Declaración de la UIT-CI
¡Viva la lucha del pueblo brasileño!
Millones de brasileños han ganado las calles de más de 300 ciudades, realizando la mayor movilización de la historia de ese país, el más grande, poblado e importante de Latinoamérica. Aunque desde hace dos años hay un proceso de importantes luchas parciales de los trabajadores, casi nadie imaginaba este repentino estallido. La chispa que provocó la explosión fue el aumento de 20 centavos de real en los precios del transporte urbano. Pero evidentemente esta no era la única, ni la principal causa del descontento acumulado.
El aumento del transporte fue anulado en las principales ciudades la semana pasada, y sin embargo al día siguiente la movilización fue aún mayor. Esta movilización no tuvo, ni tiene una dirección reconocida. Fue convocada en su mayor parte por jóvenes desde Facebook.
La gente en las calles denuncia la corrupción del gobierno nacional encabezado por Dilma Rousseff/PT y de los gobiernos de los Estados (PT, PMDB, PSDB, etc.), especialmente en relación a las faraónicas obras para el mundial de Fútbol, con despilfarro de miles de millones de dólares que no dejarán ningún legado para el pueblo trabajador, pero que permiten grandes negociados entre la FIFA, las constructoras y los políticos corruptos.
Consignas como: «Quiero salud, educación, no me importa si Brasil sale campeón!» o «¡Que la FIFA pague mi tarifa!» son predominantes en las calles. En el país más fanático del fútbol en el mundo, estas consignas muestran el salto en la conciencia producido en las masas movilizadas.
El 20 de junio las calles y las ciudades fueron del pueblo
El gobierno perdió el control de la situación. La presidente Dilma Rousseff, del PT, así como los gobernadores, intendentes (alcaldes), el Parlamento y los partidos tradicionales sufrieron un golpe gigantesco. Los gobernantes que habían mandado a reprimir las movilizaciones, lo único que consiguieron fue agigantarlas. Entonces, dirigentes del PT hablaron de «golpe de derecha» y hasta de «conspiración internacional». Pero después de la histórica movilización del 20 de junio, Rousseff asustada comenzó a decir que los manifestantes tenían razón y que había que escucharlos. Incluso se reunió con dirigentes del Movimiento Pase Libre, uno de los grupos juveniles que iniciaron las protestas por Facebook. Y salió a proponer un pacto con los gobernadores y los intendentes de las capitales donde más de una vez propuso una serie de generalidades, como la de convocar a un plebiscito para hacer una reforma política, una medida que, al día siguiente, el propio gobierno comenzaba a recular.
No propuso ninguna de las soluciones que exige el pueblo en la calle. Habló de más presupuesto para salud y educación, pero mantiene la privatización de los hospitales y las escuelas, y las universidades públicas están cada vez en peores condiciones, mientras 450.000 millones de dólares, el 42% del presupuesto federal, se destinan al pago de capital e intereses de la deuda.
Sin dirección política, con muchas confusiones, pero con la fuerza que le dan las masivas marchas y apoyados en la simpatía de la mayoría de la población, la juventud brasileña salió a repudiar a los partidos tradicionales.
Aprovechando esta onda, pequeños sectores de ultraderecha atacaron columnas de la izquierda participantes de estos actos, hiriendo a varios compañeros. Nos solidarizamos con los compañeros agredidos y repudiamos a los grupos que con métodos fascistas intentan liquidar la movilización, al igual que el gobierno. Por eso no hay que caer en la trampa de sectores gobiernistas, como los que, encabezados por dirigentes del PT y PCdoB, el viernes 21 convocaron en San Pablo a una reunión con sindicatos, organizaciones sociales y corrientes de izquierda con la excusa de «combatir al fascismo», cuando en realidad lo que buscan es levantar fantasmas para frenar el gigantesco proceso de movilización.
¡Darle continuidad a la movilización!
Dilma y el PT, así como el PCdoB (Partido Comunista de Brasil, que es parte del gobierno), ya no son de izquierda. Gobiernan con la derecha del PMDB, las transnacionales imperialistas, con los banqueros, con los terratenientes del agro negocio, al igual que los otros gobiernos latinoamericanos, incluyendo los supuestos progresistas como Cristina Kirchner, o los llamados del «socialismo del siglo XXI» como Maduro, Correa, Ortega o Evo Morales. Por eso ahora quieren que el pueblo más pobre y el conjunto de los trabajadores paguen la factura de la crisis capitalista internacional y se entregan cada vez más al imperialismo. ¡A todos se les está cayendo la máscara de «progresistas», «izquierdistas» o «socialistas»! La rebelión del pueblo brasileño es parte de la rebelión mundial contra el ajuste capitalista. Los propios brasileños en las calles lo expresaron así: «Brasil se convirtió en Turquía». Más allá de lo que pase en los próximos días, ya nada será igual en Brasil. Millones han comprobado su fuerza, han comprendido que los gobernantes no sirven al pueblo, y ya no aceptarán que los sigan gobernando como antes.
Por eso apoyamos la justa movilización del pueblo brasileño. La izquierda revolucionaria brasileña tiene que seguir en la calle junto a la movilización popular. Hay que reclamar que la convocatoria a un Día Nacional de Lucha para el 11 de julio por parte de las diversas centrales sindicales, se organice y se cumpla. En este sentido apoyamos la declaración de la CST-Corriente Socialista de los Trabajadores, do PSOL, que defiende, entre otras consignas: «¡Dinero para salud y educación, no para la Copa! ¡Municipalización del transporte con pase libre para estudiantes y desocupados! ¡Suspender el pago de la deuda a los banqueros y destinar esos recursos para áreas sociales! ¡Cárcel a los corruptos! ¡Unir a los que luchan! ¡Por aumento de salarios y mejores condiciones de trabajo! ¡Que las Centrales y Federaciones sindicales convoquen a una huelga general! Organizar la lucha coordinando entre el Movimiento Pase Libre de San Pablo, el foro de luchas de Rio, y demás movimientos de todos los estados. Y para eso continuar en las calles y constituir comités de base para la lucha en universidades, centros de estudio, de trabajo y barrios.»
Convocamos a los sindicatos y organizaciones populares de Latinoamérica y el mundo a pronunciarse, difundir las causas de la lucha popular en Brasil, y enviar mensajes de solidaridad a las organizaciones que están en lucha junto al pueblo brasileño.
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
25 de junio de 2013.