Hacen falta nuevos dirigentes: Otra claudicación de la CGT
La burocracia de la CGT “unificada” debutó con una traición al levantar el paro sin fecha por una limosna. El paro no se hizo por consejo de la iglesia católica, los políticos del peronismo y la oposición patronal. Todos juegan para salvar al gobierno y a las patronales. Hacen faltas nuevos dirigentes sindicales que luchen y no se vendan.
Escribe Juan Carlos Giordano
La CGT acaba de anunciar que no hará ninguna medida de lucha. Aceptará las limosnas que le ofreció Macri y se sumergirá en una mesa de “diálogo” con el gobierno y los empresarios. Un nuevo y repudiable capítulo de una tregua que la CGT viene sellando desde que asumió el gobierno.
Los dirigentes de las distintas fracciones en las que había quedado dividida la CGT (con Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló a la cabeza) llamaron al movimiento obrero a confiar en que con una “unificación” se iban a resolver todos los problemas de los trabajadores. Siempre denunciamos que esa unificación no obedecía a ninguna voluntad de lucha sino a un reacomodamiento de los dirigentes ante su crisis y como parte de la división y derrota del peronismo en las elecciones. Y alertamos que aunque las cúpulas se unan por arriba, esto no iba a ser en beneficio de los trabajadores, sino para mantener el acuerdo con el gobierno y los empresarios, y sus privilegios de casta. El tiempo nos dio la razón, y no pasó mucho.
A contra entrega de millones de pesos por las obras sociales y mediante un acuerdo que contempla dejar pasar el ajuste, los despidos y el robo salarial, la CGT se fue consolidando como la muleta del gobierno de Macri para su plan en beneficio de los grandes empresarios, banqueros, megamineras, patronales del campo y usureros de la deuda.
Las claudicaciones de la CGT -si bien ahora se hacen más evidentes al levantar el paro a cambio de migajas- no se inauguraron ahora. Apenas arrancó el ajuste en las provincias, los docentes, estatales y jubilados se rebelaron en Tierra del Fuego con un acampe histórico. Luego se dio la rebelión docente en Santiago del Estero y un enorme plan de lucha de docentes y estatales en Santa Cruz. Ante el plan de lucha de la Unión de Gremios fueguina la gobernadora Bertone del Frente para la Victoria incendió las carpas y encarceló a dirigentes sindicales. Todo esto se dio con el silencio cómplice de la CGT.
Luego se llevó a cabo un paro nacional de ATE y una gran marcha el 24 de febrero, también con la CGT ausente. Para “festejar” el 1o de Mayo (día internacional de los trabajadores) la CGT llamó a un acto “contra nadie” el 29 de abril. Macri vetó la ley antidespidos y la CGT no dijo nada. Tampoco apoyó la Marcha Federal, y le dio (y da) la espalda a docentes que están de paro en varias provincias, profesionales de la salud, judiciales y demás gremios en lucha. Los referentes del actual triunvirato de la CGT (Daer, Schmid y Acuña) han silenciado incluso el apoyo a medidas de lucha de gremios que son de la propia central, como el de la Bancaria que encabeza Palazzo.
El pacto para levantar el paro fue acordado con la iglesia (con posterior bendición del Papa Francisco con la visita de Macri a Roma) y todos los políticos patronales. Recordemos que Daer y Acuña son diputados del Frente Renovador de Massa. Sergio Massa es el que viene apoyando medidas fundamentales del gobierno, como el pago a los fondos buitres. Y si bien hace algunas críticas al gobierno, es para reacomodarse en vistas a las elecciones de 2017, nada más. Schmid sigue los consejos de Hugo Moyano de “hacer buena letra” con el gobierno, y junto a Daer desautorizaron a Pablo Moyano de Camioneros en su amenaza de abandonar la CGT. El resto de los políticos patronales del peronismo, muchos de ellos gobernadores e intendentes, se han sumado, no solo para que no haya ningún paro, sino diciendo a su vez que no tienen plata para pagar un bono miserable en sus provincias y municipios, es decir, apoyando el ajuste de Macri. La relación político-sindical de la actual conducción de la CGT con estos políticos patronales ha hecho que se reafirme en su treguacon el gobierno.
La CGT encarna un proyecto burocrático al servicio de pactar con el gobierno y las patronales. Hacen falta nuevos dirigentes honestos y combativos. Que luchen, no se vendan y estén al servicio de enfrentar a las patronales y al ajuste. Un sindicalismo independiente y autónomo de los gobierno y políticos patronales que solo hagan lo que deciden los trabajadores en asambleas democráticas, no lo que le dice el gobierno, la iglesia o los Massa, Gioja, Cristina y demás políticos del peronismo.
Mientras seguimos apoyando y coordinando las luchas y exigiendo la ruptura de la tregua y un paro y plan de lucha nacional CGT-CTA, hay que dar impulso a los nuevos delegados, internas, seccionales y directivos combativos, como parte de ir conformando una nueva dirección del movimiento obrero para barrer a la burocracia sindical y poner de pie al movimiento obrero contra el ajuste.
El socialista 19/10/16