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Un año de guerra en Ucrania: la industria armamentística va ganando

Estados Unidos está siendo una de las principales ganadoras desde un punto de vista económico. A los beneficios que está obteniendo por la venta de gas licuado a un alto precio a los países de la Unión Europea, se suman los réditos que está obteniendo otra de sus principales industrias exportadoras. La mayor empresa de armamento del mundo, la norteamericana Lockheed Martin, ha visto sus acciones crecer un 23,3% desde hace un año. La primera semana experimentó una subida de golpe de cerca del 20% y luego ha ido marcando pequeñas subidas y bajadas durante todo el año, manteniendo un tono alcista. Lo que significa que el valor de la empresa ha aumentado unos 24.000 millones de dólares en un año.

Solo dos empresas estadounidenses han aumentado el valor de sus acciones en 47.000 millones de euros desde que arrancó la guerra en Ucrania

Northrop Grumman, otro conglomerado de empresas estadounidense fabricante de buques de guerra y el cuarto mayor contratista de defensa militar de los Estados Unidos, también ha crecido un 23,3%, pese a sufrir una caída en el último mes y medio. Es decir, aumentó su valor en cerca de 23.000 millones de euros. Solo dos empresas estadounidenses han aumentado el valor de sus acciones en 47.000 millones de euros desde que arrancó la guerra en Ucrania.

Las empresas europeas y británicas

La británica BAE Systems es la segunda mayor contratista militar del mundo y la sexta de armamento a nivel mundial. Construye y vende los Eurofighters, carros de combate, vehículos blindados y destructores antiaéreos entre otros productos de guerra. Entre otras cosas, la británica también es el fabricante de los tanques Challenger 2 que el Reino Unido ha prometido enviar a Ucrania. La empresa ha visto su valor de mercado subir un 49,4% desde que arrancó la invasión de Ucrania. Es decir, la empresa vale 9.200 millones más que antes de que las bombas empezaran a matar civiles y soldados ucranianos.

La francesa Thales, especializada en desarrollo de sistemas informáticos y otros servicios relacionados con la defensa, ha visto cómo sus acciones se han disparado un 55,6% desde aquel 24 de febrero. Lo que viene a aumentar el valor de la empresa en cerca de 10.000 millones de euros. La compañía gala es la responsable de un sistema de misiles que se pueden transportar a los hombros de los soldados y que el ejército ucraniano está utilizando para defenderse de los tanques rusos. Otra francesa, Safran, ha aumentado un 19,8% en ese mismo año. Otros 9.000 millones más de valor para sus accionistas.

Los tanques Leopard

Pero sin duda, una de las principales ganadoras ha sido la fabricante de uno de esos productos de guerra que tantas portadas ha copado últimamente. Sin ir más lejos, a falta de un día para el aniversario de la invasión rusa, el Gobierno español ha anunciado el envío de diez tanques Leopard. Cuatro más de los que había prometido a Zelensky en un primer momento.

La empresa alemana Rheinmetall, fabricante de estos solicitados tanques, ha aumentado su valoración en un año un 151,5%. Pero casi más espectacular son sus resultados de 2022. La empresa triplicó sus beneficios respecto a 2021 hasta alcanzar los 10.700 millones de dólares. Y la cosa no parece que vaya a calmarse viendo las ventas y las previsiones para el actual periodo. La empresa ha visto cómo sus pedidos en 2022 se han duplicado y esperan un incremento de hasta el 40% en este 2023.

Estas expectativas de ventas coinciden con las previsiones de muchas empresas del sector. Los pedidos ya no solo van dirigidos a ser enviados directamente a Ucrania, explica a El Salto Jordi Calvo, investigador especializado en paz, conflictos, seguridad y desarme en el Centre Delàs, “sino también para volver a llenar los arsenales de sus propios países porque se están quedando vacíos”. Como ejemplo, señala el caso de las municiones y la dificultad que tienen estas empresas para mantener el suministro “porque en Ucrania gastan en días lo que producen en varios meses”.

Según señala Calvo, desde que empezó la guerra en Ucrania podemos observar que el negocio de las armas está teniendo unas expectativas que está llevando a que las empresas estén considerando grandes inversiones para aumentar sus capacidades productivas. “No lo hacen porque vaya a crecer el gasto, que también, sino que tienen la certeza de que van a poder conseguir recuperar la inversión que hagan ahora”, afirma.

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