El saqueo se endurece Alemania aprueba el segundo rescate a Grecia
por Kaos. Internacional
Unos 30.000 millones van directamente a las cuentas de los bancos, mayormente alemanes y franceses, a los que se garantiza el pago con interés de una parte de sus créditos ya vencidos a Grecia. El resto se colocará en una cuenta para el pago de la deuda.
Veintidós meses después de aquel mayo de 2010 en que se acordó el primer paquete de ayuda económica a Grecia, una medida, se dijo, «única y excepcional», el Bundestag aprobó ayer, con amplia mayoría y mucha menor convicción, la contribución alemana a una segunda ayuda, entre declaraciones de los máximos dirigentes alemanes de que podría no ser la última y de que su éxito no está garantizado.
La canciller Merkel mencionó los «riesgos incalculables» de abandonar a Grecia a su suerte, riesgos de contagio «hacia Italia, España y la eurozona en su conjunto», dijo, pero afirmó también que, «nadie puede garantizar al cien por cien» el éxito de la ayuda. Su ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble, advierte de que podría no ser la última ayuda.
La decisión pasó sin problemas: 496 votos a favor, 90 en contra y cinco abstenciones, pero el escepticismo es grande. El ministro del interior, Hans-Peter Friedrich, declaró que Grecia tendría, «mejores posibilidades de recuperarse fuera de la moneda única que dentro de ella». No hay que echar a Grecia del euro, pero sí darle incentivos, «que no pueda rechazar», dijo el ministro. Schäuble admite que «estamos mucho mejor preparados para una quiebra griega». «Mentalmente ya ha separado el tema de Grecia del tema de Europa», señala una fuente de su entorno mencionada por el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Para muchos financieros y políticos la quiebra de Grecia es algo decidido, se lee en Spiegel Online, que menciona una anónima declaración: «claro que los 130.000 millones no resolverán el problema, sólo se trata de comprar tiempo hasta que los mercados financieros se hayan estabilizado lo suficiente como para poder afrontar una quiebra griega sin exponerse a una reacción en cadena».
Alemania aporta 36.000 millones del total de 130.000 millones aportado por todos los socios del euro. En términos absolutos es la que más paga, porque tiene la mayor economía y la mayor población de Europa, pero seis países aportan más que Alemania en una cuenta per cápita y otros diez, incluida España, la superan en la parte del PIB dedicada a ello. La paradoja es que sólo en Alemania la prensa tabloide hace portadas como la de Bild ayer, «Stop millardos para los griegos», mientras la prensa más seria se suma al lloriqueo junto con los políticos, generando una amalgama que adquiere vida propia y que desemboca en una opinión pública distorsionada.
El pobre objetivo del paquete es que para 2020 la deuda griega se reduzca al nivel de 2010: 120% del PIB, desde el actual 160%. Unos 30.000 millones de ese paquete van directamente a las cuentas de los bancos, mayormente alemanes y franceses, a los que se garantiza el pago con interés de una parte de sus créditos ya vencidos a Grecia. El resto se colocará en una cuenta para garantizar que el dinero se destinará al pago de la deuda y en ningún caso al mantenimiento de las funciones vitales del país, cuya degradación es manifiesta. Mientras tanto, el Presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi anuncia a «The Wall Street Journal» que, «el modelo social europeo ha muerto». El BCE ya ha adquirido unos 40.000 millones de deuda griega, según la estimación habitual, y se dispone a acometer una nueva ola de salvamento como la que en diciembre significó la concesión a la banca privada de créditos a tres años y un interés del 1% por valor de 489.000 millones. Que el papel del BCE, un banco público al servicio del interés privado, no sea cuestionado, es el gran misterio del momento en esta Europa en crisis.
28/02/12