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Bhopal: la peor catástrofe industrial de la historia

Bhopal: una historia de abusos empresariales y medioambientales

En la madrugada del 3 de diciembre de 1984 la fábrica de plaguicidas de Union Cardibe ubicada en Bhopal (India) tuvo una fuga de gases. En apenas unas horas la nube de gases tóxicos había matado a miles de personas que vivían cerca de la instalación.

Las vecinas y vecinos notaban picor en los ojos y la garganta, otros caían desplomados con hemorragias internas. Quienes conseguían llegar hasta el personal médico tampoco corrían mejor suerte: los servicios sanitarios no sabían cómo tratar a la gente, ya que desconocían qué componentes se usaban en la fábrica.

El gobierno de la India estimó que en las primeras semanas murieron más de 80.000 personas, cifra incompleta debido a la falta de registros censales rigurosos. Sin embargo, las estimaciones de Union Cardibe, empresa responsable, sólo se referían a 3.800 defunciones.

Radiografía del peor accidente industrial de la historia

Union Cardibe era una empresa norteamericana dedicada principalmente a la fabricación de productos químicos y polímeros. Cuando instaló en la India su planta de pesticidas, esta fue participada en un 49% por el gobierno del país.

Los problemas de toxicidad de Bhopal empezaron mucho antes del gran accidente. En 1969 Union Cardibe ya vertía excedentes de productos químicos en el terreno. Y pocos años antes del gran accidente se reportó que algunos de sus depósitos de componentes tóxicos tenían fugas que se filtraban a los pozos y acuíferos, contaminando las fuentes de agua potable de la zona.

La empresa había recortado el presupuesto destinado a mantenimiento de la planta, motivo por el cual en el momento del accidente ninguno de los sistemas de control de fugas estaba en funcionamiento.

Por si esto no fuera suficiente, Union Cardibe almacenaba más compuestos químicos tóxicos de los que tenía permitido. La falta de control gubernamental sobre las empresas extranjeras que operan en el país también tuvo gran peso en lo que ocurrió aquella noche.

Las consecuencias de Bhopal: un infierno que no acaba

Han pasado 36 años desde el escape de gases tóxicos en la planta de plaguicidas de esta región. Por desgracia, los resultados de la falta de responsabilidad siguen presentes.

Una región contaminada durante décadas

Según el gobierno indio 600.000 personas quedaron afectadas por los tóxicos. Pero en los conteos de las víctimas no se contabilizan personas no registradas en los censos, ni las nuevas generaciones que nacieron afectadas.

Tumores, alternaciones hormonales, cáncer, ceguera, enfermedades respiratorias, trastornos neurológicos, daños cerebrales, parálisis… son síntomas que la población actual de Bhopal padece en su mayoría.

Los niños y niñas que nacen a día de hoy siguen sufriendo malformaciones. Esto se debe en parte a los altos niveles de contaminación que padecen las madres desde el accidente, pero también a la contaminación del suelo y las aguas de los cultivos.

Hasta 2014 el gobierno no instaló depósitos de agua potable en la zona. Mientras, todo el entorno sigue impregnado de metales pesados contaminantes que tardarán décadas en desaparecer.

La opacidad de Union Cardibe y el gobierno de la India

A día de hoy no está claro qué ocurrió realmente en la fábrica. Todo lo que se conoce sobre los productos químicos o la falta de medidas de seguridad proviene de filtraciones de secretos de la empresa.

Union Cardibe nunca reconoció su responsabilidad públicamente. En un primer momento la empresa indicó que el accidente se había producido por un sabotaje. Pero tardaron poco en desistir de esta teoría, ya que era evidente el estado de mala conservación de la fábrica.

Tras el accidente la organización abandonó la planta que sigue almacenando productos químicos tóxicos sin protección. Años después Union Cardibe se convirtió en Dow Chemical, pero en ningún caso se ha hecho cargo de la limpieza de la zona ni la responsabilidad social y medioambiental.

Empresas y gobiernos frente a los desastres industriales

Cinco años después del accidente Union Cardibe realizó un estudio sobre contaminantes en la zona, pero ocultó los resultados. Ni el gobierno indio ni ningún organismo internacional se lo exigieron jamás.

Tras años de inactividad, el gobierno indio llegó a un acuerdo con la empresa por la que esta pagó 470 millones de dólares por los daños y perjuicios. El Estado se quedó gran parte de esta cantidad, haciendo que un 93% de las personas afectadas no recibieran indemnización.

Ocho directivos fueron condenados a dos años de cárcel y multas de 8.000 euros. Pero la Corte Suprema de la India resolvió que ni la empresa ni el gobierno eran responsables de lo ocurrido.

El 3 de diciembre se ha nombrado como el Día Mundial de No Uso de Pesticidas. Pero ninguna ley ha cambiado en la India para que no vuelva a producirse un accidente de estas características.

Tampoco Estados Unidos ha modificado la normativa sobre las actuaciones de sus empresas en el extranjero. A esta falta de actuación se suma el silencio de la comunidad internacional.

Ahora los supervivientes de Bhopal siguen pidiendo justicia y luchando por sobrevivir, aunque ningún organismo o institución política ha movido un dedo para reparar su situación o evitar que volver a producirse otro gran desastre industrial.

Fuente: Ecoturra

06/12/20