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El invierno amargo de los jubilados argentinos

El invierno amargo de los jubilados argentinos

Andrés Figueroa Cornejo (especial para ARGENPRESS.info)

Entrevista con dirigente de la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilados de Argentina, Marcos Wolman.

“Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream
y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.”
Ernest Hemingway


La Ciudad sin subterráneo metropolitano ante la pugna político electoral entre la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, y el Jefe de Gobierno de la Capital y candidato a inquilino titular de la Casa Rosada para el 2015, el ultraliberal Mauricio Macri. Los trabajadores en lucha y los usuarios de rehenes. El alza de todas las mercancías, la multiplicación de las protestas sociales, la urgencia de edificar una alternativa política que provenga volcánicamente desde abajo y cristalice en un instrumento político que entre a tallar en las ligas mayores. Un Buenos Aires con fondo de relámpago, truenos y empeoramiento general de la vida.


Mientras Argentina corre hacia un franco deterioro económico y estanflación que rumorea la incertidumbre colectiva en los hogares, como en mitad de cualquier territorio público, quien suscribe el texto se entrevista con Marcos Wolman, dirigente de la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilados argentinos y ex diputado de izquierda de la Ciudad de Buenos Aires.
-¿Cuánto ganan los trabajadores inactivos en Argentina?
“El 76 % obtiene hasta agosto, $1636 pesos mensuales (USD 358) y desde septiembre y hasta marzo de 2013, con el aumento anunciado desde el gobierno de turno, recibirá $ 1823 pesos al mes (casi USD 400). El incremento de 186 pesos (USD 29) es igual a 6 pesos por día o medio kilo de pan diario. Y se trata de 4 millones y medio de jubilados que ganarán esa cifra. Fuera del 76 %, hay un 15 % que recibirá menos de $ 3000 pesos (USD 656).”
-¿Cuál es el valor de la canasta básica?
“Existe una canasta básica que determinó la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires. Actualizada para un adulto mayor, considerando los requerimientos alimenticios, transporte, medicamentos –que absorbe buena parte del ingreso a nuestros años-, recreación mínima (una salida al mes), un alquiler que no guarda ninguna relación con la economía real; se habla de $ 3.800 pesos (USD 831). Esto significa que con el aumento que anunció Cristina Fernández con bombos y platillos y por cadena nacional de televisión y radio, no llegamos ni al 47 % de las necesidades elementales que precisamos para vivir, cuyos precios se van modificando en nuestra contra por la creciente inflación, que ya va en un 30 a un 35 % anual.”
Las culpas de Menem y sus continuadores
-¿Cómo funciona el derecho a seguridad social?
“El sistema previsional argentino está determinado por una Constitución Nacional que cuenta con un artículo donde señala que los fondos de la previsión social deben tener autonomía y ser dirigidos por sus interesados. Hoy en cambio tenemos un sistema de previsión manejado por el Estado a través de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). Durante 30 a 40 años hasta la jubilación, según el modelo de seguridad social del país, primero hay un aporte de los trabajadores que corresponde al 11 % de su salario”.
-¿Para qué es el 11 %?
“Ese 11 % es una suerte de ingreso diferido que tiene dos sentidos: el asalariado contribuye con un claro objetivo solidario intergeneracional para los jubilados. Pero a la vez, quien está aportando de su sueldo como trabajador activo lo hace también para posteriormente tener un retiro acorde con su contribución a este fondo para subsistir en las mismas condiciones que en su vida activa. Esto es lo que no ocurre.”
-¿Por qué?
“Las leyes vigentes provienen de la época en que gobernó Carlos Menem en los 90’ (ultraliberalismo). Aquí, por arriba, se transmite mucho sobre el espantoso período menemista que sufrió el país, que ya se ha superado el capitalismo salvaje, que estamos en medio de un proyecto ‘nacional y popular’; y sin embargo, la realidad se sostiene mediante la legislación inaugurada en ese entonces. De acuerdo a las leyes mencionadas, cuando ahora un trabajador se jubila, lo hace con menos de la mitad de su salario debido a la forma en que se calcula el porcentaje de su remuneración como activo. Por eso, por más anuncios que hayan respecto de los ‘reajustes’ a las pensiones, mientras se mantengan los haberes jubilatorios actuales los adultos mayores siempre estaremos bajo los índices de pobreza.”
-¿Han tomado medidas?
“Estamos presentando un proyecto de ley. Una vez más, el miércoles 15 de agosto nos apostaremos en las puertas del Congreso Nacional, ahora con 200 mil firmas y un grupo de diputados que avalan nuestra iniciativa legal para que se establezca lo que corresponde: un 82 % móvil del salario de cuando éramos activos.”
-Pero el ingreso de un jubilado no sólo sale de su salario (aunque cualquier otro ‘aporte’, es puro excedente social apropiado por privados o por el Estado que contiene sus intereses)…
“Primeramente, acá los que se han enriquecido a costa de los trabajadores y el pueblo son las grandes corporaciones transnacionales. La concentración de la riqueza producida por las mayorías ha conducido a una creciente desigualdad social. El mismo oficialismo ha dicho que el empresariado ‘ha ganado como nunca’ en Argentina. Ahora bien, junto a la contribución de los trabajadores, existe un aporte patronal para el fondo de pensiones, que en verdad pagan la mitad de los que les correspondería. De hecho, nosotros calculamos que si retornáramos al sistema anterior al de la época de las leyes de Carlos Menem que siguen vigentes, se podría generalizar el 82 % móvil.”
-¿Y qué pensión tienen los que laboraron sin contrato o a medio contrato?
“Argentina tiene un oficial 38 % de empleo ‘en negro’ o ‘informalizado –que en rigor es más de un 50 % de toda la fuerza de trabajo-; es decir, millones de personas que no van a tener una jubilación mínima siquiera. Y esto es posible, porque los dueños pueden evadir todas las leyes previsionales e impositivas, porque esos trabajadores ‘en negro’ no figuran legalmente, no aportan a la seguridad social, pero tampoco los patrones se hacen cargo de eso ni de las obligaciones tributarias. Además, la inequidad es tan grande que una parte del ingreso que percibimos como jubilados ya lo estamos devolviendo mediante el IVA a todos los productos, que asciende a un 21 % y que es igual para un adulto mayor, un trabajador precarizado o un empresario millonario.”
-El gobierno dice que ya queda menos deuda externa, mientras aumenta la interna sobre préstamos a la Anses, el Banco Central y el Nación…
“El origen de los fondos de la Anses, tiene de cotización de los trabajadores, los empresarios y el Estado, que consideran un número de impuestos establecidos por ley. El aporte de los trabajadores es el pilar del sistema, claro está. Por ello esos recursos van dirigidos a los seguros y pensiones. Sin embargo, cuando se nacionalizaron las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (Afjp’s) en el país –que fue fruto de una larga lucha-, los dineros recaudados pasaron a un Fondo de Garantía de Sustentabilidad a través de un decreto de 2007 firmado por Néstor Kirchner. Su idea era que parte de ese fondo se pudiera invertir en actividades productivas que pudieran rendir y ser seguras, y que correspondiera al equivalente al total de un año de las necesidades de la Anses. Ello fue modificado cuando se nacionalizaron las Afjp’s con otro decreto, ya firmado por Cristina Fernández de Kirchner, donde se eliminó el tope para sacar dinero del fondo. O sea que hoy todos los recursos de la Anses se convirtieron en una caja de reservas del Estado. ¿Qué pasó entonces? Que de nuestros fondos se desgajó un préstamo al monopolio transnacional General Motors. Por otro lado, por ejemplo, el gobierno lanzó un programa de viviendas populares –que nosotros aplaudimos, teniendo a bien que se planteó con bajo interés y a cuotas accesibles-, pero se hizo con pesos de la Anses. Cuando la provincia de Buenos Aires no tenía cómo pagar el aguinaldo a los trabajadores estatales, también se usó plata de la Anses y otra fracción se canceló con títulos públicos. Estamos hablando de un problema país, de un problema que daña los intereses del conjunto de los asalariados y el pueblo argentino”.

14/08/12