¡Plata para los damnificados, no para la deuda!
Escribe: José Castillo
Mientras el gobierno nacional anunció 400 millones de pesos para las víctimas de la catástrofe (que “llegarían” a 2.500 si sumamos los subsidios a cobrar “a los premios”), le paga a los organismos financieros internacionales 2.500 millones de dólares y ya tiene presupuestados otros 8.000 millones para el resto del año. Y encima, acaba de reconocerles más deuda a los fondos buitre.
“Estado ausente” fue una de las frases que se escuchó la semana pasada. Tanto el gobierno nacional de Cristina, como el provincial de Scioli y el de la Ciudad de Macri se paralizaron ante la catástrofe. Las imágenes y los testimonios sobran: todos vimos los espeluznantes relatos de La Plata, donde la gente se moría ahogada luego de horas de pedir un auxilio que nunca llegó.
Pero mientras los políticos patronales que manejan el Estado aparecían así paralizados, hubo una cosa que siguió funcionando: en ese mismo momento, el Banco Central transfería a la tesorería 2.336 millones de dólares para proceder a pagos de vencimientos de deuda. Esto se suma a los 8.000 millones de dólares ya comprometidos en el Presupuesto 2013 en este concepto. El kirchnerismo se jacta de haber logrado un “Estado presente”: pero el miércoles pasado, en medio del desastre, la única “presencia” fue para efectuar esa transacción.
A todo esto, recordemos que, apenas unos días atrás, el gobierno argentino le había hecho una nueva “oferta” de reconocimiento de deuda a los fondos buitre que, como mínimo, va a incrementar nuestro endeudamiento en 6.000 millones de dólares más. Sumemos, entonces: en los últimos quince días, el gobierno de Cristina comprometió 16.300 millones de dólares para destinarlos a los pulpos acreedores. ¡Se prioriza salvar a los banqueros antes que a los inundados!
¿Qué se podría hacer con la plata que se destina a la deuda?
Del otro lado están los miserables paliativos que se les ofrecen a las víctimas. El gobierno de Cristina anunció que se destinarán 400 millones de pesos, a los que se sumarán 1.400 millones en préstamos del plan Procrear para reconstrucción de viviendas. Sumando otros créditos y las promesas de aportes para obras de infraestructura, se llega, a lo sumo, a los 2.500 millones de pesos.
Comparemos: 2.500 millones de pesos para inundaciones contra los 2.330 millones de dólares que se pagaron esta misma semana (12.000 millones de pesos con el dólar “oficial” a 6 pesos o 20.000 millones de pesos con el “blue” a 8 pesos). Ni hablemos si consideramos la totalidad de los 10.300 millones de dólares comprometidos para pagar deuda en todo el 2013 (que da 61.800 millones de pesos al oficial u 82.400 al “blue”).
¿Qué se podría hacer con esos 82.400 millones de pesos? Otorgarle un subsidio no reembolsable de 50.000 pesos a cada uno de los 153.000 afectados costaría 7.650 millones de pesos. Y todavía sobrarían 74.750 millones de pesos más para dedicar a obras de infraestructura y evitar que estas catástrofes se repitan. O para iniciar un plan de viviendas populares (a un costo de 200.000 pesos cada una, se pueden levantar nada más ni nada menos que 320.000).
La propuesta, entonces, es clarísima: acabamos de sufrir una enorme catástrofe que, como explicamos en las páginas centrales, tiene como responsables al gobierno nacional y a los gobiernos provinciales y de la Ciudad por la paralización de las obras, la especulación inmobiliaria y la incapacidad para acudir en socorro de las víctimas. Se debe declarar una emergencia nacional. Eso significa que hoy, más que nunca, se debe proceder a dejar de pagar la deuda externa y poner todos esos recursos al servicio prioritario de reparar los daños sufridos por el pueblo trabajador.