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Producción y precios, víctimas de las trabas a las importaciones

CAJA NECESARIA LA BUSQUEDA DE DOLARES

Producción y precios, víctimas de las trabas a las importaciones

Producción y precios, víctimas de las trabas a las importaciones

El Gobierno necesita más dólares para pagar la compra de energía y pagar la deuda. Pero esto genera problemas en la economía.

PorCARLOS BOYADJIÁN
ESPECIAL PARA CLARIN
Las medidas de control de importaciones que rigen desde principios de febrero –Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI), notas de pedido– y otras más recientes, como la declaración previa para liquidar servicios contratados en el exterior (DJAS), podrían revelan que el Gobierno está dispuesto a pagar el costo de frenar un poco la economía y arriesgar unos puntos más de inflación, con tal de hacerse de los dólares necesarios para afrontar los vencimientos de la deuda.El trasfondo de las trabas a las importaciones es un problema de caja. Desde hace más de dos años las importaciones vienen creciendo (en la comparación interanual) a mayor velocidad que las exportaciones. Los números del comercio exterior aún están en azul, pero 2011 reflejó el menor superávit desde 2003 (US$10.347). En los últimos tres años, el saldo comercial acumula una caída del 39% y de allí la preocupación oficial.

Sin decirlo taxativamente, desde el oficialismo esperan que a partir de este mes empiecen a entrar las divisas por las exportaciones de la cosecha gruesa y contribuyan a fortalecer el balance comercial. El Gobierno busca garantizarse al menos US$10.000 millones de superávit este año y hacia allí apuntan los controles a las compras externas.

Pero el tema no es sencillo si se quiere mantener el nivel de actividad, ya que ocho de cada diez dólares que se importan son bienes de capital, bienes intermedios, piezas y accesorios, a los que se suman combustibles y lubricantes. Sólo el 20% restante son bienes de consumo o automotores. Así, queda clara la dependencia de insumos importados que tiene gran parte de la producción nacional.

Un informe de abeceb.com, indica que en los primeros meses del año se advierte un “cambio de orientación en la política comercial”, y resalta que “los factores que generan ‘estrés’ sobre el resultado de comercio con el resto del mundo continuarán presionando durante 2012”. El documento subraya que las medidas de control de importaciones “están revelando las debilidades de la industria local”, ya que “no es posible encontrar sustitutos nacionales (en escala, precio y calidad) de los insumos necesarios para abastecer la producción de numerosos sectores”.

Al respecto, el documento pronostica que el histórico déficit del balance industrial “continuará creciendo durante este año”. En 2011, y según datos del Indec, la balanza comercial de todo el complejo industrial tuvo un déficit de casi US$31.800 millones. Asimismo, abeceb estima que “se profundizará el rojo por el comercio energético, con un saldo negativo proyectado para 2012 de aproximadamente US$7.000 millones”.

Daños colaterales A juzgar por los primeros resultados, las medidas de control de comercio exterior parecen ser eficaces, aunque sin reparar mucho en los costos. Según el Indec, las importaciones tuvieron en febrero (el primer mes de vigencia) una caída interanual del 1%, por primera vez en los últimos 27 meses, que contrastan con la suba del 31% en 2011. Las exportaciones subieron en febrero pasado un 13% contra el mismo mes del año anterior, llevando así el saldo comercial a US$1.341 millones en el segundo mes del año.

Pero hay que decir también que esta política comercial ya generó roces con casi medio centenar de países, entre ellos varios de los principales socios comerciales de la Argentina. El 30 de marzo la Unión Europea, EE.UU., Japón, México y otros países elevaron una queja ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), en tanto Brasil y Uruguay, socios del Mercosur, vienen reclamando por trabas al ingreso de sus productos.

“Si Argentina no morigera esta política de restringir las importaciones, vamos a tener retaliaciones. La Unión Europea ya evalúa aplicar medidas espejo como respuesta a las restricciones de ingreso de bienes de esos países”, asegura Marcelo Elizondo, director de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI). De hecho el país ya enfrentó medidas de ese tipo por parte de China (dejó de comprar aceite de soja) y dos veces de parte de Brasil (frenó el ingreso de autos y dejó de comprar ciertos productos alimenticios).

En el mismo sentido se expresa Hernán Lacunza, economista de la Fundación para el Cambio. “Las retaliaciones son medidas que en este contexto son esperables”, aunque entiende que la presentación ante la OMC no tiene un impacto instantáneo. No obstante, advierte que el riesgo viene por el lado político. “Si se diera una próxima reunión del G-20 en la que Argentina fuera señalada como un país que no respeta normas de la OMC, esto pondría a la Argentina en una posición incómoda”, explica.

Competitividad El punto clave es que en los últimos años la economía argentina está perdiendo competitividad, en especial en el sector industrial, por un proceso inflacionario que presiona sobre los costos de producción. Esto se da en un contexto de apreciación del tipo de cambio, con el peso devaluándose menos que la inflación frente al resto de las monedas.

Por otra parte, la dependencia de insumos, bienes intermedios y piezas importadas que tiene la industria nacional (superior al 70% del total) lleva a que la restricción de importaciones impacte sobre el nivel de actividad, la producción, los planes de inversión, en los precios de los bienes destinados al mercado interno, y en el mediano plazo, incluso, en la generación de empleo.

“Muchos proyectos de inversión han sido demorados hasta que resulte claro que en el futuro no existirán problemas de abastecimiento de insumos o bienes de capital”, asegura el informe de abeceb. Con las medidas en curso, también se advierte un impacto sobre la competitividad por vía de los costos. “Ya sea porque el insumo local es más caro o porque la oferta nacional no es suficiente para cubrir la demanda, en ambos casos se genera una presión al alza de los precios”, aclara el informe de abeceb.

Por su parte, Enrique Dentice, economista de la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM, considera que la situación actual “no es de crisis, porque con la soja a más de US$500, el ingreso de divisas va a ser fuerte”. Sin embargo, coincide en que el control del comercio exterior “puede llegar a tener un cierto impacto inflacionario” porque mientras haya stock de importados se va a vender, pero “el tema es a qué precios”.

Una mirada similar tiene Lacunza. “Si se quiere ganar productividad, estas medidas sobre importaciones no son las más adecuadas, porque cerrar la frontera inexorablemente lleva a aumentos de precios en el mercado interno”, afirma. En este marco, considera que “es difícil que esta política de restricción de importaciones sea sostenible en el tiempo”.

“La Argentina tiene un problema sistémico de competitividad”, asegura Elizondo y añade que el Gobierno “está tratando de morigerar esos problemas por el lado de los efectos, pero no está atacando las causas, que son la inflación y el tipo de cambio”. Estas razones explican, a su entender, que en 2011 la Argentina haya atraído apenas un 10% de la inversión extranjera directa que fue a Brasil (US$6.000 millones vs. US$60.000 millones) pese a que la economía brasileña no es diez veces la argentina.

 

 http://www.ieco.clarin.com/economia/Produccion-precios-victimas-trabas-importaciones_0_682731982.html

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