La mayor ola represiva contra los disidentes en años
Aunque los grupos reprimidos, han sufrido durante mucho tiempo interferencias y presiones del gobierno por su trabajo, esta oleada de detenciones es diferente, tanto por la forma pública en que se llevan a cabo como por el esfuerzo oficial para vincularlas a “fuerzas extranjeras hostiles”, una acusación que se ha dejado sentir en muchas áreas de la sociedad china en los últimos años, incluyendo las prácticas religiosas en el Tíbet.
La actual represión contra los disidentes en China, que ha afectado especialmente a los abogados de derechos humanos y sus asociados, a los periodistas y los medios de comunicación, a activistas, y otros, está siendo la más dura desde las campañas políticas llevadas a cabo por Mao Zedong. En las últimas dos semanas, cuatro abogados de derechos humanos han sido condenados por cargos de subversión, y se esperan más juicios pronto, por unas actividades hasta ahora toleradas, aunque no siempre bienvenidas. Las detenciones recientes han ido acompañadas de confesiones públicas ampliamente difundidas y con frecuencia televisadas – presumiblemente bajo coacción -de los acusados, una práctica que era común en la época de la Revolución Cultural.
Aunque los grupos reprimidos, han sufrido durante mucho tiempo interferencias y presiones del gobierno por su trabajo, esta oleada de detenciones es diferente, tanto por la forma pública en que se llevan a cabo como por el esfuerzo oficial para vincularlas a “fuerzas extranjeras hostiles”, una acusación que se ha dejado sentir en muchas áreas de la sociedad china en los últimos años, incluyendo las prácticas religiosas en el Tíbet. Julie Makinen en Los Angeles Times escribe:
“Del mismo modo que la intensidad de la represión puede ser subestimada desde fuera de China, también puede serlo hasta que punto el aparato de propaganda chino ha tratado de describir, incluso a los que protestan por motivos menores, como títeres de enemigos extranjeros.
El gobierno ha tratado de desviar la atención de las claras violaciones de los derechos básicos y a un proceso justo de los acusados describiéndolos como parte de un complot extranjero”, afirma Frances Eve, un investigador de la Red de defensores de derechos humanos en China, un grupo de defensa de los abogados y activistas detenidos . “Sin embargo, es absurdo e insultante insinuar que los abogados que defienden a los ciudadanos más oprimidos y marginados de China están trabajando por cuenta de un gobierno extranjero.
[…] Las ominosas advertencias de China sobre “fuerzas hostiles extranjeras”, sin embargo, no se limitan a los disidentes y activistas. Son parte de una retórica más general que ve amenazas e intromisiones exteriores por todas partes, mientras que resta importancia a los posibles orígenes internos de los conflictos y problemas.
Los líderes del Partido Comunista han señalado, por ejemplo, el hecho de que algunos organizadores de las protestas democráticas de Hong Kong en 2014 se reunieron con representantes de la Fundación Nacional para la Democracia, un grupo sin fines de lucro con sede en Washington que recibe una asignación anual del Congreso, como prueba de que las manifestaciones fueron impulsadas desde Estados Unidos. China advirtió recientemente a sus ciudadanos que tengan cuidado con los extranjeros con los que se reúnen, no vayan a ser espías”. [ Fuente ]
Jamil Anderlini, del Financial Times, reflexiona sobre los peligros de utilizar a los extranjeros como cabeza de turco y alentar la xenofobia en China: “En las democracias liberales con tradición de libertad de expresión, la denuncia pública de estas actitudes puede actuar como contrapeso. Pero en los países autoritarios, donde están prohibidas narrativas alternativas, los intentos oficiales de demonizar a los extranjeros y a “otros” pueden ser especialmente peligrosos”.
Para Global Voices, Oiwan Lam analiza las pruebas utilizadas en contra de los abogados condenados y señala que casi cualquier actividad en la China actual podría ser considerada “subversiva” si así se determina por las autoridades:
“Sin embargo, todavía tiene que haber pruebas concretas para imputar a alguien en un caso de subversión contra el estado. Las pruebas esenciales que se han presentado en los cuatro casos se refieren a una cena en un restaurante de Beijing llamado La parrilla de las siete especias (七 味 燒). La reunión fue calificada como una reunión conspirativa para derrocar al gobernante Partido Comunista de China. Siguiendo esa lógica, como el abogado de derechos humanos Liu Shuqin ha explicado en Weiquanwang, un sitio web dedicado a documentar violaciones chinas de derechos humanos, cualquiera puede ser acusado de subversión: basta con presentar unas supuestas pruebas en el juicio.
[…] Liu continúa explicando que una vez que se ha establecido la teoría y el plan, todas las acciones que desafían a la autoridad del gobierno son consideradas como un acto subversivo, a pesar de que la acción en sí misma podría ser legal y estar dentro de la ley china. Más importante aún, los abogados y activistas que se declararon culpables, estuvieron detenidos durante más de un año sin acceso a un abogado y sus familias, que fueron constantemente acosadas por las autoridades. Liu llega a la conclusión de que todo el proceso es un gran espectáculo destinado a las “fuerzas extranjeras”. [ Fuente ]
Como Maya Wang escribe para NewsDeeply, la reciente represión contra los abogados ha sido especialmente dura para las familias y allegados de los detenidos, que a su vez han sido objeto de detenciones y acoso por solicitar información sobre el paradero de sus seres queridos detenidos:
“Desde que el gobierno detuvo a dos docenas abogados y activistas de derechos humanos en una operación en julio de 2015, sus cónyuges, hijos y otros miembros de la familia han sufrido por no saber dónde estaban sus familiares, la forma en que estaban siendo tratados y cuando – y por qué iban a ser procesados. Las autoridades también han desalojado a las familias de sus casas, se les niega oportunidades de educación, prohibido viajar al extranjero y están bajo una vigilancia asfixiante. Estas tácticas totalitarias parecen diseñadas para castigar no sólo a los detenidos, sino también a sus familias para disuadir a otros que asuman el trabajo de defensa de los derechos humanos.
Yuan Shanshan, la esposa del abogado Xie Yanyi, estuvo detenida durante tres días, a pesar de no haber cometido ningún crimen. Todo lo que hizo fue solicitar la aprobación de las autoridades para que Xie pudiera asistir al funeral de su madre, que había muerto mientras estaba detenido. Aunque Yuan estaba embarazada, se le dio muy poca comida y agua, se le negó acceso al baño y fue amenazada y regañada por más de dos docena de policías en una sala de interrogatorios durante su detención.
Después de que la policía detuviese al abogado Wang Quanzhang en julio de 2015, confiscaron las tarjetas de crédito de Wang, dejando a su esposa Li Wenzu sin acceso a sus cuentas. A continuación, presionaron a los padres y la hermana de Wang para que grabasen una cinta de vídeo para convencer a Wang de que confesase. La familia de Wang permanece bajo vigilancia las veinticuatro horas del día”. [ Fuente ]
La amenaza de que los distintos grupos que protestan se unan con la ayuda de los abogados, especialmente en un período de incertidumbre económica y social en China, probablemente fue determinante de la respuesta del gobierno. Yiyi Lu escribe en The Wall Street Journal:
“¿Por qué, ahora, están siendo los disidentes acusados de delitos políticos?
Muchos sostienen que el cambio en el trato a los disidentes refleja una creciente paranoia dentro del Partido Comunista sobre el malestar social y los desafíos a su dominio de la sociedad civil y los activistas de derechos. El miedo a que los diferentes grupos sociales puedan unirse para actuar de forma coordinada es claramente evidente en los alegatos fiscales que acusaron a los cuatro hombres de tratar de conectar los distintos círculos de abogados, activistas, peticionarios, miembros de iglesias clandestinas y activistas en los medios sociales.
Pero si el miedo es la fuerza impulsora detrás de las acusaciones ¿por qué darles tanta publicidad?
Una forma diferente de entender los procesos judiciales y la propaganda alrededor de ellos es verlos como parte de un intento más amplio de politizar la defensa de los derechos individuales en general. En China, el término “weiquan”, o “defensa de los derechos”, se refiere tanto a las acciones legales como extralegales que los individuos y los grupos ponen en marcha para defender sus derechos e intereses privados o públicos. A medida que aumenta la conciencia de los derechos y los crecientes problemas económicos y sociales afectan a un número cada vez mayor de la población, las filas de los defensores de derechos han crecido”. [Fuente ]
Sin embargo, incluso dentro del entorno limitado de los abogados y activistas de derechos, también ha habido algunos elementos de esperanza en la perspectiva de la reforma legal en China, como que los ciudadanos utilicen cada vez más los tribunales para defender sus derechos, según un artículo publicado en The Economist :
“En el último año, el número de casos aceptados por los tribunales relativos a derechos de grupos socialmente marginados ha aumentado, a pesar de que pocos se han ganado. Incluyen la denuncia de una estudiante lesbiana contra el Ministerio de Educación por la descripción en los libros de texto de la homosexualidad como una enfermedad; el primer caso por discriminación en el empleo de un activista transgénero en el país; y docenas de denuncias por inseguridad alimentaria y falta de protección del medio ambiente contra grandes empresas. En una victoria histórica en abril, un tribunal en el suroeste de la provincia de Guizhou dictaminó que una entidad de educación local debe pagar una compensación a un maestro de la escuela después de haber perdido su puesto de trabajo por resultar positivo en unas pruebas de VIH. China no tiene leyes específicas contra la discriminación en el empleo y el caso fue, según se informa, el primero de su tipo.
Stanley Lubman, un profesor de derecho estadounidense, dice que la posibilidad de demandar a los organismos del gobierno es importante y el aumento de las denuncias de este tipo refleja una mayor conciencia jurídica de los ciudadanos. Otras dos cosas están contribuyendo a estos cambios. Una de ellas es una legislación más progresista, como las recientes leyes para proteger el medio ambiente y castigar la violencia doméstica, que han ampliado el espacio para acudir a los tribunales. Una reforma piloto lanzado el año pasado incluso animó a los fiscales públicos a actuar de oficio.
El otro son los medios sociales. Sun Wenlin, un joven de 27 años, trabajador de IT que es la pareja gay del demandante de Changsha, es optimista, a pesar de haber perdido su caso. “La homosexualidad es un tabú y pensamos que a nadie le importaría. Pero nuestro caso generó mucha discusión en Internet. Tuvimos una cobertura comprensiva incluso en medios de comunicación públicos”, dice. El Sr. Sun ahora imparte talleres en todo el país para enseñar a otros cómo presentar demandas similares, con la esperanza de cambiar la opinión entre los chinos de que la ley es sólo una herramienta de opresión. “China está cambiando claramente, pero poco a poco”, dice. [ Fuente ]
En una discusión de la Asia Society, Neysun Mahboubi de la Universidad de Pennsylvania y Carl Minzner de la Universidad de Fordham defendieron perspectivas distintas sobre el desarrollo del estado de derecho y la reforma legal en China. Mahboubi cree que a pesar de los esfuerzos de Xi para centralizar el poder, el funcionariado inferior de los aparatos políticos y legales pueden ser más favorable y estar más dispuesto a promover un cambio positivo :
“Así que, aunque se podría decir que una gran parte del discurso acerca de la ley y las instituciones legales que proviene de Xi Jinping, y la máxima dirección tiene como objetivo principal fortalecer las instituciones con el fin de asegurar el dominio del Partido Comunista, o para que el gobierno autoritario sea más eficaz o más eficiente, incluso si es así, los funcionarios del sistema legal, los jueces, los profesores de derecho, los letrados del Congreso del Pueblo, tienen un conjunto diferente de valores e ideas acerca de la importancia del derecho y los valores legales. Creo que el espacio abierto por el lenguaje positivo de la Decisión de la IV Sesión Plenaria, y el discurso sobre la ley y las instituciones asociadas, ha dado a ese grupo de personas un cierto margen adicional para empujar las cosas hacia adelante. De hecho, fueron ellos los que participaron en la redacción de la Decisión, utilizando un lenguaje técnico-jurídico como he destacado. Y esa es en última instancia una causa para la esperanza, que exista gente de ese tipo dentro del sistema. Como todos sabemos, China está fragmentada y ocurren un montón de cosas diferentes, y estas personas no necesariamente comparten los mismos valores, o mantienen el mismo enfoque jurídico y de las instituciones legales que la dirección del Partido, pero tienen un cierto margen para empujar las cosas hacia adelante. No se si será sufiente para cambiar poco a poco las cosas. Pero al menos hay algunos motivos para la esperanza”. [ Fuente ]
Minzner, por el contrario, tiene una opinión más pesimista sobre las consecuencias de la consolidación del poder de Xi y el futuro del Estado de Derecho en China:
“Creo que todo el periodo de reformas puesto en marcha por el partido-estado chino para construir sistemas más institucionalizados de gobierno se está invirtiendo. Lo que ocurre es que el fracaso a la hora de empujar la reforma política en un período anterior ahora está provocando la canibalización de todo el sistema y de su institucionalización política previa.
Tengase en cuenta que esto no es lo mismo que decir que Xi es el nuevo Mao. Si usted fuera un optimista, señalaría que todavía hay diferencias importantes. A pesar de la centralización del poder en marcha, todavía no hace llamamientos a que la gente salga a las calles para participar en movimientos de masas maoístas. Hasta que no se cruze esa barrera, no se puede decir que este sea de verdad un régimen maoísta. Ahora, si usted es un pesimista, podría alegar que todavía no ha tenido lugar. Podría señalar que no se pueden hacer llamamientos a movimientos de masas sin construir antes un culto a la personalidad, establecer un ferreo control sobre los medios de comunicación, centralizar el poder efectivamente, etc. Por otra parte, es más probable que esas cosas ocurran después de que la economía se estrelle contra la pared, por ejemplo, o cuando Xi comience a encontrar dificultades importantes a la hora de imponer su voluntad sobre una burocracia recalcitrante. En una situación así, traspasar la última linea roja y volver a lanzar a las calles un movimiento de masas maoísta no sólo podría ser concebible, sino que en realidad también podría ser un comportamiento totalmente racional desde la propia perspectiva de Xi Jinping”. [ Fuente ]
China Digital Times
Portal de internet que recoge y analiza los comentarios publicados en las redes sociales chinas.
Fuente:
Traducción:Enrique García
http://www.sinpermiso.info/textos/china-la-mayor-ola-represiva-contra-los-disidentes-en-anos