Barrionuevo invierte U$S 30 millones para abrir un Casino, CFK furiosa, Mariotto en problemas
La historia de como Luis Barrionuevo, con dinero de los trabajadores, construyó un Casino y quiere quedarse con su explotación para propio beneficio. Funciona en un hotel, que es más un bunker de la burocracia sindical que lugar de veraneo. La complicidad o incompetencia del Vice-Gobernador K Gabriel Mariotto queda al descubierto.
Por Camilo Cienpasos
El inefable burócrata de gastronómicos Luis Barrionuevo, miembro de la JSP (Juventud Sindical Peronista) de extrema derecha en los 70, que inicio su carrera sindical a los tiros, quemo urnas en Catamarca, le tiro huevos en esa provincia a CFK en una de sus visitas y que ahora apoya a De la Sota, antes a Menem y otros ád-nauseum ha llegado mas lejos que ningún otro burócrata sindical.
Gasto 30 millones de dólares en construir un Casino en Mar del Plata con dinero de su sindicato y que seria administrado por una empresa encabezada por sus familiares y adscrito al Casino Central de esa ciudad. Tuvo las promesas para hacerlo del vice-Gobernador Mariotto.
Scioli, haciéndose el sota, eludió la autorización. Luis Barrionuevo se mostró ofuscado y violento tras la negativa del gobierno bonaerense a otorgarle un permiso para que el Sasso, propiedad de su sindicato, pudiera abrir un casino (hotel que compro hace poco), algo que le pasa desde hace dos temporadas veraniegas.
Entrada del hotel al que los trabajadores del gremio gastronomico dicen no poder acceder
El dirigente gremial, enfrentado abiertamente al kirchnerismo y también al mandatario provincial, afirmó que se trató de «un capricho político» y que «la orden la dio Cristina». Barrionuevo, furioso y en medio de una entrevista radial, calificó de forma despectiva a Scioli, de quien dijo que «tiene bombachita de goma y le tiene miedo a la presidente porque no puede él dar una orden».
El sindicalista no dejó de atacar al gobierno nacional. «Es corrupto por donde lo mires, está por todos lados en la corrupción y hace pus por todos lados la corrupción», señaló y sentenció: «La corrupción que ha tenido este gobierno no tiene comparación en la historia, es tremenda».
A principios de Enero, gastronómicos y casineros (un sindicato generalmente conducido por el Peronismo de derecha) habían planeado un paro, reclamando la inauguración del casino. La medida fue finalmente suspendida y se tradujo en actividades sorpresivas en distintos puntos de la ciudad que no se materializo por falta de concurrencia. Unos pocos seguidores del gastronómico fueron a tirar bombas de estruendo al Casino Central de Mar del Plata en la inauguración de la temporada pero pasaron mayormente desapercibidos.
El Hotel Sasso con otros dueños, tuvo una sala de casino que fue cerrada en 1995. Barrionuevo compro el hotel por 10 millones de dólares, después compro media manzana enfrente del mismo y construyo un impresionante casino que fue terminado antes de la temporada del 2011-2012.
Pileta y sauna en el hotel-bunker de Barrionuevo
Tiempo atrás el Sasso había sido propiedad de la familia Cirigliano (grupo vinculado primero al menemismo y luego al ex Presidente Eduardo Duhalde). Héctor “Ronco” Lence, conocido gestor duhaldista, trabajaba para ellos y resultaba el nexo conveniente entre el por entonces caudillo bonaerense y el grupo empresario. Aseguran que el casino supo dar buenos dividendos al poder político.
Con el tiempo el edificio se avejentó y perdió valor. Barrionuevo lo adquirió, lo refaccionó a nuevo y lo transformó en un cuatro estrellas. La apertura, en 2007, fue muy promocionada, y significó la puesta en marcha de un lugar (con 95 habitaciones, lobby bar, tres salones de conferencias y spa) ideal para convites políticos y de otras yerbas.
El hotel, dicen docenas de gastronómicos consultados, nunca tiene lugar para los afiliados del gremio y se utiliza casi exclusivamente para burócratas sindicales del gremio y de otros sindicatos. En su salón de conferencias suelen reunirse últimamente los capos del Moyanismo
Con una inversión total que supera los 30 millones de dólares, entre compra del hotel, tierras y construcción del Casino y la remodelación del hotel sólo aguardaba la autorización de Loterías y la ubicación de las mesas y las máquinas tragamonedas; pero la autorización no llegó.
“Hay una orden de Cristina para que no se abra”, afirmó el jefe de los gastronómicos.” La frase, repetida en otros ámbitos, merece que se cuente un poco la historia.
A mediados de 2012, el tema del juego, y el papel del Estado, habían adquirido fuerza inusitada. Puertas adentro del gobierno provincial se discutían las ganancias que se alcanzaban, y quién capturaba esa caja, y hacia fuera, en el ámbito parlamentario y de gobierno, se hablaba de estatizar todo el sistema.
Desfilaron proyectos de ley de randazzistas, sciolistas y gran parte de los sectores opositores. Y en el medio, el vicegobernador, que convocaba a un foro de discusión, para ensamblar todas las propuestas.
Fue en Mar del Plata, y lo organizó el titular de la Asociación de Empleados de Casinos, Jorge Baino. Si bien la movida no dejó definiciones claras, le sirvió al sindicalista para gestionar ante Mariotto un viejo reclamo: la licencia de un nuevo casino en la Provincia.
El presidente del Senado no tuvo inconvenientes en apoyar el pedido y dar su palabra para la apertura, aunque luego no pudo cumplirla. Dicen que al enterarse CFK le dijo “están locos, darle a un enemigo como Barrionuevo una fuente de millones de dólares para que nos haga la vida imposible… es una locura…. Viene de hacerme paros…”
Para aquellos que siguen la política nacional y provincial, este incidente donde Mariotto presumiblemente le prometió la autorización para funcionar al Casino de Barrionuevo, fue una de las causas del descenso a la B del entonces favorito de CFK para reemplazar a Scioli.
Mariotto, apurado, en su reunión con los sindicalistas de derecha ofreció la conformación de la comisión bicameral (creada por la ley), para observar el caso y dar el aval, que luego debía ser refrendado por Loterías. Esto daba un margen de tiempo vital para el proceso.
Scioli, en un fugaz encuentro que tuvo con Baino – recordemos el dirigente de Casinos y aliado estrecho de Barrionuevo – el día que se desataron los saqueos en varios puntos de la Provincia, sólo indicó que “vamos a estudiar el tema”.
El Gobernador, por el momento prefiere dilatar el tema, atento a la decisión de Cristina Fernández. En tanto, en la Legislatura, el vice apuró la conformación de la bicameral, que tendrá en el Senado la representación de los oficialistas, la legisladora de Ezeiza, Leonor Granados, y el bouduista Jorge Ruesga, además de la opositora Isabel Gainza, del unibloque CC.
En Diputados la situación es distinta, ya que, además de los dos oficialistas -el camporista José Ottavis y el sciolista Rodolfo “Manino” Iriart-, la integra el justicialista anti K Rubén Eslaiman, que responde a la mujer de Barrionuevo, la diputada nacional Graciela Camaño. Algunos opositores ya indicaron, en reserva, que el diputado se dedica a realizar un lobby evidente en favor del salón de juegos. Pero la comisión doble, que se creó sobre el cierre del período 2012, no tuvo ninguna reunión hasta la fecha, ni siquiera una citación. No está claro tampoco si en marzo se habilitará la discusión o la conformación quedará en una expresión de deseos.
Si el gobierno habilitara el casino, que tiene la intención de capturar la atención de apostadores de altos ingresos, entregaría al sindicalista opositor una herramienta muy conveniente, más allá de que la explotación del juego corresponde al Estado. Sucede que el salón resulta muy amplio, donde se pueden ubicar varias mesas de ruleta, black jack y punto y banca e infinidad de tragamonedas.
“A nosotros nos interesa el juego artesanal, y hacer torneos de póquer internacionales”, expresa Barrionuevo. Desde el kirchnerismo niegan con la cabeza, y el sciolismo, inmutable, observa las jugadas.
Es de destacar que el casino seria para servir a grandes jugadores y que la inversión se hace sobre las espaldas de los trabajadores de su gremio, uno de los peores pagos y donde la informalidad de los puestos de trabajo reina.
Ni el “admirado” por los dirigentes argentinos (incluidos Moyano y Barrionuevo), el burócrata sindical norteamericano Jimmy Hoffa – con negocios multimillonarios con la mafias y arreglado con acuerdos con ella en Las Vegas, uno de los centros del juego pesado en ese país, se atrevió a tanto como Barrionuevo. Nunca compro ni construyo un Casino.
Ninguna burocracia sindical del planeta ha sido tan caradura como para comprar o montar un Casino y explotarlo para su propio beneficio. Tienen tarjetas de crédito sindicales, negocian con los fondos de pensión, ganan millones con las obras sociales y crean empresas… pero nunca a ninguno le daría por hacer algo tan obviamente corrupto como un casino.
La primera traba al proyecto de Barrionuevo provino del intendente K de Mar del Plata, Pulti en el 2011.
“El Intendente tendría que estar al lado nuestro, acompañándonos y ayudándonos, y no poniendo piedras en el camino. No tiene que poner obstáculos tontos”, manifestó Barrionuevo y advirtió: “Si dilatan más la reapertura del Casino, yo voy a hablar. Pueden saltar varios. Nunca fui buchón, pero que no jueguen con nosotros. Que no me jueguen a la política, ya que algo sé de esto”. Fueron declaraciones de Barrionuevo por entonces.
Pulti retrocedió y entro en escena el vicegobernador. Mariotto se reunió no solo con dirigentes del Sindicato de Casinos entre otros, sino con el propio Barrionuevo a quien le prometió que el Casino seria aprobado para la temporada 2012-2013. La intervención en este absurdo negociado de CFK habría paralizado las tratativas y generado la furia de Barrionuevo.
Izquierda info 11/02/13