Castillo encabezó en 2017 la huelga nacional de maestros, que duró tres meses, contra el gobierno de Kutzinsky, en defensa del estatuto docente. Por esto, por su origen campesino y por la decepción de millones en los políticos patronales, fue visto como una alternativa por un cambio a favor del pueblo trabajador.
Pedro Castillo tuvo votaciones que superaron el 80% en el sur del país, en los sectores campesinos que más lucharon contra las multinacionales mineras que destruyen su agricultura.
Se produjo un giro electoral a la izquierda de millones de trabajadores y trabajadoras hartos de los gobiernos patronales y corruptos que sirven a las multinacionales y los empresarios.
Castillo propone gobernar con los grandes capitalistas
Pero Castillo no va a responder a las expectativas de sus votantes, representa a una izquierda reformista que va a reproducir un nuevo gobiernos de conciliación de clases o de centroizquierda. Como ya sucedió con Chávez-Maduro en Venezuela, Lula-Dilma en Brasil, o Evo Morales en Bolivia.
El primer anuncio concreto de Castillo, diciendo que va a cobrar como presidente su salario de maestro, cayó muy bien popularmente.
Sin embargo, también muestra que se apresta a gobernar en acuerdo con los grandes capitalistas. Su asesor económico, y muy probable ministro de Economía, es Pedro Francke, quien tiene excelentes relaciones con los grandes empresarios. Dice Francke que impulsarán “la economía popular con mercados”, que “es un modelo de libre actuación de la empresa privada, como lo hemos tenido hasta ahora, pero con un mayor componente redistributivo de parte del Estado” (BBC Mundo).
En plena crisis económica dice que “la libre actuación de la empresa privada” (incluidas las mineras que están devastando la agricultura peruana) es compatible con una “redistribución”.
Explica además que su modelo es similar al de Evo Morales en Bolivia: “La economía boliviana tiene un buen componente de impuestos, pero en la producción petrolera y de hidrocarburos siguen las empresas transnacionales. En el sector industrial y agrario también hay empresas privadas y no existe control de precios”.
Como resultado de ese modelo, de gobernar con los capitalistas en Bolivia en los catorce años de gestión de Evo Morales, los precios fueron muy favorables para sus exportaciones de gas y minerales, pero no hubo ningún cambio en la estructura económica. Y como sucede en Perú, más de 70% está en la economía informal, mientras las transnacionales y los oligarcas se llevan la riqueza y el país atraviesa también una profunda crisis económica.
¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
Una de las promesas de Castillo, y demanda popular, es cambiar la Constitución que hizo la dictadura de Fujimori con una asamblea constituyente. Una de las consignas que gritaban en las calles de Lima miles de jóvenes fue “Por la constituyente, Castillo presidente”. Pero ahora, y en función de sus intentos de acuerdo con la derecha que tiene mayoría parlamentaria, es posible que la constituyente sea olvidada
La crisis política en Perú sigue abierta y es muy probable que el pueblo trabajador que le dio el triunfo a Castillo se empiece a movilizar por sus demandas urgentes
El Partido de los Trabajadores Uníos (UIT-CI) y Alternativa Socialista de Ayacucho realizan su congreso de fusión los días 28 y 29 de julio. Fueron parte de la campaña llamando a votar a Pedro Castillo frente a la candidatura de Keiko Fujimori. Pero en la campaña, y ahora, no depositan confianza en el nuevo gobierno. Tienen una política independiente y llaman a confiar solo en la movilización y a luchar por ¡plata para trabajo, salud y educación. No para el FMI y los capitalistas! ¡Impuesto a las grandes fortunas ya!
“¡Para derrotar al modelo y el sistema hambreador sostengamos la movilización y lucha por una salida obrera, popular y campesina para que la crisis no la paguen los trabajadores y los pueblos, que la paguen los capitalistas!”.
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