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Causa «La Escuelita» II: Ejército intervino la comisaría de Regina en 1976

 Neuquén

Causa «La Escuelita» II: Ejército intervino la comisaría de Regina en 1976

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El 24 de marzo de 1976 una comisión militar desembarcó en la comisaría de Regina y permaneció allí durante casi un mes. «Fue como una intervención en la comisaría», dijo Ricardo Bustos, militar retirado que en ese entonces era cabo y se desempeñaba como mecánico del Batallón de Ingenieros 181 de Neuquén.

Bustos fue pasado a buscar en su casa en el barrio militar por el subteniente Jorge Gaetani, quien al mando del grupo, se dirigió hasta Regina con Bustos, dos cabos primeros y cinco soldados para quedarse allí «por casi un mes», dijo.
La medida fue similar a lo que ocurrió con Cipolletti, ya que ese mismo 24 de marzo, al mando del militar Gustavo Vitón, un grupo de soldados permaneció casi un mes en la unidad policial, en 1976 a cargo del comisario Alberto Camarelli.
Por los casos de detenciones, secuestros ilegales y tormentos que ocurrieron a partir del golpe militar, están acusados en este juicio seis comisarios rionegrinos retirados, que en 1976 se desempeñaban en la comisaría cipoleña.
Gaetani y Vitón integran los 22 imputados por los que se lleva a cabo el juicio por delitos de lesa humanidad en Neuquén. «A Cipolletti y a Regina coincidentemente se viaja el mismo día, por ahí la situación en Cipolletti era diferente y pasó lo que pasó, a lo mejor en Regina fueron a hacer lo que dice Bustos que fueron a hacer, es poco creíble»; dijo el fiscal Marcelo Grosso en relación a las declaraciones del testigo.
Aclaró que «no tenemos datos que en Regina hubiera alguna medida de persecución, de detención» como en Cipolletti. El militar detalló que un soldado se apostó en la puerta de la comisaría de Regina y el resto hizo guardia a una cuadra de la unidad reginense a 360 grados alrededor de la comisaría.
Dijo que no hubo detenciones ni otros procedimientos más que pedir documentos a la salida del cine o custodiar los galpones de Moño Azul y el frigorífico de Gutiérrez, y ante la pregunta del defensor Rodolfo Ponce de León acerca de si era por conflictos gremiales, Bustos sostuvo que «nos dijeron que era para dar custodia, porque estaba oscuro».
Aportó además que mientras estuvo en el Batallón, había una zona donde estaba prohibido el paso y al que sólo accedía «por el costado del cuartel» personas que vestían de civil y que ingresaban en un Rastrojero, o un Renault 12 o 18.

Las audiencias se reanudarán el lunes, martes y miércoles de la semana entrante; con un cronograma de citación que fue renovado en cuanto a los testigos que habían quedado pendientes de citación y aquellos testimonios de los cuales se desistió. La fiscalía explicó que se perdió el interés en varios testimonios que «dicen, pero no dicen», en referencia a la manifiesta poca claridad de recuerdo de quienes cumplieron funciones en el batallón. Antes de Bustos declaró el médico militar retirado Héctor Espinoza, quien sostuvo que tenía un «muy buen concepto» del general Enrique Braulio Olea y que las dos veces que vio a Hilarión Sosa le pareció correcto y le parecía buena persona. El traumatólogo, que permaneció hasta diciembre de 1976 en Neuquén no respondió porqué había dicho antes las razones por las cuales había una zona del Batallón por la que no se podía pasar.

Argenpress 24/08/12