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Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos

Linchamientos

Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos

Miguel Det- Linchamiento

Eduardo Galeano (PRENSA RED)

Esto es un ironía, no le va gustar a muchos, pero tengo que vomitar esta bronca que me genera este dejarse llevar como ovejas y es hora de que nos hagamos cargo de “cómo somos”.

Tienen razón: “Los argentinos somos derechos y humanos”.

Atentos a la ley, respetuosos del otro, cristianos, tanto…que hasta tenemos Papa propio.

Jamás nuestra clase media y alta, modelo de perfección social y de caridad, ha cometido delito alguno.

Esa es su autoridad moral. Ser impolutos.

No es dable recordar que los gerentes de la Ford, estafaron al Estado en 50 millones de dólares que nunca llegaron, ¡qué va! Fue solo un sueño de este mundo perfecto que siempre hemos tenido.

Acá, la clase alta y media nunca, y léase bien ¡NUNCA! se apartó de la ley.

Los comerciantes, jamás te robaron en el peso y te dieron 960 g en vez de 1k.

Los diarios, jamás te mintieron ni fueron cómplices de delitos mayores.

El banquero, nunca hizo usura ni te cobró 57% de interés por mes.

El abogado, jamás se vendió por monedas a tu enemigo.

El médico, nunca dejó de atender a un pobre “negrito” por no pertenecer a su clase.

El maestro, nunca tomó ventajas de nada, fui del gremio 40 años y todos son blancos como el alba.

El empresario es tan honesto, que jamás mató a nadie por mano propia, jamás evadió impuestos, jamás ganó sumas siderales con aumentos exagerados, jamás te mintió con el marketing, ¡jamás!.

De la Soc. Rural, ¡qué podemos decir! Todos tan de misa y bendiciones, siempre tan generosos y respetuosos de sus peones a los que tienen en casas que cualquiera envidiaría. Ellos, tan patriotas, cumplen con sus impuestos y viven pensando en su país, tanto que se resignan a perder dinero en el mercado interno.

Acá y en el resto de América Latina jamás se abandonó al hambre y la ignorancia, la desesperación y el abuso patronal a generaciones completas. De ninguna manera, si no comen, si no estudian, si no tienen su casita, si no trabajan, es porque no quieren.

Nunca, pero nunca, un plomero, un electricista te cobró 1 m de caño o cable cuando en realidad usó 70 cm. Jamás!.

Ni pensar que un taxista tuviera arreglado el reloj, eso nunca pasó.

¿Periodista que calienten la cabeza de las masas? ¿Qué es eso? Acá en Argentina todos son Mariano Moreno. ¿Cómo vamos a pensar que INDUCEN a ciertos actos delictivos sobre una población desprevenida?, ¡JAMÁS!.

Ejército, marina, aviación, gendarmería, policía, penitenciarios…son todos soldados de San Martín. Fieles a la escuela sanmartiniana, todos se niegan a las tentaciones, nunca reprimen a su pueblo y mucho menos, matan, roban o desaparecen o torturan a la población.

De políticos, ¡ni hablemos! IMPOLUTOS es poco, ¿quién puede pensar que se quedan por monedas con las tierras públicas o cobran jugosos honorarios por entregarnos de pies y manos.

Y dejé para el final la frutillita del postre, ¡qué decir de la JUSTICIA!, esa de apellidos rimbombantes, tan preocupada por cumplir con la ley siempre! Ellos aferrados al Código la aplican a rajatabla sin miramientos de clase, raza o color.

Somos todos tan respetuosos de la ley que los “golpes de estado” son un cuento y la desaparición de más de UN MILLÓN de personas en toda Latinoamérica (asesinadas seguramente) también. Esto con el aval de la mayoría. ¿Pero qué digo…? ¡Si todo era un cuento! ¡Nunca pasó!.

Nunca pasó porque los argentinos somos derechos y humanos, tenemos una moral tan perfecta que damos discursos sobre ella, vamos a misa, al templo, a la sinagoga, somos caritativos y jamás INDIVIDUALISTAS.

Nunca, jamás, oportunistas, mentirosos, arribistas, ven tajeros, evasores, eso en nosotros no se ve.

En fin TODOS, en Argentina, somos ángeles, los mismos ángeles, que blandiendo la bandera de su autoridad moral, matan a patadas a un pibe de 18 y a coro reafirmamos “hay que matarlos a todos” porque Dios es argentino y a Dios no se le discute.

Argenpress 04/04/14

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