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Ellos o nosotros, la izquierda

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Ellos o nosotros, la izquierda

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El doble discurso de Cristina se hizo añicos en una semana. Decir una cosa y hacer otra le dio réditos en estos años. Pero ahora millones se dan cuenta que la presidenta y sus funcionarios mienten. Las imágenes que mostramos en la contratapa hablan por sí solas.

El acuerdo con la multinacional yanqui Chevron, a decretazo limpio, echa por tierra la campaña del gobierno y de “los chicos” de La Cámpora, de que el kirchnerismo “combate a las corporaciones”. ¡Flor de corporación es la multinacional de Rockefeller que saquea y contamina todo lo que toca! La “soberanía nacional” queda hecha hilacha cuando el gobierno se somete, ante cualquier diferendo que surja al respecto, a las leyes de Estados Unidos y de Francia. Chevron tiene vía libre para robarnos el petróleo y gas en uno de nuestros reservorios no convencionales más ricos del mundo, Vaca Muerta, Neuquén. Empleando el método de fracturación hidráulica o “fracking” (prohibido en la mayor parte de Europa y en los Estados Unidos), utilizando millones de litros de agua que no tienen los pobladores de la zona y contaminando napas y tierras, redoblando el saqueo de Repsol. Pacto que fue aplaudido por otras multinacionales, como la Exxon.

Otro golpe que recibió -ahora en su imagen de un gobierno “defensor” de los derechos humanos- provino de sus propias entrañas, al promover como jefe del ejército -por primera vez en la historia-, a un miembro de sus servicios de inteligencia, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani. Además de represor y posedor de grandes propiedades, el hijo de un encumbrado constructor cordobés fue un conocido del genocida Bussi cuando incursionó en el Operativo Independencia en Tucumán, 1975, según dichos del propio hijo de éste. Quien, a su vez, maneja 400 millones de pesos sin control para el espionaje. El gobierno quiso hacer pasar a Milani como que “pintaba escuelas” mientras se asesinaba a luchadores en los años 70. Una lavada de cara a represores que ni el CELS pudo sostener. Fracasándole el ascenso en Senadores, donde tenía mayoría, pasando el debate para fin de año. De bajar el cuadro de Videla, el kirchnerismo pasó a designar a un general del Nunca Más. Un verdadero papelón.

La otra postal que enchastra al gobierno es Ricardo Jaime. Prófugo de la justicia, buscado por Interpol, fue eximido de prisión por jueces afines al kirchnerismo. El amigo de Néstor Kirchner, responsable del desguace ferroviario, perseguido en más de 20 causas judiciales, motor de los subsidios millonarios a las patronales del tren, uno de los responsable de las masacres ferroviarias y asiduo viajero a Río de Janeiro y Florianópolis en vuelos pagos por Cirigliano- TBA, es, junto a Lázaro Báez y Boudou, la máxima expresión de la corrupción visceral que destila este modelo “nacional y popular” al servicio de los negocios capitalistas. Solo decir que el patrimonio de la familia presidencial creció un 1.000 por ciento en estos años ya es demasiado, ¿no?

Entrega y saqueo (Chevron); represión y persecución a los que luchan (Milani), y corrupción (Jaime), son tres sellos que impactan de lleno en el rostro de la “década ganada” kirchnerista que el gobierno se encarga de seguir mostrando.

Este doble discurso hartó. Por eso una gran franja no va a votar más en estas elecciones a los candidatos K. Si Cristina sacó el 54% de los votos en 2011 y ahora le dan un 35, quiere decir que millones le darán la espalda. Perdiendo los grandes distritos y la posibilidad también de la “madre de las batallas”, provincia de Buenos Aires.

Pero cuidado. Aquel que quiera castigar al gobierno y piense en Sergio Massa, o en Carrió-Solanas en Capital, Schiaretti en Córdoba o Binner y la UCR en Santa Fe, se equivoca. Veamos qué han hecho estos políticos de la oposición patronal.

Ante el acuerdo con Chevron, el ex jefe de gabinete de Cristina, Sergio Massa, no dijo ni mu. Igual que De Narváez, mostrando sus complicidades con el oficialismo. Gil Lavedra, de la UCR-Capital, señaló que está a favor de las inversiones extranjeras pero con “más seguridad jurídica”. Es decir, que las garantías para saquear otorgadas a la petrolera yanqui se extiendan a todas las multinacionales sin ningún límite. Binner directamente miró para otro lado, ¿si en Santa Fe las empresas extranjeras gozan de buena salud? ¿O no?

De Milani, algunos dijeron algo. ¿Pero qué autoridad tienen la UCR o Carrió, impulsores de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final? O De la Sota, que propone una “reconciliación” con los genocidas y fue parte de los indultos menemistas. Ante el caso Jaime, Carrió-Solanas se dicen “anti-corrupción”. También Binner. Pero estuvieron con la Alianza de De la Rúa-Cavallo, donde la corrupción era cosa de todos los días. De Macri, ni hablar. Se le caen las babas por no ser él quien pacte con Chevron o ascienda a un represor.

Oficialistas y opositores se “dividen” tareas. Unos posan de progresistas, otros de centro, centroderecha o centroizquierda, pero todos gobiernan o gobernaron para las multinacionales, el imperialismo, la impunidad y corrupción capitalistas.

Ante esto surge en las charlas y diálogos de campaña que “todos son responsables” de los males que aquejan al pueblo trabajador. Y la contundente frase: “ellos o nosotros”. “Ellos”, refiriéndose a todos los candidatos, tanto a los de Cristina como a los de la oposición. Y “nosotros”, a los trabajadores y luchadores, muchos de los cuales integran las listas del Frente de Izquierda.

En las elecciones las opciones son contundentes: o se vota a los candidatos de Chevrón, o se vota a la izquierda que propone una YPF 100% estatal y la nacionalización del petróleo y el gas. O se vota a los candidatos de Milani, o a Juliana García (nuestra compañera, hija de desaparecidos) o a Myriam Bregman (abogada de los derechos humanos) que van en las listas del FIT. O se vota a los candidatos de Jaime, o se vota a los ferroviarios como Edgardo Reynoso y Mónica Schlotthauer, quienes lo denunciaron, alertaron sobre cómo evitar las masacres ferroviarias junto al cuerpo de Delegados que encabeza el “Pollo” Sobrero y proponen terminar con los negocios del ferrocarril, reestatizándolo y poniéndolo a funcionar bajo control y gestión de trabajadores y usuarios. O se vota a candidatos patronales, o a quienes ya demostraron desde sus bancas, como nuestra compañera Liliana Olivero en Córdoba, que la van a seguir poniendo al servicio de las luchas y de la unidad de la izquierda. En definitiva, para enfrentar a los candidatos patronales del Frente para la Victoria, las distintas variantes del PJ, la UCR-Binner y la centroizquierda, hay que votar a las propuestas y candidatos que van en las listas del FIT en todo el país: Altamira, Christian Castillo, Liliana Olivero, José Castillo, “Gringo” Giordano, entre una larga lista de invalorables luchadores.

El Socialista 24/07/13