Apoyo incondicional para Osvaldo Bayer
por Marcelo Valko
A raíz del penoso conflicto suscitado tras las declaraciones de Osvaldo Bayer en Sudestada de abril, y las respuestas vertidas el martes por la Universidad y las Madres, y sobre todo por las que ayer jueves Hebe dijo en la Plaza, acabo de presentar mi renuncia como docente de la UPMPM.
Buenos Aires
sábado, 12 de mayo, 2012
Con pesar y dolor
A raíz del penoso conflicto suscitado tras las declaraciones de Osvaldo Bayer en Sudestada de abril, y las respuestas vertidas el martes por la Universidad y las Madres, y sobre todo por las que ayer jueves Hebe dijo en la Plaza, acabo de presentar mi renuncia como docente de la UPMPM.
Lamento tanto dejar la materia después de hermosos años, pero no considero compatible que la titular de la Asociación de Madres califique a Bayer de gorila y yo lo llame MAESTRO. Algo no funciona y es mejor que me aparte.
Más adelante expondré con mayor amplitud, mientras tanto le deseo lo mejor de lo mejor a las Madres, pero siempre estaré apoyando a Osvaldo Bayer en forma incondicional, fraterno Maestro de la ética. Cordialmente
Marcelo Valko
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Entrevista con Osvaldo Bayer
«Mientras existan villas miseria, no habrá democracia»
Por Hugo Montero, Ignacio Portela
http://www.revistasudestada.com.ar/web06/article.php3?id_article=919
Después de indagar durante décadas en la trama de los episodios más oscuros de la historia argentina, ahora es el turno de la actualidad. Desde la mirada del observador crítico, Osvaldo Bayer señala avances y retrocesos de la gestión de gobierno, manifiesta su preocupación por el presente de los pueblos originarios y relata en detalle su conflicto con Hebe de Bonafini, la titular de Madres de Plaza de Mayo. Una entrevista sin filtros, un debate abierto a partir de la opinión de un referente de amplitud que, aún hoy, sigue apostando por el socialismo en libertad como el mejor sistema posible. Además, opinan Guillermo Saccomanno, Marcelo Valko, Néstor Kohan y Julio Ferrer. Fotos: Mariana Berger. Ilustración: Julio Ibarra
Un ventarrón insondable lo empuja. No le permite que¬darse quieto, le niega el beneficio de anclar su osamenta de historiador en un puerto seguro. El viento lo moviliza. Lo lleva por todas las provincias. Lo escucha contar anécdotas, compartir recuerdos, generar polémicas, incitar debates, alentar a los luchadores. A su alrededor, el escenario se modifica tanto como los auditorios. Una mesa, una silla, un micrófono. Un pequeño teatro comunitario, el galpón de una fábrica recuperada, una biblioteca de pueblo perdida en la ruta. Va a cumplir 86 años, y tal vez la armadura del guerrero acuse los achaques del tiempo, pero el patagónico ventarrón lo va llevando de un extremo a otro del país.
Muy de vez en cuando, detiene su andar. Frena el vértigo de ese viento inquieto y se permite descansar algunas horas en El Tugurio, su guarida de libros y recortes de diarios en el barrio de Belgrano. Pero allí también las pausas se interrumpen cuando se escucha el teléfono o suena el timbre de la puerta. Otra vez a la batalla. Otra vez el ventarrón insondable que sopla recuerdos y opiniones ante la curiosidad de los cronistas de turno. Esta vez no es la entrañable biografía de Severino Di Giovanni la que nos convoca. Tampoco la memoria de la gesta obrera en la rebelde Patagonia del siglo pasado. La oportunidad ahora es escucharlo opinar sobre la cruda actualidad, anotar sus impresiones sobre el gobierno y sobre su repudio visceral por las opciones de la derecha; registrar las deudas pendientes de una democracia injusta e incompleta, dar cuenta de su tristeza por los conflictos con Hebe y sus Madres de Plaza de Mayo. Otra vez, Osvaldo Bayer habla. Y un rebelde ventarrón despeina su mirada libertaria.
-Tu opinión como observador del presente siempre está marcada por la preocupación por algunos temas sociales pendientes. En relación con la gestión del gobierno, ¿dónde señalarías sus avances y en qué retrocedió o muestra una continuidad con procesos anteriores?
Este gobierno tiene algunas cosas muy positivas. Ha sido capaz de juzgar a los criminales uniformados de la última dictadura y culpables de la muerte de tantos jóvenes soldados en la guerra de Malvinas. Eso hay que reconocérselo. En mi vida he pasado trece dictaduras militares y todos los dictadores murieron tranquilamente en la cama de sus residencias, cobrando sus sueldos de generales. Más todavía; el primer dictador de todos, el fusilador de obreros, José Félix Uriburu, tiene un monumento frente a la ciudad de Balcarce y nadie ha sido capaz de sacarlo en todos estos años: ningún presidente ni gobernador ni intendente. Es decir, siempre se los consideró presidentes y no dictadores. A los 80 años veo ya desde hace cinco que esto por fin ha cambiado. Los militares van a pensarlo mejor antes de animarse a hacer golpes de Estado, y espero que el pueblo aprenda también a salir a la calle en caso de un golpe militar para defender a los presidentes que ha elegido. También, claro, que esos presidentes no huyan como lo hicieron todos en la historia argentina… algunos en forma patética, otros se fueron modernizando y ya huyen en helicóptero.
Entonces, hay mucho que aprender para ir cimentando cada vez más la democracia. Además están los partidos con representación parlamentaria, todos opositores a muerte pero que no representan ninguna alternativa política, salvo la ultra conservadora; con la excepción del socialismo en Santa Fe, que ha hecho cosas positivas y ha demostrado ser un gobierno honesto.
Por eso tenemos que seguir luchando desde abajo. Siempre digo que mientras haya villas miseria no habrá una verdadera democracia, porque por lo menos tendría que asegurar un techo digno a las familias con hijos. Tampoco la hay mientras haya niños con hambre; y hasta en las estadísticas oficiales se reconoce que hay un porcentaje de niños desnutridos. Entonces, no tenemos que conformarnos con poner un papelito en la urna cada dos años porque eso no es verdadera democracia. Lo sería si todos los partidos contaran con los mismos fondos para sus publicidades, pero hoy hay algunos que tienen millones y ganan solamente con el candidato sonriente en los carteles callejeros.
Es verdad que a este gobierno le faltan dos cosas fundamentales: el cuidado de la ecología, desarrollar una política en eso y desechar todas las inversiones (aunque sean muy comprometedoras) que afectan nuestro panorama ecológico, nuestro paisaje, nuestra cultura. Y la otra es seguir una línea de conducta respecto de los pueblos originarios; reconocerlos propietarios de las tierras comunitarias donde están desde hace siglos y otorgarles la seguridad de que no se los va a reprimir ferozmente, como sucedió, por ejemplo, en Formosa.
-Con respecto a esa represión contra los qom, ordenada por el gobernador justicialista Gildo Insfrán, ¿en que falló el Estado y cuál debería haber sido la respuesta del gobierno nacional?
La Presidencia tiene el derecho de intervención en las provincias cuando se cometen delitos en contra de la Constitución nacional. Tiene que intervenir el Estado y no alegar la independencia de decisión de los gobiernos provinciales. Demostrando que se han vulnerado las leyes y la Constitución, se puede intervenir; y es lo que se tendría que haber hecho en Formosa con este señor gobernador ante la represión feroz contra los qom, que además cedió las tierras del pueblo a un empresario privado amigo de él. El gobierno tiene que intervenir, no hay otra.
Por ejemplo, también en el caso del Hotel BAUEN, que siempre la justicia les está dando la razón a los antiguos propietarios: hay que defender la cooperativa, esa es una forma de profundizar la democracia en la Argentina. Además, los obreros lo tomaron y armaron la cooperativa cuando se cerró el hotel y lo han convertido en un espacio realmente progresista: se hacen actos, viajan todos los representantes del gremialismo del interior, etc. El gobierno nacional tiene que defender eso pese a que la justicia diga otra cosa: dictar una ley, mover al Congreso…
(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 108 – mayo 2012)
12/05/12