El gran triunfo de las trabajadoras y los trabajadores de la salud de Neuquén retumbó en todo el país. El aumento al básico obtenido, de 53,1%, el pase a planta de 1.350 eventuales y dos pagos de 20.000 pesos en concepto de ropa, son producto de la fuerza de los autoconvocados, ya que la burocracia de ATE ignoró la huelga desde el principio.
Escribe Gastón Rivero
El conflicto estalló en marzo, pero la bronca contra la dirección del sindicato viene desde el comienzo de la pandemia, cuando Quintriqueo, secretario general de ATE, junto con la burocracia kirchnerista de ATEN (docentes), pactaron el congelamiento salarial con el gobierno del MPN, eliminando el aumento trimestral por IPC conseguido en 2018 con el conflicto docente. El 26 de febrero ATE firmó 12% de “recuperación salarial”, que se convirtió en 15% por un “enganche” con el acuerdo salarial docente. Lo hizo afirmando que era “el mejor acuerdo” ya que “no hay plata en la provincia”, mientras tanto, los diputados provinciales se aumentaban sus dietas 70.000 pesos. Pero el burócrata se olvidó de un detalle, la propuesta había sido rechazada por unanimidad en todos los hospitales de la provincia. Y estalló la rebelión.