La corrupción está en el “modelo”
Al otro día de la inédita tormenta que ocasionó muertes y fuertes daños que nadie ha reparado -mostrando que con este “modelo” millones viven en viviendas precarias, sin agua ni luz, el vicepresidente Amado Boudou no tuvo mejor idea que abrir el Congreso en día de asueto para brindar una conferencia de prensa, intentando salvar su pellejo ante el caso Ciccone. Acusado de tener a un ex monotributista de testaferro y de beneficiar junto a la AFIP a esa empresa quebrada y posteriormente rescatada con fondos de la firma The Old Fund (que explota el aeropuerto de El Calafate), prendió el ventilador. Embistió contra el juez Rafecas que investiga su accionar (hasta ese momento mimado del gobierno); el Procurador de la Nación Esteban Righi (jefe de los fiscales federales, amigo de la familia presidencial, quien tuvo que renunciar); Clarín; Gabbi, el presidente de la Bolsa de Comercio (a quien Néstor llamaba “querido amigo” y Cristina “Adelmo”) y la empresa Boldt (la cual se viene quedando con el negocio del juego por contratación directa desde 1993 en la provincia de Buenos Aires). Esto último para golpear a Scioli -a quien acusan desde la Rosada de estar trabajando para las presidenciales de 2015- , embarrando de paso al actual ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien hizo acuerdos con dicha patronal en ese territorio cuando era funcionario del gobierno de Felipe Solá.
Lo que debía “quedar en casa”, generó una crisis política en el gobierno. La cual salpica (y preocupa) a Cristina en momentos que bajó su popularidad, desde que criticó a los docentes, avaló la represión a los luchadores antimineros y sigue salvando a Cirigliano ante la masacre de Once. Garré defendió al juez. El filósofo Ricardo Forster, cabeza visible de los intelectuales oficialistas de Carta Abierta, salió a apoyar a Righi y a Rafecas. La Cámpora está dividida.
Esto se suma a la pelea que ya venía entre Mariotto-Scioli en provincia y la brutal pelea desatada por la sucesión de Hugo Moyano en la CGT, donde el kirchnerismo se quiere desprender de quien fuera su aliado durante años, apostando en reemplazo a algún “gordo” que avaló las privatizaciones menemistas, a Antonio Caló de la UOM (sucesor de Lorenzo Miguel) o al secretario General del SMATA, de buena sintonía con las automotrices, igual que el gobierno.
Boudou habló de un plan de “desestabilización” para tratar de socavar el 54% de los votos de Cristina. Recurso que el gobierno viene usando desde su nacimiento para encubrir sus actos de corrupción. Recordemos los laboratorios que financiaron la campaña electoral de la presidenta, el millonario avión del ex secretario de transporte Ricardo Jaime, el enriquecimiento patrimonial del matrimonio presidencial, Schoklender, y un largo etcétera.
Pero la corrupción no es sinónimo solamente de sobornos, coimas o enriquecimiento personal de los políticos patronales. Detrás de esto está el famoso “modelo” corrupto, que beneficia a grandes empresarios, multinacionales, el FMI (con los pagos que se efectuaron de contado) y el imperialismo. Los políticos y funcionarios de gobierno (y de la oposición patronal, donde gobiernan) son intermediarios (a veces beneficiarios) de estos negocios capitalistas que genera el denominado modelo del peronismo oficial, que desde el kirchnerismo encubren diciendo que es “nacional y popular” o que “distribuye la riqueza”. Así funciona este sistema capitalista semicolonial al servicio de los poderosos. Por ejemplo, el actual jefe de Gabinete, Abal Medina, al defender a Boudou, dijo: “Nunca este gobierno va a dejar que las mafias y corporaciones empresarias y mediáticas lo condicionen”. Intentando hacer creer que enfrenta a los grandes empresarios, cuando en realidad los beneficia. Miremos las ganancias exponenciales de la Barrick, Repsol y demás petroleras, bancos y privatizadas, para llegar a la pura verdad.
Esta crisis en las alturas debe ser aprovechada por los de abajo para pelear por sus propios intereses. Llamamos a apoyar las luchas por aumento de salario de emergencia para todos los trabajadores hasta alcanzar el valor de la canasta familiar (ver página 3); contra los despidos y suspensiones; para que gobierno y los empresarios se hagan cargo de los daños que provocó la tormenta; para que se vaya TBA y se reestaticen los ferrocarriles, entre otras, en el camino de imponer un modelo económico obrero y popular, que termine con los corruptos negocios capitalistas y satisfaga las acuciantes necesidades de los trabajadores y el pueblo.
El Socialista 11/04/12