Aumento salarial YA
“Que alguien me diga cómo puede vivir una familia tipo con dos chicos que van al colegio con 100 pesos por día”, se preguntó el titular de la UOM, Antonio Caló. Hacía referencia al sueldo de los metalúrgicos, cuyo básico de la categoría inicial está en 3.000 pesos y que ahora pretende llevar a 4.000 en las paritarias.
La respuesta se la tendría que dar el gobierno, quien apadrina su candidatura para desplazar a Hugo Moyano de la CGT. Según Cristina y Guillermo Moreno -de acuerdo a las cifras truchas del INDEC-, una familia tipo deja de ser pobre si percibe 1.458 pesos al mes. O, lo que es lo mismo, 50 pesos al día. ¡El valor de apenas un poco más de un kilo de carne o de yerba! Además, el INDEC señaló que casi no habría indigentes en el país (apenas 680 mil personas, el 1,7%) y la pobreza estaría en sus valores mínimos (2,6 millones, el 6,5%). Cifras que se elevan al triple con las mediciones de provincias donde no tienen sus organismos intervenidos. Además, el Indec dice que los salarios le siguen ganando a la inflación. En el último año las subas promedio habrían sido del 28,8% (34% para los privados), tres veces más del 9,8% que reconoce como inflación oficial. ¡Qué caraduras! Lo cierto es que hoy el salario promedio de los trabajadores ronda entre los 3.000 a 4.000 pesos, muy por debajo de los 6.000 que se necesitan para vivir dignamente. Cifra que debería ser tomada como testigo para reclamar en las paritarias. No sumas fijas, en cuotas o porcentajes insuficientes que quedan relegados con la brutal inflación.
Mientras Cristina reconoce que los empresarios se llevan la plata “en pala” -mostrando las “virtudes” de su modelo-, por otro lado, a través del Ministerio de Trabajo, se niega a homologar aumentos salariales que superen el 20%. Ya pasó con los trabajadores rurales, que lograron un 35% y el Ministerio no se los reconoció, haciéndole el juego a las patronales del campo.
Las paritarias están frenadas por el gobierno, en complicidad con la burocracia sindical, más preocupada en sus sillones que en las peticiones de sus trabajadores. Burocracia que le deja las manos libres a las patronales para que no den los aumentos que se necesitan, y al gobierno, a quien deja que se oxigene aprovechando la campaña que está haciendo con la medida que tomó en YPF, mostrándose como un gobierno “nacional y popular”, mientras los salarios no alcanzan para llegar a fin de mes.
En estos días se retomarían las negociaciones en la UOM (aunque anunciaron un paro para este jueves), bancarios (que marcharían esta semana), ferroviarios (a quien le dictaron la conciliación obligatoria y la burocracia de Pedraza aceptó sin chistar), Comercio, la UOCRA, Alimentación, entre otros sindicatos. Los dirigentes traidores se juegan a seguir aceptando pagos en cuotas (algunas para 2013), mientras los precios aumentan todos los días.
Por otra parte, ya hay gobernadores -como Peralta de Santa Cruz- que empiezan a pagar los salarios diferidos, medida que fue rechazada por una importante movilización de trabajadores (ver recuadro). Las provincias están en rojo, con un déficit que asciende a alrededor de 20.000 millones de pesos, muchas de ellas pidiendo autorización para endeudarse o emitir bonos (cuasimonedas), siendo los trabajadores estatales y municipales los más perjudicados, quienes dependen de presupuestos en crisis. Y hay empresas que quiebran con amenazas de despidos, como la General Guido, con nueve líneas de colectivos paralizadas que surcan Capital y el sur del Conurbano.
Hugo Moyano -quien viene denunciando el vergonzoso impuesto a las ganancias que pagan más de 1,5 millón de trabajadores y la desocupación, que el gobierno niega- está más preocupado por mantenerse en la CGT que por tomar alguna medida de lucha. Lo que hace falta es un plan de lucha nacional y un paro general, como se lo reclamó el “Pollo” Sobrero en Plaza de Mayo (ver páginas centrales). Para unificar los reclamos de todo el movimiento obrero.
La carne, el pan y la yerba ya pasaron a ser artículos de lujo. Todo aumenta, menos los salarios. Ni qué hablar de quienes trabajan en negro o de los pobres jubilados.
Sin confiar en la burocracia sindical, llamamos a Moyano y la CGT a que pase de los dichos a los hechos. Mientras exigimos asambleas y plenarios de delegados, para debatir cuánto pedir de recomposición y qué medidas adoptar. Reclamando un aumento salarial de emergencia hasta lograr el valor de la canasta familiar y que se anule el impuesto a las ganancias, entre otras urgentes medidas.
El Socialista 09/05/12