En este 11 de septiembre
Un nuevo homenaje a nuestros mártires.
Hace ya 42 años, los militares apoyados en la derecha (y la Democracia Cristiana) y dirigidos por el imperialismo yanqui, dieron el golpe de estado que asesinó a lo mejor de la vanguardia obrera y juvenil. Hoy es un día de homenaje a los miles de mártires, compañeras y compañeros, obreros, campesinos y estudiantes que murieron a manos de una dictadura sangrienta, que impuso el terror para defender los intereses de los capitalistas y el imperialismo.
Este nuevo homenaje, lo volvemos a realizar en tiempos en que Pinochet sigue gobernando. Sin la dictadura, La Nueva Mayoría y la Derecha han mantenido una defensa férrea del modelo neoliberal. La salud, la educación, las jubilaciones y todos los derechos sociales mínimos privatizados y en manos de los empresarios. Los recursos naturales regalados a las multinacionales y el empresariado nacional. Mientras millones de familias sufren día a día sueldos de miseria y vidas precarias.
Las lecciones que nos dejaron nuestros mártires
1_ En manos de Pinochet, las Fuerzas Armadas y Carabineros fueron sangrientos instrumentos de represión y terror usados en contra los trabajadores y el pueblo. Como lo han sido durante toda la historia. Hoy siguen cumpliendo el mismo rol, sentido en el cuerpo de cada mapuche y de todos los trabajadores, estudiantes o poblador que hemos salido a luchar por nuestros derechos.
La utopía reaccionaria, inoculada durante décadas por el Partido Comunista (sobre todo durante la UP), de que los militares eran “democráticos y patriotas” culminó en el desarme completo de los trabajadores y con ello, la traición más grande de la historia de la clase obrera chilena, que fue masacrada por esos “democráticos militares”.
Las Fuerzas Armadas no son neutrales. Su principal misión siempre ha sido cuidar los intereses del gran capital. Son patriotas, porque todo país no es más que el dominio de una pequeña clase privilegiada en contra de la mayoría de la sociedad. Los trabajadores no tenemos patria, diría Marx, y con ello reafirmamos que todos los trabajadores del mundo somos un sola clase. Para los revolucionarios, militares nacionalistas o patriotas siempre serán y han sido, instrumentos de represión de la clase dominante.
2_ No existe ningún sector del empresariado, que defienda los intereses de los trabajadores y el pueblo. Todos son defensores de sus propios intereses, que descargan sobre las espaldas de nuestra clase. Confiar en que existe un empresariado “nacionalista y democrático” en Chile, o cualquier lugar del mundo, y peor aún, pedirle a la clase obrera que se supedite a su control, es una traición histórica.
El Partido Socialista y el Partido Comunista junto a Allende, durante décadas (sobre todo en la UP), sostuvieron que los trabajadores teníamos que apoyarnos en un sector del empresariado que estaría a favor de enfrentar al imperialismo y de democratizar al país. Ese empresariado no tan sólo actuó intensamente para biocotear al gobierno de la UP, sino que además apoyo con todas sus fuerzas el golpe de estado y la masacre.
Por eso, decir hoy día que los trabajadores debemos luchar sólo contra el neoliberalismo para conseguir más democracia, es una otra forma de decir que sólo debemos luchar contra los empresarios neoliberales y pedir más democracia burguesa (que es una falsa democracia, una democracia a favor de los explotadores), es otra forma de cometer el mismo error… o traición. A pesar de que muchos luchadores honestos crean esta mentira, debemos seguir luchando por aclarar que, o gobernamos los trabajadores y el pueblo, o siguen gobernando los explotadores de toda calaña.
Nosotros no perdonamos ni nos reconciliamos.
La Nueva Mayoría y la Derecha, apoyados en las iglesias y un ejército de académicos y personajes varios, llevan casi tres décadas con el mismo discurso: debemos olvidar lo que sucedió, hacer como si nada pasó. Pero los militares, empresarios y políticos que apoyaron el golpe y la dictadura siguen libres e impunes. la mayoría lucrando del mismo modelo que ha sangre y fuego impusieron.
Muchos de nuestros mártires aún no aparecen. Y su sueño de una sociedad justa está más lejos que nunca. Sus hijos y sus nietos vivimos en un país sostenido en la explotación y la opresión de millones de trabajadores. Por eso nos llaman a olvidar, no tan sólo el pasado sino la miseria que vivimos a diario. Olvidar para no cuestionar su poder y su abuso.
Por eso como MST seguimos diciendo, nosotros no olvidamos, tampoco perdonamos ni nos reconciliamos. La dictadura continúa, ahora disfrazada de democracia y defendida por la
Concertación y el Partido Comunista. La lucha iniciada por nuestros mártires sigue más viva que nunca.
Volvemos a recordar este día a los obreros y obreras de los cordones industriales, a los estudiantes y pobladores que lucharon por alcanzar el socialismo. Saludamos el sacrificio de mi miles, y asumimos como nuestra a tarea de luchar por el socialismo. No el fracasado proyecto del socialismo por la vía pacífica, que devino en la más cruel derrota por su horizonte reformista y la conciliación de clase que lo caracterizó.
Hoy más que nunca…. TRABAJADORES AL PODER!!!!