer trimestre de 2011. Las seis primeras fueron Repsol, Petrobrás, Telecom., Sidecar-Techint, Aluar y Banco Santander Río.

La presidenta y Scioli aburren hablando en sus discursos del “modelo de la producción”, de “industrialización” y de “la generación de empleo”. La reindustrialización es parte del doble discurso, que de tanto repetirse hay quienes creen que es verdad. La participación de la industria “en el PBI (todo lo que se produce anualmente en el país) es todavía inferior al promedio de los 90 […], y aún ocupa menos mano de obra que en 1997”. La participación industrial en el PBI “apenas pasa el 17% contra un promedio del 18,9% en los 90 y otra del 23% en los 80” (datos de las consultoras LCG y Economía & Regiones, en Clarín, 6/9/11).

Sólo hemos mejorado respecto del peor momento de la crisis de 2001 y desde 2003 estamos en una coyuntura favorable de alza internacional de los precios de la soja y los cereales, así como del petróleo, cobre, oro y otros minerales. Es lo que comúnmente le dicen “viento de cola”. Usando parte de las fabulosas ganancias de la patronal agropecuaria (retenciones-impuestos), el gobierno pudo dar algunas mínimas concesiones, presionado por las movilizaciones y reclamos populares.

El agravamiento de la crisis capitalista mundial, en especial en Europa, pero ya con claros síntomas en China y Brasil, trae como consecuencia menos exportaciones y el comienzo de la baja de los precios de, por ejemplo, la soja. En diciembre llegó a 408 dólares la tonelada, cuando estaba a 530 en julio.

También empezaron a caer las exportaciones de automóviles y autopartes a Brasil y Europa. Por eso empezaron las primeras suspensiones de personal en las automotrices.

Al empezar a caer las ventas al exterior y los precios de los cereales, entran menos dólares y se achica la torta a repartir. Así de sencillo.

Ante ello, el gobierno K empieza a aplicar la misma receta que todos los gobiernos capitalistas: que el costo de la crisis lo paguen los trabajadores y el pueblo, con aumento de tarifas, menos sueldos y menos trabajo. O sea, buscan salvar las ganancias de los empresarios y las multinacionales. Esto es lo que se prepara para 2012.

Los roces con Moyano y la CGT

Los roces y distanciamientos de Moyano y la CGT frente a la presidenta son un reflejo particular de la llegada de la crisis capitalista al país. Moyano y su sector no se han vuelto combativos. Les preocupa que, al achicarse la torta de los capitalistas, también se les achiquen los privilegios y las prebendas a la burocracia sindical. Cristina Kirchner, la Cámpora y el PJ kirchnerista quieren que la burocracia sindical también acepte en silencio el achique de su caja. Por ejemplo, el gobierno les retiene 12 mil millones de pesos de las obras sociales. Pero los dirigentes sindicales no aceptan ese “pago” y por eso las amenazas de ruptura política.

Esta pulseada será una de las protagonistas de 2012. ¿Cómo se irá definiendo? ¿Va o no va a romper Moyano y su sector? ¿Va abandonar su apoyo al gobierno, que derivó en no convocar ni a una huelga ni plan de lucha nacional durante casi ocho años? ¿O va a terminar cediendo y negociando? Su vocero, el taxista Viviani, que sí fue a la asunción presidencial, reiteró “que no cree que la sangre llegue al río” y “que no está en la carpeta de la CGT ninguna medida de fuerza” (Clarín, 13/12/11).

No podemos poner las manos en el fuego por la burocracia sindical y por eso no se puede asegurar cuál será el desenlace. Desde ya, los trabajadores deben aprovechar toda fisura que se dé en las alturas y que pueda favorecer a la movilización obrera y popular contra las políticas del gobierno, en defensa del salario y de las fuentes de trabajo.

Lo central para los luchadores es apoyar las luchas y desde ese lugar, sin confiar en Moyano y Cía., exigirles que abandonen su pasividad y su denuncia de palabra y que convoquen a un Plan de Lucha Nacional.

Las luchas serán la tónica de 2012

El plan de tarifazo gradual, pero tarizafo al fin, y el ataque al salario que lanzó el gobierno llevarán, con o sin CGT, a un crecimiento de los conflictos sociales por el salario y en defensa de las paritarias libres y sin techos salariales.

Los docentes, los estatales y los sectores públicos vienen siendo los sectores que están a la cabeza de la lucha salarial, enfrentando al gobierno nacional y a los provinciales. Esto puede continuar y unirse a otros sectores.

La tarea de los luchadores es apoyar e impulsar esos conflictos para que triunfen y abran el camino de planes de lucha regionales y nacionales.

La búsqueda de coordinación será una necesidad palpable, para unir las luchas y los reclamos y estar más fuertes ante los planes del gobierno y las patronales. En ese sentido, es un ejemplo a tomar el caso de Santa Cruz, donde se reunieron en plenario, en diciembre, los gremios ADOSAC, ATE, judiciales y municipales. Se pronunciaron contra la criminalización y por los desprocesamientos; por declarar la continuidad de la lucha ante la posibilidad de una nueva modificación de la ley de previsión social, como así también la pretensión de renegociar los contratos de las áreas petroleras; proclamar la organización de los sindicatos de manera independiente del gobierno, para que actúen efectivamente en defensa de los trabajadores y defender las paritarias que permitan la discusión de aumentos salariales que cubran la canasta familiar sin topes arbitrarios.

Desarrollar el FIT y el sindicalismo combativo

El Frente de Izquierda y Los Trabajadores (FIT) fue un gran logro de este año, que perdura y es una conquista a defender y desarrollar . El FIT, integrado por PO, PTS e Izquierda Socialista, se ha convertido en un polo político alternativo de independencia de clase para la vanguardia sindical, estudiantil y popular. Los luchadores han sabido valorar que diferentes sectores de la izquierda se hayan unido y hayan mantenido esa unidad por fuera del plano electoral. Éste es el gran desafío, concientes de las diferencias existentes: hacer el esfuerzo por trasladar esa unidad a las luchas sindicales, estudiantiles y populares de todo el país.

La otra gran tarea para 2012 es seguir desarrollando el nuevo sindicalismo combativo y antiburocrático, en el camino de barrer a la burocracia de los sindicatos y lograr nuevos dirigentes de lucha que respeten la democracia sindical. La tarea es fortalecer y sumar nuevas direcciones a las que ya existen, como el Cuerpo de Delegados de los Ferroviarios del ex Sarmiento, del Belgrano Norte, a la Comisión Interna de Kraft, de la 60, del Subte, de Zanon, Fate, Hospital Garrahan, junto a los delegados y agrupaciones combativas de docentes de todo el país, estatales, etcétera.

El año 2012 estará signado por las luchas salariales, estudiantiles, populares y por la pelea por los nuevos dirigentes políticos y sindicales de la clase trabajadora y el pueblo.

El Socialista 14/12/11